Cada miércoles el Papa imparte una catequesis durante su audiencia general con peregrinos
Desde hace algunas semanas está reflexionando sobre el mundo post-pandemia. Estos encuentros son una antesala a su inminente encíclica sobre la Fraternidad humana, titulada “Todos hermanos”, que firmará en Asís el 3 de octubre.
Basta de egoísmo
Francisco dice que la pandemia ha desvelado otra herida: La brecha social causada por una economía enferma.
El Papa explica que el egoísmo convierte al “homo sapiens” en “homo economicus”, o sea, un ser individualista, calculador y dominador. Pide decidir si queremos seguir siendo así.
“Esta obsesión de poseer y dominar excluye a millones de personas de los bienes primarios. Cuando la desigualdad económica y tecnológica es tal que lacera el tejido social; y cuando la dependencia de un progreso material ilimitado amenaza la casa común, no podemos quedarnos mirando. No, esto es desolador. No podemos quedarnos mirando”.
¿Cómo saldremos de esta crisis?
Para Francisco, un criterio clave de autenticidad cristiana es la atención a los necesitados. Por eso, invita a cambiar lo que provoque pobreza. Y dice que retomar la normalidad no puede suponer volver a las injusticias.
“La pandemia es una crisis, y de una crisis no se sale igual; se sale mejores o peores. Tenemos que salir mejores para remediar la injusticia social y la destrucción medioambiental. Hoy contamos con una ocasión para construir algo distinto. Por ejemplo, para hacer crecer una economía de desarrollo integral para los pobres y no de asistencialismo”.
La solidaridad es el camino
El Papa explica que el coronavirus ha demostrado que dependemos uno de los otros. Que o salimos todos juntos de esta crisis, o seguimos dentro todos.
"No es solo cuestión de ayudar a los demás, −está bien hacerlo−. Es mucho más: se trata de justicia”.
“La solidaridad hoy es el camino para vivir en un mundo post-pandemia hacia la curación de nuestras enfermedades personales y sociales. No hay otra opción: o vamos adelante por el camino de la solidaridad, o las cosas serán peores”.
Por ahora, los tres pilares de la propuesta del Papa son: no al egoísmo, sembrar esperanza; y actuar.
El 3 de octubre conoceremos su propuesta completa para el mundo post-pandemia.