En su soberbia los gobernantes del mundo quisieron hacer una torre tan grande como Dios.
Dios confundió o diversificó sus lenguas, no se entendieron y abandonaron el proyecto. Y desde entonces hay que ir a una academia de inglés.
En Copenhage se ha reunido el mundo para salvar la tierra, y no han llegado a un acuerdo, han quedado para el próximo año. Detrás de todo esto hay mucho negocio, grandes pelotazos sólo para iniciados o amigos de los poderosos. Consigues una empresa que emita menos co2 y te la compran las grandes compañías que emiten mucho y equilibran.
Por otra parte, de qué sistema se sirven los antisistema para ir en gran número a esas reuniones, con material cuasi-bélico. Parece que en el siglo XII Groenlandia producía hasta limones y que en el XVII el atlántico norte estaba congelado. El Papa ha propuesto que, para la paz, cuidemos la creación, que Dios puso en nuestras manos. Creo en la divina providencia que cuida amorosamente de las criaturas y especialmente del hombre, siempre que no se destruya la ecología moral, la moral natural, que empieza por respetar la vida del no nacido. Hay que descontaminar las inteligencias y los corazones. Pongámonos y pónganse a ello.
Daniel Tirapu en religion.elconfidencialdigital.com