Pio Santiago

Don Josemaría realiza un intenso trabajo. A menudo sus tareas son duras y difíciles, lodo esto lo ofrece al Señor para sacar adelante la Obra que comienza.

catequesisMucho de su tiempo lo dedica a los niños de barrios humildes, sin familia o abandonados por sus padres. Niños sucios y con mocos en la cara, pero niños necesitados de cariño y de formación cristiana. A muchos de ellos les prepara para su Primera Comunión.

transportar una piedraUna tarde, llega a un barrio de Madrid para dar catequesis. Les habla de que en la confesión hay que decir todos los pecados que uno recuerde. No se confiesa bien quien calla un pecado mortal.
—Y si le da vergüenza, ¿qué pasa?
Que no se le perdonan los pecados que ha dicho y comete un nuevo pecado mortal.
—¿Y si se le olvida?
transportar una piedraEntonces, se confiesa bien. Pero si el pecado es grave, tiene que decirlo en la próxima confesión. Mirad. Don Josemaría ponía una comparación: Imaginad que lleváis los bolsillos llenos de piedras pequeñas, y una grande, muy pesada, cargada sobre los hombros. Pensad, también, que vais andando desde la Puerta del Sol a Cuatro Caminos. ¿Qué piedra tiraríais primero al llegar?
tirar primero la piedra más grande—La grande. 
—¿Y después?
—Después, las piedras pequeñas.
—Pues eso debemos hacer con los pecados —dice don Josemaría—. Primero debemos decir los mortales, los que dan vergüenza. Los veniales salen más fácilmente.

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Pio Santiago

Dios ha confiado a don Josemaría la tarea de sacar adelante la Obra en todo el mundo. él solo no puede. Don Josemaría reza, se mortifica y busca personas que recen y hagan sacrificios por la Obra. Una mañana, en una calle de Madrid:

—Buenos días —saluda don Josemaría a un sacerdote joven.
—Buenos días.—¿Va usted a celebrar la Santa Misa?
—Sí. —¿Podría rezar por una intención mía?
—Con mucho gusto.

atención de un enfermoTambién a los enfermos de los hospitales los visita y los anima. Les ayuda y les pide que ofrezcan sus sufrimientos al Señor. Uno de esos días, atiende a un gitano herido de una puñalada. —¿Cómo te encuentras?—le pregunta don Josemaría. —Mal; muy mal, Padre. ¿Podría usted confesarme? —Con mucho gusto.

ayuda a un moribundoAl acabar, don Josemaría saca su rosario y, mostrándole la cruz, le dice: —¿Quieres besar esta cruz?
—Con esta boca mía podrida no puedo besar al Señor.
—Pero, ¡si le vas a dar un beso muy fuerte enseguida en el Cielo! El gitano lo besa con amor.

Don Josemaría reza y se mortifica. A menudo hace grandes sacrificios, pero, sobre todo, los busca en las cosas pequeñas de cada día: en el orden, en el trabajo bien hecho, en la ayuda a los demás, en hacer, sin protestar, las cosas que cuestan... Todo le parece poco y no quiere desaprovechar las ocasiones que se le presentan.

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Pio Santiago

Pasan los meses. Don Josemaría se traslada a Madrid. El Arzobispo de Zaragoza le da permiso para completar allí sus estudios.

campana de la iglesia de Nuestra Señora de los ángeles de MadridEs el 2 de octubre de 1928, la fiesta de los santos ángeles Custodios. Don Josemaría está haciendo un retiro espiritual. Después de celebrar la Santa Misa se retira a su cuarto, donde continúa su oración. Se acerca el momento, elegido por Dios, para descubrirle lo que quiere de él. Durante años don Josemaría ha rezado mucho y ha hecho grandes sacrificios para saberlo. Ahora su coraron está preparado para recibir un gran regalo de Dios a los hombres.

Dios le hizo ver, con toda claridad, lo que quería: QUE RECUERDE A TODOS LOS HOMBRES QUE DEBEN SEN SANTOS.

Dios inspiró el Opus DeiDios mismo le enseña un modo: hacer siempre bien el trabajo —con amor a Dios y a los hombres— y acercar al Señor a todos, ya que todos son hijos de Dios y él los ama.
Don Josemaría escucha unas campanas que suenan alegres aquel día de fiesta. Son de la parroquia de Nuestra Señora de los ángeles. Ha nacido la Obra de Dios o, en latín, el Opus Dei, porque no es cosa suya, sino de Dios.

al agua patosDesde ese momento, don Josemaría sólo piensa en realizar la Obra. Es la gran misión que Dios le ha confiado. él será elprimero en hacer el Opus Dei, pero tiene que enseñar a otros, pues él solo no puede. Necesita la ayuda del Cielo. Y continúa rezando al Señor y ofreciéndole sus sacrificios y dolores.

Dios, como un Padre, le va mostrando con cariño lo que tiene que hacer. Al principio, don Josemaría piensa que sólo habría hombres en el Opus Dei. El 14 de febrero, de 1930, sin embargo, Dios le hace comprender que también ha de haber mujeres en la Obra.

