Una luz que llegó no solo a los espectadores de todo el mundo, también al mismo productor ejecutivo, al que su propia película tocó su corazón y su fe
Pete Shilaimon, productor ejecutivo de Resucitado, huyó de Irak como refugiado. Su experiencia y la insistencia de sus padres le llevaron a hacer esta película. Lo hizo para defender la libertad religiosa y para homenajear a sus padres.
"Dejamos allí todo lo que teníamos, nuestro poco dinero o nuestra casa. Solo nos llevamos el crucifijo que nos pusimos en el cuello. Eso fue todo. La oración nos ha permitido superarlo”.
Pete Shilaimon emigró a Estados Unidos en los años 70, siguiendo la misma ruta que ahora toman muchos refugiados, pero admite que su situación no era tan mala como las que se sufren en estos días.
La oración era la única fuerza que tenía, pero después de las dificultades, empezó a hacerse preguntas sobre el catolicismo que sus padres lucharon por transmitirle. Resucitado aborda estas cuestiones a través de su personaje principal, Clavius, y de la incredulidad vital de Thomas.
"Me siento como si hubiera sido Clavius en esa roca, teniendo aquellos encuentros individuales con Cristo y haciendo esas preguntas. Tuve una hermana que murió, mi padre murió y hubo muchos momentos de 'ir a Jesús' en los que solo debías mirar hacía arriba y plantear estas preguntas”.
Dice que hacer esta película le ha acercado a su fe. Conoció al Papa Francisco en Roma junto al equipo de la película. Después de esa experiencia siente que ya no lucha contra tantas dudas.
Pete Shilaimon reconoce que la película da un mensaje de esperanza. A través de los mensajes de Facebook y las llamadas que ha recibido en su oficina, ha percibido cómo ha calado la esperanza, la búsqueda de uno mismo, el fortalecimiento de las creencias y la libertad de volver a vivirlas.
"Sabía que hablaría a las personas. Sabía que las personas que quizá se cuestionaban su fe conseguirían revitalizarla. Creo que las personas que se sentían en el límite, podrían repensar y ver si podrían encontrar su fe de nuevo, si podrían ver la luz”.
Una luz que llegó no solo a los espectadores de todo el mundo, también al mismo productor ejecutivo, al que su propia película tocó su corazón y su fe.