Retrato de una sociedad que ‘toma partido’ por los más vulnerables: Cáritas Española ayudó en 2016 a más de tres millones de personas
‘Nosotros tomamos parte’. Con este lema se presentó el pasado día 25 de octubre en Madrid la Memoria anual de Cáritas Española 2016, unas páginas en las que se ofrece un retrato real de cómo una buena parte de la sociedad está “tomando partido por las personas y sus vidas”, y por combatir las realidades de injusticia que afectan a millones de familias excluidas en nuestro país y en muchas regiones de todo el mundo.
Durante una rueda de prensa celebrada en la sede de Cáritas Española, se ha dado cuenta del destino de los más de 358 millones de euros invertidos en 2016 por las 70 Cáritas Diocesanas de nuestro país y que supone un aumento del 9% con respecto al año anterior.
Estos fondos han sostenido un denso repertorio de acciones de acogida y acompañamiento en las que han participado 1.786.071 personas en España y otras 1.722.248 en proyectos de cooperación internacional. En total, 3.508.319 personas han podido recuperar la esperanza con el apoyo de casi 85.000 voluntarios y 4.800 trabajadores contratados, repartidos en una red estatal integrada por casi 6.000 Cáritas Parroquiales.
Estos datos han sido presentados por monseñor Jesús Fernández, obispo auxiliar de Santiago de Compostela y responsable de Cáritas en el seno de la CEPS (Comisión Episcopal de Pastoral Social); Manuel Bretón, presidente de Cáritas Española; y Sebastián Mora, secretario general.
Uno de los datos más destacados de esta Memoria anual es la solidez que muestra la base social de Cáritas, si se tiene en cuenta que, por primera vez en los últimos diez años, el volumen de recursos procedentes de aportaciones privadas supera el 75% del total. Los fondos de origen privado manejados por Cáritas en 2016 ascendieron a 269.732.066 euros, mientras que los fondos públicos sumaron 88.422.760 euros.
Otro rasgo destacado de la Memoria, que un año más confirma la apuesta de la Confederación por la austeridad, es el porcentaje destinado a gestión y administración, que supusieron tan solo 5,9 céntimos de cada euro invertido en programas sociales.
En el conjunto de las acciones de lucha contra la pobreza desarrolladas en 2016, sobresalen los esfuerzos realizados en los capítulos de Acogida y Asistencia, y Empleo y Economía social. De cada 100 euros invertidos en 2016, Cáritas destinó 22,4 euros −más de una quinta parte− a programas de Acogida y Asistencia. A este apartado se dedicaron 80,3 millones de euros.
Esto evidencia la importancia que tienen en el conjunto de la acción de las Cáritas Diocesanas y Parroquiales los esfuerzos destinados a garantizar el acceso de las personas más vulnerables a derechos básicos como alimentación, vivienda, sanidad o educación.
Se trata de situaciones de precariedad que se alargan en el tiempo y que alcanzan a familias que, aun cuando tengan a alguno de sus miembros en activo, no logran cubrir sus necesidades diarias básicas. De hecho, el 40% de las personas apoyadas por Cáritas han sido acompañadas durante al menos 3 años y un 15% durante 6 años o más.
Empleo y Economía social es otro de los grandes capítulos a los que Cáritas dedica más esfuerzos, al que de cada 100 euros invertidos en 2016 se destinaron 20,4 euros. En total, se invirtieron más de 73 millones de euros.
La opción por la inserción social a través del empleo y un modelo de economía solidaria viene siendo la gran apuesta de Cáritas en la última década. Es una acción caracterizada por el éxito, si se tiene en cuenta que de las más de 72.000 personas que en el último año participaron en nuestros Programas de Empleo, el 23% (16.597 personas) consiguieron acceder a un puesto de trabajo.
Además, dentro de la opción por la Economía Social, Cáritas cuenta con una red de 49 entidades de economía social que durante 2016 ofrecieron un total de 1.445 puestos de trabajo, de los cuales 615 son puestos de inserción. Estas entidades facturaron en el último ejercicio más de 36 millones de euros, que, por primera vez, se han incorporado como recursos invertidos a esta Memoria confederal de actividades.
Esto demuestra, como señaló Sebastián Mora, que “las personas acompañadas son receptoras de recursos destinados a crear oportunidades para su inserción social y, al mismo tiempo, convertirse en agentes sociales generadores a su vez de nuevos recursos que Cáritas reinvierte en sus propios Programas de Empleo”.
Otras áreas de actividad relevantes en el conjunto de recursos invertidos son los programas de Mayores, a los que se destinaron en 2016 más de 39 millones de euros; de Familia, Infancia y Juventud, con 26 millones; y de Cooperación Internacional, en cuyas actividades de ayuda de emergencia y proyectos de desarrollo en más de 40 países se invirtieron casi 30 millones de euros.
