Son muchos los que nos ayudan desde el cielo: desde las 21.10 del 12 de diciembre, Javier Echevarría es uno de ellos…
Sus 22 años al frente de la Prelatura del Opus Dei dejan un amplio dossier informativo: 16 nuevos países en los que la Prelatura inició su tarea catequética y entre los que se encuentran Rusia, Kazajistán, Sudáfrica, Indonesia y Sri Lanka; continuos viajes de evangelización por los cinco continentes para impulsar las diferentes labores sociales de los fieles de la Prelatura y de los cooperadores del Opus Dei −en la ciudad de Valencia estuvo en casi 10 ocasiones como Prelado o acompañando a San Josemaría Escrivá o al Beato Alvaro del Portillo−, o los numerosos e intensos escritos y publicaciones pastorales que han nutrido las inteligencias de los valencianos durante todos estos años, como su última Carta, el 1 de diciembre, en la que explica la necesidad de llegar a Dios a través de la vida ordinaria, "santificando la rutina", o a través de la entrega a los demás, especialmente enfermos o necesitados, pero con una mirada de misericordia.
¿Y todo esto, por qué y cómo? Porque somos hijos de Dios, −todos, los que tenemos fe y los que todavía no la tienen−, y porque creer en Dios no es sólo un deseo sino una convicción de sentirse amados por Dios Padre en todo momento. Así murió Javier Echevarría, sereno, rezando por la fidelidad de sus hij@s, abandonado en los brazos de su Madre, la Virgen de Guadalupe, y contento de pasar a la auténtica Vida.
¿Y cómo? Son muchos cómos pero sólo resalto algunos, los que nos recordó en sus estancias valencianas: ningún ideal se hace realidad sin sacrificio; el encuentro con Dios no es abstracto, es con una Persona, Cristo, y un momento prolongado, la Eucaristía diaria; Dios nos llama a través de la generosidad con los demás, con los enfermos, con los niños, con los ancianos; el perdón como Sacramento de los propios pecados y como actitud hacia los que pueden estar equivocados y hacernos daño; o la escucha a la Palabra del Papa, el Vicario de Cristo en la tierra, sea quien sea.
Son muchos los que nos ayudan desde el cielo: desde las 21.10 del 12 de diciembre, Javier Echevarría es uno de ellos, pero hay que acudir a él, y contarle lo que nos pasa. El funeral del viernes, en la Catedral, a las 20.00, y presidido por el Cardenal Cañizares, es un buen momento para hacerlo.