Internet, móviles, videojuegos, deuvedés: el mundo virtual sigue avanzando inexorable. Es el "otro" mundo, el alternativo. Cada vez contamos más con él para trabajar, descansar, y por supuesto comunicarnos. A este paso hablar cara a cara se va a convertir en un lujo (o en una vulgaridad, según se mire), pues lo lógico, lo que se lleva, es entendernos apretando teclas y gesticulando en el vacío. Sobrecoge pensar hasta qué punto puede invadirnos este ambiente en cierto modo fantasmagórico, sin c...