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Pio Santiago

el ciego de Jericó

Desde aquella mañana de Logroño, cuando vio las huellas en la nieve, don Josemaría tiene una gran inquietud en su alma. Sabe que Dios quiere algo de él. Desea decirle Sí, pero desconoce qué quiere el Señor.


el ciego de JericóA menudo recuerda el pasaje del Evangelio del ciego Bartimeo: "Aquel hombre pide limosna junto al camino. Un día oye alboroto de gente que se acerca y pregunta:
—¿Qué ocurre?
—Es Jesús de Nazaret  que pasa —le dicen algunos.El ciego sabe que sólo Jesús puede darle la vista y comienza a gritar:
—¡Jesús, Hijo de David, ten compasi
ón de mí!

Señor, que vea

—¡Traedlo! —manda el Señor.
—¡ánimo! —le dicen— ¡Levántate, que te llama!
Y cuando está Junto a Jesús:
—¿Qué quieres que te haga?
—Señor, ¡que vea!
—Anda, tu fe te ha salvado.
Y, al instante, recobra la vista."


También don Josemaría, como este ciego, desea ver lo que Dios le pide. Y, durante mucho tiempo, incluso antes de ser sacerdote, grita a Dios en su coraron:Virgen del Pilar

—¡Señor, que vea!
Su gran amor a la Virgen le lleva a decirle también a Ella:
—¡Señora, que vea! o ¡Señora, que sea!

Lo grabó, incluso, con un punzón debajo de la peana de una pequeña imagen de la Virgen del Pilar.

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Pio Santiago

Josemaría ha seguido la voz de Dios. Se siente muy feliz y tiene grandes deseos de cumplir, en todo y siempre, la voluntad del Señor. Al día siguiente de ordenarse le dan su primer encargo. Le piden que vaya a la aldea de Perdiguera para sustituir al párroco, gravemente enfermo. 

de viajePerdiguera está a 24 kilómetros. Es un pueblo pequeño; tendrá unos 800 habitantes. Al llegar entra en la iglesia. Se arrodilla ante el Sagrario y reza. Ahí, escondido en el Pan Eucarístico, está Jesús. él es el corazón del pueblo, quien da vida sobrenatural a todas sus gentes.

Don Josemaría permanece en Perdiguera unos dos meses. Todos los días celebra la Santa Misa y confiesa; visita y consuela a los enfermos; ayuda a los más pobres y habla con la gente.

¿qué es ser rico?La familia que le ha alojado en su casa tiene un hijo que pasa el día en el campo cuidando las cabras. Un día le pregunta: 
—Si fueras rico, muy rico, ¿qué te gustaría hacer?
—¿Qué es ser rico? —dice el chaval.
—Ser rico es tener mucho dinero, tener un banco...
—Y ¿qué es un banco? 
El joven sacerdote trata de explicárselo de otra manera.
—Mira, ser rico es tener muchas tierras y, en lugar de cabras, unas vacas muy grandes. ¿Qué harías si fueras rico?
—¡Ah! Si yo fuera rico, ¡me comería cada plato de sopas con vino!

san JosenaríaAl oír la respuesta, don Josemaría piensa:
—Josemaría, está hablando el Espíritu Santo; todas las ambiciones terrenas se reducen a un plato de sopas con vino. Todo lo de la tierra es eso: bien poca cosa.

Cuando termina el tiempo de su encargo en Perdiguera, regresa de nuevo a Zaragoza.

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Pio Santiago

al agua patosCuatro meses después de la muerte del padre de Josemaría, Doña Dolores, Carmen y Santiago acaban de llegar a la iglesia del Seminario de San Carlos, en Zaragoza. Es el 28 de marzo de 1925, Josemaría va a ser ordenado sacerdote.

Santa MisaDespués de la ordenación sacerdotal, doña Dolores, Carmen y Santiago se acercan a los nuevos sacerdotes.
Los tres besan sus manos consagradas. Ahora son como las manos de Jesús: perdonan los pecados, bendicen, dan la Sagrada Comunión.

ConsagraciónDos días después celebra su primera Misa solemne, en la Capilla de la Virgen del Pilar. Sólo unos pocos familiares y amigos le acompañan. Don Josemaría celebra la Santa Misa pidiendo a Dios por el alma de su padre.

cálizDon Josemaría quiere dar la Comunión a su madre en primer lugar. Pero una señora se adelanta y don Josemaría ha de comenzar por ella. Hasta ese pequeño detalle ha de ofrecer al Señor en ese día tan importante para él y para los suyos.

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Pio Santiago

al agua patosQueda poco tiempo para que Josemaría sea sacerdote. Inesperadamente, una mañana el Rector del Seminario le dice:
—Ha llegado este telegrama para ti desde Logroño.
Josemaría lo abre con rapidez y lee que su padre está gravemente enfermo. En la estación de Logroño le espera un compañero de trabajo de su padre. 

momentos de dolorCaminan deprisa. Cerca de casa le cuenta a don Josemaría que su padre ya ha muerto. 
Siente un profundo dolor. En casa, abraza a su madre y a su hermana. Se acerca a su padre, se arrodilla y reza por él.

momentos de dolorLe cuentan que don José se sintió mal cuando marchaba para el trabajo. Se apoyó sobre el marco de la puerta de la habitación y cayó al suelo. Lo colocaron sobre la cama y llamaron al médico...

