La mayoría de estudios sobre relaciones se centran en observar la aparición de “señales de fracaso” en cada momento dado, pero esta investigación ofrece una nueva visión de conjunto
Predecir el fracaso de una pareja es más complicado de lo que parece. Cuando conocemos a la nueva novia de nuestro mejor amigo y nos cae mal estamos convencidos de que la relación no tienen ningún futuro, “¡si además se están todo el día peleando!” Pero, dos años después, estás en su boda mirando a las chicas de la mesa de enfrente, porque tu pareja, esa que se parecía tanto a ti, te ha dejado por otro. Los psicólogos han estudiado en profundidad cuáles son las causas que hacen que fracase una relación, y coinciden en señalar que hay una serie de comportamientos que condenan a una pareja a la separación, como son la falta de honestidad, la ausencia de intimidad, el miedo al compromiso… La mayoría de estudios sobre relaciones se centran en observar la aparición de estas “señales de fracaso” en cada momento dado y en medir su frecuencia, para así saber en qué determinan el futuro de la pareja. Pero el doctor Brian Ogolsky, profesor de Desarrollo Humano y Estudios de Familia de la Universidad de Illinois, propone un nuevo enfoque. En su nuevo estudio, Ogolsky trata de observar la evolución de las parejas a través de un parámetro que, asegura, es el que mejor predice su futuro: el “patrón de compromiso”. Este término describe los sentimientos de cada parte de la pareja respecto a la idea de casarse. Y es algo que fluctúa enormemente a lo largo del tiempo, también una vez que hemos pasado por el altar, en forma de autoafirmación o arrepentimiento.
Los cuatro tipos de parejas
Para elaborar el estudio, que acaba de ver la luz en la revista 'Journal of Marriage and Family', Ogolsky y sus colegas analizaron la evolución de 376 parejas en su veintena durante un periodo de nueve meses. Los participantes crearon una serie de gráficos para mostrar cómo su compromiso iba cambiando (en una escala de 0 a 100) y señalaban detalles concretos que habían influido en su intención de casarse. Factores como la creencia de que tu pareja está mucho tiempo con los amigos, las peleas o la sensación de que es muy diferente a ti hacían que disminuyera el nivel de compromiso. Por el contrario, variables como conocer a los padres de tu novio, estar mucho tiempo juntos, tener muchas cosas en común y recibir el apoyo de familias o amigos incrementaba las ganas de casarse. Podemos aprender del pasado de nuestra relación para mejorar su situación en el presente y saber hacia dónde queremos que vaya en el futuro Además de analizar los gráficos, los investigadores se entrevistaron mensualmente con las parejas y estudiaron los diferentes pasos que dan éstas en su evolución hacia el matrimonio o la ruptura. Tras revisar todos los datos, Ogolsky llegó a la conclusión de que cada miembro de la pareja puede clasificarse en cuatro patrones de compromiso, que determinan en gran medida el futuro de la relación. Son estos:
Dramático.
Se trata del grupo más numeroso (un 34% de los participantes). Las parejas con uno de sus miembros en este perfil tienen muchos altibajos emocionales y pasan más tiempo separadas que el resto de relaciones. Además, los individuos que responden a este patrón tienen menor apoyo de familiares y amigos. Según el estudio, estas personas tienen el doble de posibilidades de generar una ruptura que cualquiera de los otros tipos de pareja: la mayoría de los que participaron en el estudio rompieron con sus reslaciones durante los nueve meses del mismo. Hay que apuntar, además, que este es el tipo de perfil que más coincide en una sólo pareja: el 55% de los participantes dramáticos estaban saliendo con otra persona de este tipo. Ogolsky es claro respecto a estas relaciones: “ilustran la cruda realidad de que algunas personas son incompatibles y están mejor separadas”.
Centrado Estas personas (bautizadas en inglés como 'partner-focused') son aquellas que valoran al compañero por encima de cualquier cosa. Se centran en la idea de que “la pareja es el centro del universo”. Esto, claro está, es positivo para el futuro de la relación: las parejas con algún miembro en esta categoría suelen acabar en boda, pues realmente están enamoradas. En el estudio representaron el 30% de la muestra, además, muchos de los individuos de este perfil estaban saliendo con personas del mismo tipo (un 46%).
Social Este tipo de personas (el 19% de los participantes) están muy influenciadas por su interacción con su entorno social, principalmente familia y amigos. Pese a esto, su compromiso respecto al matrimonio, tras el de las personas centradas, es el que menos varía. Las parejas con miembros de este perfil son, además, las que más basan su amor en el compañerismo y la amistad, lo que es muy positivo para el futuro de la relación. Son personas que tienen más miedo a casarse, pero tienen un nivel de ruptura muy bajo, por lo que la evolución de su compromiso es lenta pero segura.
Conflictivo Por extraño que parezca, las personas que se pasan el día peleando con su pareja (el 12% de las estudiadas) tienen un patrón de compromiso mucho más estable que las dramáticas. Las parejas con miembros de este tipo tienen un gran número de crisis, pero son capaces de solucionarlas y no darles tanta importancia, al contrario de lo que ocurre con las parejas de perfil dramático, que experimentan cambios abruptos en la relación que pueden dar al traste con ésta de un día para otro. Según Ogolsky las parejas con miembros de este tipo suelen basarse en el amor pasional, que puede tener un final tumultuoso si no evoluciona hacia el amor compañero que, como sabemos, es el que suele funcionar a largo plazo.
Una lección que también vale para los casados
Los resultados del estudio no sirven sólo para las parejas que están pensando en casarse sino, más aún, para las que ya han pasado por el altar. En opinión de los investigadores, podemos aprender del pasado de nuestra relación para mejorar su situación en el presente y saber hacia dónde queremos que vaya en el futuro, para bien o para mal. Si tu compromiso siempre ha sido una farsa no hay ninguna razón para que sigas manteniendo una relación que sólo provoca daño mutuo En una investigación anterior, Ogolsky mostró que las parejas cuyo compromiso sigue siendo alto tras el matrimonio recuerdan perfectamente cada paso que dieron en la relación. Sin embargo, las parejas cuyo compromiso se ha estancado o ha disminuido se acaban inventando cosas. “A las personas les gusta sentir que están haciendo progresos como pareja”, explicaba el doctor en la presentación del estudio. “Si no lo están haciendo –y, de hecho, la relación está en peligro– pueden tener recuerdos distorsionados que les ayudan a sentir que siguen hacia delante, pues necesitan una justificación psicológica para permanecer en la relación”. Por esto, asegura el psicólogo, es bueno echar la vista a atrás y reconocer cuál ha sido de verdad la evolución de tu pareja. Todas las relaciones pasan por momentos mejores y peores, pero si tu compromiso siempre ha sido una farsa no hay ninguna razón para que sigas manteniendo una relación que sólo provoca daño mutuo.