La percepción que parte de la sociedad tiene de la Iglesia está distorsionada cuando se desorbitan los fallos, las divisiones y los pecados, pero también de no promover una cultura de la comunicación a la medida de nuestro tiempo
El profesor José Francisco Serrano Oceja ha publicado un libro titulado «La sociedad del desconocimiento» en el que dedica la segunda parte a La Iglesia y la Comunicación. La primera se titula «La humanidades y la comunicación».
La Iglesia es comunicación
A ningún creyente se le escapa que la Iglesia es comunicación porque su misión es anunciar el Evangelio de Jesucristo en vivo y a todas las gentes. Más aún, la Iglesia misma es comunión espiritual en Jesucristo de personas en este mundo. Hoy la Iglesia en España sigue siendo comunicación en ese profundo sentido y debe servirse de los medios actuales, no solo como institución sino como comunidad de creyentes libres y responsables de la fe.
Hablamos de la sociedad de la información gracias a los medios que generan noticias continuamente, y también decimos que nos sobra información mientras falta formación. Falta sosiego para analizar la realidad de los sucesos y las líneas de fuerza de la comunicación, y aún más para reflexionar hacia dónde nos dirigimos o nos dirigen. El subtítulo de esta obra es «Comunicación posmoderna y transformación cultural» pues entendemos que nos jugamos mucho como ciudadanos.
Palabras, cultura, antropología
Ya en la Introducción el profesor Serrano Oceja considera que el símbolo de la sociedad actual es el tríptico compuesto por la sociedad de consumo, la democracia de masas y los medios de comunicación de masas. A este respecto menciona a la revista Time cuando decía que «nunca hemos corrido tan deprisa hacia ninguna parte». Y añade que vivimos en una hipertrofia de medio y una atrofia de fines. Su propósito es profundizar en la relación entre las humanidades y la comunicación, lo cual supone repensar la antropología filosófica que subyace en nuestra cultura actual.
La primera parte trata sobre las humanidades y la comunicación, tema que está en el fondo de sus clases como profesor de ciencias de la comunicación en la universidad CEU San Pablo, y anterior decano de la facultad de Humanidades. Aborda la cuestión del lenguaje pues sabemos, o deberíamos saber, que es la herramienta principal que se utiliza para cambiar hoy las ideas sobre la persona, la familia y las leyes.
Francisco Serrano dirige su mirada a la persona como sujeto y término de la comunicación, que debe estar advertida de la posible manipulación del lenguaje. De ahí la importancia de revisar la antropología que subyace en nuestras ideas y acciones, porque han crecido aquellas antropologías reductoras del hombre, al que las ideologías dispares como el capitalismo y el comunismo tratan como un ser sin trascendencia ni necesidades espirituales. Merece ser destacado el capítulo dedicado el problema antropológico subyacente en las ciencias sociales, después de distinguir entre masa, individuo y persona.
Más creatividad en la comunicación eclesial
La percepción que parte de la sociedad tiene de la Iglesia está distorsionada cuando se desorbitan los fallos, las divisiones y los pecados, pero también de no promover una cultura de la comunicación a la medida de nuestro tiempo. Serrano piensa que falta liderazgo y creatividad en la comunicación eclesial, y que no es suficiente con que otros reconozcan y aun admiren la misión asistencial de la Iglesia sino que es preciso ganarse la ejemplaridad imitable. El Papa Francisco es el ejemplo patente de este liderazgo mediático por sus gestos sinceros, su impulso hacia las periferias, y su capacidad para cambiar la agenda de lo previsible, que generan un pensamiento fresco acorde con el Evangelio.
Los movimientos del Papa hacen ver que el centro ya no está en Europa sino en América, que empieza a ser Iglesia fuente, a la vez que trata de centrar a la Iglesia en lo esencial como madre, maestra y pastora de la misericordia que a nadie deje indiferente. Francisco mantiene sin rebajas la doctrina y la fe sacramental a la vez que impulsa una Iglesia en salida, como ha dicho tantas veces.
Finalmente, la amplia bibliografía que sustenta la exposición del profesor Serrano Oceja muestra el trabajo desarrollado durante años en sus clases, artículos y libros. Entre los autores de pensamiento utiliza a Luckman, Habermas, Putnam, González de Cardedal, Alvira, Prades, Llano, Fissichella, y naturalmente san Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Con el profesor Llano reconoce que el «problema de comunicación y pensamiento cristiano no lo es de comunicación, ni siquiera de información, sino de cultura y de pensamiento. La carencia de grupos de acción y de pensamiento que ejerzan un liderazgo en la sociedad, y que transparenten ejemplaridad, convierte a los medios en instrumentos seducidos por la erótica de la política y en los intereses de grupo».