Josemaría siente una gran tristeza. Dos lágrimas resbalan por sus mejillas. Después de quedarse unos días acompañando a su madre y hermanos, Josemaría regresa al seminario. Una vez terminadas las fiestas de Navidad, su familia va a vivir con él en Zaragoza.

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Pio Santiago

Josemaría le ha dicho Sí a Dios. Quiere ser sacerdote y pronto comenzará sus estudios. En octubre, tras acabar el bachillerato en el Instituto, ingresa en el Seminario.

Josemaría siente un fuerte deseo de acercar a Jesús a todas las personas. Cada domingo, los alumnos del Seminario salen a los barrios más pobres, donde les esperan casi cuatrocientos niños.

catequesisJosemaría enseña a los niños que Dios es nuestro Padre, que está en el Cielo... que nos quiere mucho y espera que seamos buenos hijos. Los niños se preparan muy bien para hacer su Primera Comunión.

sacerdote jovenA veces vienen contratiempos que, aunque le hacen sufrir, le ayudan a mejorar su gran amor al Señor y a los demás. —Cuando yo era joven y vivía en el Seminario de Zaragoza, tuve un disgusto muy gordo. Por aquellos días un profesor nos contó la siguiente historia:
«Había un hombre que tenía un molino de canela. Llegó un momento en que las piedras que utilizaba para moler se desgastaron y tuvo, como otras veces, que pedirlas a Alemania. Pasaba el tiempo y las piedras no llegaban. Un amigo del molinero le dijo entonces:
—Ve al río y busca unas piedras parecidas a las alemanas. Te las traes luego a casa y mandas a tu hijo que las coloque en el molino y les dé vueltas durante unos días.
Así lo hizo y, con gran sorpresa, vio que las piedras se habían ido puliendo unas con otras quedando la mar de lisas... ¡como las de Alemania!»
Al terminar, me dijo el profesor: «Así trata Dios a los que quiere... ¿Me entiendes, Escrivá?»
Estas palabras me hicieron un gran bien. 

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Pio Santiago

quiero ser sacerdoteDurante algún tiempo, acude al padre José Miguel, el religioso carmelita que había dejado las huellas de pies descalzos en la nieve, y le comunica su inquietud. A veces, piensa:  
¿Y si fuera sacerdote? ¿No estaría más disponible para hacer lo que Dios quiere de mí y que no conozco?

habla con su padrePoco a poco, esta idea crece dentro de él. Por fin se decide y acude a su padre. —Papá, quiero decirte algo muy importante para mí. Deseo ser sacerdote.

Don José guarda silencio, mientras unas lágrimas surgen en sus ojos. Repuesto ya de la sorpresa, su padre le pregunta: —¿Lo has pensado bien? 
—Sí, muchas veces. Estoy seguro de que Dios me pide algo. 
—Hijo mío, los sacerdotes tienen que ser santos. Piénsalo un poco más, pero yo no me opondré.

catequesis en un barrio de gente pobreDon José, como buen cristiano, acepta la Voluntad de Dios. Días después, le lleva a un sacerdote amigo para que le oriente en la decisión que ha tomado su hijo.

Tanto don José como doña Dolores renuncian a los proyectos que tenían para su hijo y abandonan la esperanza de que les ayude a levantar la economía familiar.

san Josemaría con sus hermanos Carmen y SantiagoJosemaría, adivinando las preocupaciones económicas de sus padres, le pide a Dios con una fe grande: —Señor, concédeles otro hijo varón que ocupe mi puesto.

Y Dios escucha su oración. Un día su madre le comunica a él y a Carmen que van a tener otro hermanito.

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Pio Santiago

huellas en la nieveA finales de diciembre, el frío es muy intenso. Durante la noche cae una intensa nevada, como no había ocurrido desde hacía años.
El río está congelado y las calles están cubiertas de nieve.

huellas en la nieveJosemaría observa la nieve.  De pronto, algo llama poderosamente su atención: ¡Son huellas de pies descalzos que se alejan! ¿A quién pertenecerán? 
A cierta distancia descubre a un religioso carmelita descalzo que se dirige a su convento, situado en las afueras de la ciudad.
¡Son suyas!, se dice Josemaría, ¡Pobre sacerdote! ¡Cuánto frío estará pasando!

huellas en la nieveEste hecho le remueve el corazón. Si ese carmelita es capaz de sacrificarse así por amor a Dios, ¿qué es lo que yo debo hacer por él? Nadie se da cuenta, pero a partir de ese momento, siente grandes deseos de acercarse a Dios. Asiste a la Santa Misa y comulga a diario; se confiesa más a menudo; hace más sacrificios por amor a Dios y a los demás.

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