Las palabras apasionadas de la filósofa Antoinette Kankindi, premio ‘Harambee 2017 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana’
Una mujer africana, menuda, de amplia sonrisa y finas manos voladoras, animada de un espíritu magnánimo y soñador, pero fundamentada en su altísima formación y extensa experiencia, nos dijo ayer:
“Tengo una obsesión: liberar a la joven mujer africana de ser abducida por el liberalismo individualista rampante del beneficio propio, mío, que conduce fácilmente a la corrupción. Les enseño que la dignidad del ser humano y el trabajo por el bien común liberarán la integridad natural que poseen las mujeres del mundo, por su posición familiar, social… Son hijas, esposas, madres, hermanas… Estos roles naturales de la mujer hacen que sean especialmente íntegras. Lo que busco es sacar a la luz esa cualidad para que la pongan a trabajar en beneficio de la sociedad”.
Son las palabras apasionadas de la filósofa Antoinette Kankindi, premio Harambee 2017 a la Promoción e Igualdad de la Mujer Africana, que nos ofreció ayer una sesión memorable sobre “El Liderazgo de la Mujer en África”. Licenciada en Filosofía y Letras y en Derecho y doctora en Filosofía Política, desde hace 12 años es profesora de Ética y Filosofía Política en la Universidad de Strathmore en Nairobi, Kenia.
La profesora Kankindi está convencida de que es imposible mejorar la vida en cualquier lugar de África si no se trabaja por mejorar la situación de la mujer y dar a la juventud razones para tener esperanza. La mujer, asegura, es el auténtico motor de África. Para conseguirlo, ha puesto en marcha un programa de educación de liderazgo de la mujer en el contexto con los valores africanos, donde enseña el valor de la integridad a jóvenes que incluso van abriendo sus propios negocios (12 de ellas ya los tienen en marcha).
Como valores/principios propios de África destacó tres:
1. Familia: “la familia me hace a mí… No soy nadie sin la familia”, tanto próxima como extendida. La persona ve enaltecida su dignidad justamente por esta capacidad de acoger desarrollada en las relaciones familiares amplias.
2. Solidaridad: como consecuencia de la familia. La sociedad africana, mayoritariamente rural, está acostumbrada a aportar de lo suyo a aquel que sufre pérdidas, o no dispone de lo necesario. Hoy, desafortunadamente, este concepto de solidaridad familiar se ha ido diluyendo en los ámbitos urbanos, quedando reducido a gastos compartidos en bodas y funerales.
3. Hospitalidad: especialmente con el de fuera, el que llega nuevo y no conoce a nadie. También hoy se empieza a perder este valor y surgen negocios en torno a la hospitalidad, que siempre fue gratuita.
En relación con el debate mundial que se da en la actualidad sobre la llamada “cuestión del género”, nos ofreció dos metáforas africanas tradicionales para poner de manifiesto la complementariedad de hombre y mujer:
− La mujer es el pilar de la casa, entorno al que el hombre construye la casa. No podría hacerlo sin ese pilar.
− La mujer es el cuello y el hombre la cabeza, uno sin el otro no pueden existir.
Pero, como hemos tratado y denunciado muchas veces en este Blog, el mundo de hoy gira en torno a la competitividad. Si se inculca este valor como único en la familia, se anula la confianza, porque implícitamente me están enseñando a no fiarme de nadie. Estoy siempre compitiendo y quiero ganar. ¡Educamos para el mercado! Antes, la Universidad iba por delante, ayudando a reflexionar en profundidad sobre la realidad… Ahora se jacta de “producir gente para el mercado”.
Como misión inmediata, tenemos que recuperar el sentido de la complementariedad para sobrevivir a la competitividad que campa a sus anchas en los roles individualistas.
La profesora Kankindi cree que la disposición de la mujer para la virtud es muy elevada. Tanto si se reconoce como si no, la mujer de África representa el liderazgo, se trata de que lo ejerza con integridad. Su misión es conseguir fondos (50.000 euros, más información en [email protected] y www.harambee.es) para formar a las mujeres jóvenes para que puedan ser las líderes íntegras que necesita el continente.
Nuria Chinchilla, en blog.iese.edu.
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