Audiencia privada del Papa a un grupo de estudiantes de empresa y finanzas de la ‘Institution des Chartreux’, de Lyon (Francia)
Discurso del Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas, os recibo con alegría con ocasión de la estancia cultural y espiritual que estáis pasando en Roma. Con vosotros saludo cordialmente al Superior de la Institution des Chartreux[1] y a los profesores que os acompañan, sin olvidar a todos los que se han quedado en Lyon, incluido el Cardenal Barbarin.
Estáis en un curso de estudios que os prepara para entrar en grandes escuelas comerciales y que, cuando sea el momento, os permitirá realizar una profesión en el mundo de la finanza internacional. Me alegra saber que vuestra formación académica incluye una fuerte dimensión humana, filosófica y espiritual, y por eso doy gracias a Dios. De hecho, es esencial que, desde ahora y en vuestra vida profesional futura, aprendáis a estar libres del encanto del dinero, de la esclavitud en la que el dinero encierra a cuantos le rinden culto. Y es también importante que podáis adquirir hoy la fuerza y el valor de no obedecer ciegamente a la mano invisible del mercado. Por tanto, os animo a aprovechar el tiempo de estudio para formaros en ser promotores y defensores del crecimiento en equidad, artesanos de una administración justa y adecuada de nuestra casa común, o sea del mundo (cfr. Ex. ap. Evangelii gaudium, 204; 206).
Aquí en Roma vivís una especie de inmersión en la historia que marcó tan fuertemente el surgir de las naciones europeas. Admirando lo que el genio de los hombres y las esperanzas que cultivaron han sido capaces de realizar, preocuparos, también vosotros, de dejar vuestra impronta en la historia. Porque tenéis la capacidad de decidir vuestro futuro. Lo quiero repetir: tenéis la capacidad de decidir vuestro futuro. Por eso os animo a ser responsables de este mundo y de la vida de cada hombre. Nunca olvidéis que «toda injusticia contra un pobre es una herida abierta, y disminuye [vuestra] misma dignidad» (Catequesis, 20-IX-2017). Y, si este mundo espera de vosotros que lleguéis al éxito, emplead los medios y el tiempo para recorrer los senderos de la fraternidad, para construir puentes entre los hombres en vez de muros, para poner vuestra piedra en la edificación de una sociedad más justa y más humana.
En esta perspectiva, invito a los que sois cristianos a permanecer siempre unidos al Señor Jesús con la oración, para aprender a confiarlo todo en Dios, y así no sucumbir a la tentación del desánimo y la desesperación. También quisiera decir, con respeto y afecto, a los que no sois cristianos: nunca olvidéis, en la mirada dirigida a los demás y a vosotros mismos, que «el hombre supera infinitamente al hombre» (Blaise Pascal, Pensamientos, fragmento 122). Y os animo a todos a trabajar por el bien, por ser humildemente semilla de un mundo nuevo.
Con esta esperanza, encomendando a cada uno al Señor para que podáis cultivar la cultura del encuentro y del compartir en el seno de la única familia humana, invoco de corazón la bendición del Señor sobre vosotros, sobre las personas que os acompañan, y sobre vuestras familias y sobre la Institution des Chartreux. Merci beaucoup!
[1] La “Institution des Chartreux” es un establecimiento escolar privado de Lyon. Esta institución escolar, más comúnmente llamada «Les Chartreux» es un conjunto escolar católico con, desde maternal a bachillerato, más de 4.000 alumnos, 280 profesores, 40 preceptores y más de 150 personas de servicio (ndt).