En su primera intervención ante los medios de comunicación desde su nombramiento como presidente de Cáritas, en febrero pasado, Manuel Bretón subrayó el compromiso de la Confederación con “la sociedad española para rendir cuentas, para seguir trabajando y aumentado esa transparencia que nos gustaría que nos caracterizará en cada acto que hacemos”. “Especialmente en esta ocasión −afirmó−queremos daros ‘la buena noticia’ de las personas que nos han confiado la vida, de las personas que han confiado en nosotros y nos han apoyado, de los mucho voluntarios que en todo nuestro territorio siguen confiando en nosotros y nos dedican su tiempo en la construcción de un mundo mejor”.
El presidente de Cáritas invitó a “seguir apostando por denunciar las causas de un mundo injusto, de seguir estando al lado de los que más sufren, de seguir trabajando en el seno de la Iglesia luchando por la injusticia y de seguir la inspiración del Papa Francisco”.
Por su parte, monseñor Jesús Fernández apeló a “la urgencia de redescubrir esta dimensión comunitaria como punto de partida para superar nuestros intereses individuales, los comportamientos autorreferenciales y colaborar con el Señor en la construcción de un mundo donde la experiencia del amor de Dios nos permita, como sociedad, vivir la comunión y construir un modelo de convivencia más justo y fraterno”.
Para el obispo responsable de Cáritas, en la vida comunitaria “es donde podemos responder al mandato de Jesús de dar de comer al hambriento e implicarnos en el desarrollo integral de los pobres”.
Junto con la Memoria anual, se ha presentado también una evaluación sobre la respuesta de Cáritas a las personas en situación de exclusión social durante la última década, una etapa dominada por una grave crisis económica global.
Bajo el título “Cáritas en la última década”, el documento analiza la estructura y el modelo que comienza a abrirse paso en un escenario de recuperación económica, haciendo una llamada a prestar atención a las consecuencias de lo vivido entre 2007 y 2016.
Los contenidos del documento se dividen en dos ámbitos concretos, el socioeconómico y el político-cultural. En ellos, junto a la constatación de los riesgos de cohesión social que han ido surgiendo o siguen sin solución desde antes de la crisis, se ofrecen datos básicos sobre el trabajo desarrollado por la Confederación Cáritas en el período analizado.
Los distintos apartados detallan, por ejemplo, los indicadores sociales de unos años de crecimiento (2000-2007) en los que se acumulaban riesgos, seguidos de una etapa caracterizada por factores como el descenso de la renta y la pérdida de capacidad adquisitiva, la concentración de los efectos en los niveles de renta más bajos, el incremento de las tasas de pobreza, el aumento de la desigualdad, la destrucción de empleo y la subida de la exclusión social, hasta asistir al inicio de una recuperación económica que no está llegando a las rentas más bajas y donde la familia está en riesgo de sobrecarga.
Ante ese escenario de desequilibrios sociales, Cáritas responde, por ejemplo, con la puesta en marcha el Observatorio de la Realidad Social para sistematizar la información obtenida a partir de su propia acción social, con el apoyo a más de 3,5 millones de personas para que cubran sus necesidades básicas, o con la reorientación de su labor hacia los que quedan desatendidos por el sistema público de protección social.
Al mismo tiempo, Cáritas pasa de atender en los primeros años de crisis a 400.000 personas en los servicios de acogida y asistencia a superar el millón en 2012, una cifra que se ha mantenido hasta 2014.
Dentro de las estrategias orientadas a reducir la pobreza severa y a mitigar la precariedad, también, el esfuerzo desarrollado por el Programa de Empleo, al que se han destinado 350 millones de euros en la última década. Se trata de una acción significativa, si se tiene en cuenta que Cáritas ha acompañado en este ámbito a unas 80.000 personas cada año y que una media anual de 14.000 participantes ha accedido al mercado de trabajo.
En el informe se destacan los 300 millones de euros invertidos en los programas de exclusión severa (sin hogar, enfermos de sida, reclusos, drogodependientes…) o los 200 millones dirigidos a proteger a la familia y a la infancia.
El apoyo social de voluntarios y donantes ha sido uno de los motores del trabajo de Cáritas durante toda la década: si en 2007 la inversión de la institución en todo el país fue de 200 millones de euros, en 2016 superó los 358 millones, mientras que los voluntarios pasaron de 56.500 en 2007 a 84.500 en 2016.
Y sin desviar el foco de la respuesta urgente a las situaciones coyunturales internas, entre 2007 y 2016 no ha dejado de canalizar hacia los países del Sur los recursos necesarios para erradicar la pobreza originada por un imperfecto modelo socioeconómico. En este ámbito, junto a la elaboración de propuestas centradas en cumplimiento de los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio), la respuesta al cambio climático o la definición de la Agenda 2030, en la última década se han desarrollado más de 300 proyectos de emergencia en los países del Sur, gracias a los más de 300 millones de euros recaudados por Cáritas Española para esas situaciones. Además, desde 2007 se ha acompañado a 1,5 millones de personas cada año en 45 países de todo el mundo a través de casi 500 proyectos, con una inversión superior a los 150 millones de euros.
Fuente: caritas.es.
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