Flp 1, 10: “Para que aprobéis lo mejor a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo.”
El verbo aprobar significa tomar una decisión, darle el visto bueno a algo. Y como sabemos hay decisiones grandes, decisiones para toda la vida, y tienes que saber tomar decisiones correctas como cristiano. Y la decisión más importante que puedes tomar, es confiar en Dios.
Daniel, decidió confiar en Dios y ponerlo en el primer lugar de su vida, y salió muy bendecido en ese ambiente adverso en el que se encontraba. Leamos lo que dice Dn 1.
Como vemos, Daniel estaba secuestrado ahí en Babilonia, ya que Nabucodonosor había invadido Jerusalén. Y pues bueno, tenemos a Daniel y sus amigos en medio de un grupo de jóvenes, que iba a ser sometido a un proceso de lavado cerebral, una nueva educación por así decirlo, una capacitación para que lleguen a ser como los caldeos y también iban a ser capacitados para ocupar lugares de gobierno y administración. Y empezamos con esto: se les da una determinada comida. Y si vamos a Lv 11, 9-11, vemos que los hebreos tenían una determinada dieta, y para ellos el alterar esta dieta, equivalía a darle la espalda a Dios, y sí, suena bastante religioso, pero eso era en lo que creían, porque en esta dieta se expresaba el valor de separarse, de abstenerse de determinadas cosas y no contaminarse, y si lo tomamos como un ejemplo simbólico para nuestras vidas, es como si Satanás nos estuviera dando esa comida, y el comer de esa comida, es darle la espalda a Dios, Satanás te está tentando y tienes que saber evitar la tentación, vencerla y no sucumbir, abstenerte de las cosas malas y no contaminarte, no corromperte.
La crisis de la juventud cristiana, es el no conocer la Palabra de Dios, y al tener ignorancia en este asunto, vemos que los jóvenes comienzan a desviarse del camino de Dios, y a veces toman decisiones equivocadas porque no saben lo que la Palabra de Dios tiene para decir, y no hay sabiduría al tomar esas decisiones, nosotros como cristianos, debemos tomar decisiones, conforme a lo que dice la Palabra de Dios, de lo contrario, sería como darle la espalda a Dios, ignorarlo, ir en el sentido opuesto al que Dios quiere que vayas. La Biblia dice que nuestros miembros pertenecen al Señor y somos templo del Espíritu (1Co 6, 15-19) así que, hay que darle lugar a la Palabra de Dios, al tomar una decisión.
Un versículo interesante que se puede relacionar con Daniel es 1P 1, 18-19…
Dice “sabiendo que fuisteis rescatados” podemos ver que Dios libró a Daniel de muchas cosas, lo rescato varias veces, y si tomamos esto como un ejemplo para nuestra vida, nos damos cuenta de que Dios, también nos ha rescatado, de las cosas que nos ataban. Jesús dijo: el que hace pecado esclavo es del pecado. Y sabemos que él nos puede librar, nos puede rescatar de ese pecado que nos ata.
Luego dice “de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres”. Vano significa sin fruto, intrascendente, sin propósito y sin sentido. Y como podemos ver aquí también, Dios nos ha rescatado de nuestra vana manera de vivir ¿y qué significa eso? Que Dios ahora nos ha dado un propósito en la vida, ese propósito es servirle y adorarle. La vida vana, es una vida intrascendente que no produce frutos. Mientras que Dios nos ha dado trascendencia, un propósito para la vida. Daniel no tuvo una vida vana, tuvo una vida con propósito, porque se dedicó a servir a Dios.
Y por ultimo dice: “no con cosas corruptibles como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación”. Sabemos que la sangre representa esperanza, esperanza de vida. Los hebreos que estaban en Egipto, sacrificaron corderos y pintaron los marcos de sus puertas con la sangre de los sacrificios, porque Jehová esa noche hirió a Egipto y los hebreos sobrevivieron al hacer esto, y salieron de Egipto. (Ex 12, 11-12). La sangre de Cristo nos da esperanza de salvación, de ser redimidos y liberados de nuestro pecado. Daniel tuvo esperanza y confió en que Dios no le iba a fallar, y miren lo que pasó, salió bendecido, él y sus tres amigos, porque decidieron confiar en Dios, y orientaron su vida a propósitos eternos.
¿Vale la pena confiar en Dios? Por lo visto, sí. Te invito a confiar en Dios, él no te va a fallar, pero solo si verdaderamente confías en Él. Él te puede rescatar y liberar de ese pecado que te ata, le dará un propósito a tu vida, y en Él está la esperanza de salvación. Ponlo en el primer lugar de tu vida. Te invito a confiar en Dios.