Estas claves intelectuales de los análisis de Todd muestran que sabe valorar con acierto puntos neurálgicos de lo que nos pasa
La Derrota de Occidente (editorial Akal, 2024, 260 págs.) del profesor Emmanuel Todd, antropólogo e historiador, comienza analizando la actual guerra de Ucrania y pronosticando que la va a ganar Rusia pues para ella es una cuestión vital y esencial que Ucrania no se incorpore a un bloque hostil a Rusia como -según la percepción de los gobernantes rusos- son la OTAN y la UE, mientras que USA no se juega nada fundamental en ese envite y por tanto acabará cediendo. La UE, según este autor, no pinta nada pues se limita a un seguidismo de los intereses de los EEUU. El libro es provocativo, incluso desconcertante, en su interpretación de la actualidad geopolítica mundial. A partir de la guerra de Ucrania, Todd hace una lectura -muy documentada- de nuestro mundo, del papel de cada país y de los motivos de fondo de la actuación de cada uno de ellos en las crisis actuales; y su diagnóstico es el que indica el título del libro: Occidente será derrotado … por su propia crisis y culpa.
Todd no es un youtuber alarmista ni un populista radical. Es un reconocido profesor francés, demógrafo y politólogo, autor de libros que han sido muy influyentes en el debate de ideas políticas en Europa y USA desde los años noventa del siglo pasado. Como científico siempre ha defendido en sus análisis históricos y de actualidad la absoluta relevancia para entender cada país de factores como la estructura familiar predominante, la religión dominante y la calidad del sistema educativo, es decir los factores humanos y culturales.
Sus opiniones y juicios se separan de los tópicos y prejuicios habituales de la opinión publicada y de gran parte del discurso oficial de las élites políticas europeas sobre Rusia, Putin, la fortaleza de las democracias europeas, lo que se juega en Ucrania o en Gaza, lo que se puede esperar de las potencias emergentes del llamado “tercer mundo” empezando por China, etc. No estoy en condiciones ni de compartir las tesis de Todd ni, tampoco, de discrepar de todas ellas; me falta información. Pero creo que merece la pena valorar sus opiniones y reflexionar sobre sus tesis, aunque se separen de lo que en general se da por supuesto entre nosotros, porque no son absurdas ni ajenas a los hechos que conocemos.
Todd aplica a sus análisis sobre la actualidad -y me parece razonable tener en cuenta estos factores, aunque quizá no con el carácter determinante que les da nuestro autor- sus tesis tradicionales sobre el papel de las estructuras familiares en la configuración de las sociedades y las políticas de cada país y sobre el papel que juega la religión en la configuración del carácter de los pueblos. Él, que se declara ateo y -por ejemplo- partidario del aborto libre y la llamada diversidad familiar, no duda en reconocer lo determinante que es para entender la política actual de Gran Bretaña, Alemania o USA la mentalidad que creó en estos países el protestantismo y -hoy- su declive o muerte. Al igual que reconoce la legalización del llamado “matrimonio homosexual” y el miedo colectivo a la vida de la actual mentalidad común como la prueba última de la desaparición de la vigencia efectiva de la religión en un país. Según Todd en los países citados hemos pasado de una sociedad religiosa, a una religión zombi y ahora a la religión cero, es decir, a la pérdida de identidad y de la fuerza histórica peculiar de cada nación por romper con sus raíces religiosas.
Estas claves intelectuales de los análisis de Todd muestran que sabe valorar con acierto puntos neurálgicos de lo que nos pasa … aunque no sean políticamente correctos ni habituales en los medios de comunicación ni en el discurso político. Aunque sea discutible su ponderación de estos fenómenos en la etiología de lo que nos pasa, me parece que es muy razonable no olvidarlos para entender el mundo actual.
Para Todd, Rusia no es un estado fallido ni Putin un sicópata émulo de Stalin; las naciones occidentales -USA, Gran Bretaña , Alemania, Francia, etc- ya no son las defensoras altruistas de la libertad y la democracia que fueron (quizá) en el pasado, sino naciones fracasadas y entregadas -especialmente EEUU- al nihilismo; las élites económicas de Occidente -nuestros oligarcas- son demasiado determinantes en la política, desprecian a las masas populares y solo buscan sus intereses económicos; la UE es irrelevante en la geoestrategia mundial; y los países del tercer mundo no se dejan engañar por el relato dominante en Occidente ni actúan conforme a ese paradigma. No sé si Todd acierta en todos sus juicios, pero quizá no falle en todos ellos.
En todo caso, se trata de un libro que conviene -en mi opinión- leer y meditar sus contenidos. La próxima presidencia de Trump en los USA puede hacer más conveniente esta lectura.
Y para conocer un poco mejor Rusia -tan desconocida entre nosotros- aconsejo leer La historia de Rusia (Ed. Taurus, 2022, 480 págs.), obra reciente del historiador británico Orlando Figes que ayuda a entender un poco mejor el alma rusa, es decir, lo que hay en la conciencia colectiva de ese pueblo, cómo se ve a sí mismo, a Ucrania y a Occidente. Conocer mejor Rusia puede ayudar a no limitarse a ver en lo que está pasando el estúpido tópico del "sicópata asesino que dirige a un pueblo oprimido y retrasado" que impera en tanta seudo información sobre la guerra de Ucrania. Como escribe Figes: "Con demasiada frecuencia la política rusa se analiza sin tener el suficiente conocimiento sobre la historia rusa. Pero comprender el pasado del país es esencial para poder dar sentido a todo lo que ha sucedido en Rusia durante los últimos treinta años" (pág. 277).
Tener buena información y escuchar a "los otros" siempre ayuda a formarse un mejor criterio sobre la actualidad. Las obras de Todd y Figes pueden quizá aportar algunas luces complementarias interesantes a lo que oímos y leemos a diario en los medios de comunicación.