Corazón – alma – mente – fuerzas, son sentimientos – decisiones – pensamientos – acciones
Pero ¿qué significa amar a Dios con todo nuestro corazón, nuestra alma, nuestra mente y nuestra fuerza? ¿Qué significado esconden esas palabras? En las próximas líneas trataré de explicarlo...
El tema de esta entrega de mi blog está relacionado con las palabras de Jesús en Mc 12, 29-31, donde dice que amemos al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas.
Los vacíos de nuestra vida, el desaliento, la tristeza que poco a poco embarga nuestro ser, el martirio de la enemistad familiar, la falta de comprensión y perdón con los demás y el miedo son producto de no comprender y hacer qué es lo que quiere enseñarnos Jesús con esas palabras.
Jesús dijo que amar a Dios de esa manera debe ser lo más importante en esta vida, por encima de nuestras posesiones, logros y responsabilidades. Y entre más nos alejemos de esa instrucción de Jesús, menos cerca estaremos de su perfecta voluntad, y más atormentado será nuestro cotidiano vivir.
Pero ¿qué significa amar a Dios con todo nuestro corazón, nuestra alma, nuestra mente y nuestra fuerza? ¿Qué significado esconden esas palabras? En las próximas líneas trataré de explicarlo.
Ámale con todo tu corazón: El corazón es el lugar del cuerpo donde la persona siente. Estoy eligiendo enfocarme en el lado emocional de la idea más amplia de “corazón” en la Biblia. Se necesita ese enfoque porque nuestra expresión de amor a Dios a menudo tiene un formalismo que puede apagar nuestra fe. Nuestro Padre Celestial quiere que sus hijos le expresen sus sentimientos de amor.
Ámale con toda tu alma: El alma es donde la persona toma las decisiones. Todos alguna vez hemos decidido hacer algo que realmente no nos sentíamos con ganas de hacerlo. ¿Qué te empujo a llevarlo a cabo? Tú tienes una voluntad. No te impulsan tus emociones y ni siquiera tus pensamientos, tu alma decide. Puede decidir no decidir, permitiendo que tus emociones tengan rienda suelta; pero incluso eso es una decisión del alma.
Ámale con toda tu mente: La mente es donde uno piensa. Es en tu mente que los pensamientos, las impresiones, la inteligencia y el aprendizaje cobran vida. La fe en Dios no quiere decir que dejamos de pensar, más bien es lo opuesto, Dios quiere que le amemos con toda nuestra mente.
Ámale con toda tu fuerza: Por medio de tu fuerza es cómo puedes interactuar físicamente con todo lo que te rodea. En alguna medida un corazón, un alma y una mente de amor deben traducirse en acciones reales en un mundo real que requieren de energía y exigen fuerza.
¿Qué quiero decir con todo esto? Pues bien, corazón – alma – mente – fuerzas, son sentimientos – decisiones – pensamientos – acciones, así respectivamente. Si quieres cambiar la manera en que te relacionas con Dios, tu plan debe incluir estos cuatro aspectos, si o si.
Así que, ¿cómo nos conectamos? ¿Cómo ama uno a Dios con todo el corazón, el alma, la mente y las fuerzas? Sin dar pasos de acción práctica estos compromisos seguirán siendo solo ideas que nunca encontrarán su camino hacia la vida diaria.
En las próximas entradas de este blog estaré describiendo cómo podemos poner en acción cada área: corazón, alma, mente y fuerzas. Si te gustó esta pequeña enseñanza favor de compartirla.