Capítulo V: Asia: la confluencia de religión y geopolítica
Introducción
Cada Ministerio de Asuntos Exteriores, sea cual sea el atlas que usa, opera mentalmente con un mapa diferente del mundo. Spykman.
Uno de los responsables de la evolución conceptual de la geopolítica y fundador de la revista Hérodote, Yves Lacoste define Geopolítica de la siguiente forma:
«El término «Geopolítica», utilizado en nuestros días de múltiples maneras, designa en la práctica todo lo relacionado con las rivalidades por el poder o la influencia sobre determinados territorios y sus poblaciones: rivalidades entre poderes políticos de todo tipo, no solo entre estados…».
La introducción del prefijo «geo» tanto en la idea de estrategia como en la idea de política, afirma el General Miguel Alonso Baquer, muestra un proceso de modernización. Incluso de mundialismo, de ecumenismo, de universalismo y de globalización, fenómenos tan característicos de la denominada postmodernidad [1]. En el marco del ecumenismo, universalismo y globalización, se producen «desordenes», que en términos de geopolítica pretenden la intersección del género, la generación, el origen étnico o la religión, con estructuras tradicionalmente asociadas con la geopolítica, como son la competencia entre estados o la identidad nacional. En las geografías de la proyección global del poder, los conflictos interestatales y el nacionalismo no pueden ser ignorados, pero también…
«…la religión merece ser reconocida plenamente y de manera similar a la raza, la clase y el género en el análisis geográfico. Lo que es más importante, subrayo la importancia geográfica de examinar la religión, no menos en la intersección de las fuerzas sagradas y las seculares en la toma de lugar. Esto es especialmente así en contextos urbanos donde las variedades sagradas y seculares son, de hecho, variedades de lo sagrado» [2].
Geografía y Geopolítica
La geopolítica, para Colin Flint, es un componente de la geografía humana. Para entender la geopolítica primero debemos entender lo que es la geografía humana [3]. Para nuestro propósito podemos definir la geografía simplemente como «el estudio del espacio y del lugar, y de los movimientos entre los lugares» [4]. Geopolítica para Gilmartin & Kofman [5], son las múltiples prácticas y múltiples representaciones de un amplio espectro de territorios.
Unos meses después de la caída del muro de Berlín- Francis Fukuyama publicó «El Fin de la Historia», proclamando que el sentido hegeliano de la historia había terminado, dado que los éxitos de las democracias liberales capitalistas habían terminado con el debate sobre qué sistema de gobierno era mejor para la humanidad. Representaba un idealismo como el «wilsoniano» tras la Primera Guerra Mundial. Los debates tras los primeros años de la guerra de Iraq nos retornaron a una visión «realista» para la que los legados de la geografía, historia y cultura, establecen límites de lo que se puede lograr en un determinado lugar [6].
El sistema internacional del siglo XXI estará marcado por una aparente contradicción, afirmaba Henry Kissinger en «Diplomacy» [7]: En cuanto a relaciones entre estados, el «nuevo orden» será más parecido al sistema de estados europeos del siglo XVIII y XIX, que a los patrones más rígidos de la guerra fría. Dentro de este orden, según Kissinger, se encontrarán al menos seis potencias, Estados Unidos, Europa, China, Japón, Rusia y probablemente India, así como una multitud de países intermedios y pequeños.
Zbigniew Brzezinski [8], considera que:
«Los estados, como los individuos, se conducen por propensiones heredadas -sus inclinaciones geopolíticas tradicionales y su sentido de la historia- y se diferencian por su capacidad de discriminar entre las ambiciones pacientes y autoengaños imprudentes»
Todo nos lleva a pensar en la interrelación entre geopolíticas y religiones.
Geografía y religión
Como afirma L. Kong, la primera década del siglo XXI ha presenciado un gran desarrollo dentro de la investigación geográfica sobre la religión. Las geografía de las religiones ya no pueden considerarse como un interés trasnochado dentro de la gran empresa geográfica [9].
Nuestras imaginaciones geográficas y sensibilidades religiosas han sido radicalmente reformadas y agudizadas, incluso aunque nuestra sensibilidad humana resultara asaltada. Porque nuestro mundo está cada vez más interconectado y «lo que ocurre aquí y ahora está profundamente afectado por lo que ha sucedido en otros tiempos y sucede en otros lugares» [10].
Nuevas fuentes de inmigrantes, nuevas religiones, nuevos conflictos, nuevos territorios y nuevas redes han sido objeto de análisis. Nuevos objetivos teóricos dentro de la geografía también han permitido nuevos enfoques para los que estudian la religión. Diferentes lugares de la práctica religiosa más allá de lo «oficialmente sagrado», los diferentes sentidos de geografías sagradas, las diferentes religiones en diferentes contextos históricos y específicos del lugar, diferentes escalas geográficas de análisis y diferentes componentes de la población, han centrado la atención durante la primera década del siglo XXI [11].
La religión y la geopolítica siempre han tenido lazos de un tipo u otro. Mucho nacionalismo e imperialismo han encontrado propósito y justificación en las diferencias religiosas y en el proselitismo. A medida que los Estados nacionales europeos modernos surgieron en los siglos XVI y XVII, el fanatismo religioso fue causa y consecuencia de la concentración del poder estatal y de las rivalidades entre los estados [12].
En ciertos casos, como el del hinduismo o el del confucianismo, donde no disponen de un texto único como la Biblia, la Torá o el Corán que inspiren su geopolítica, la amplitud de la interpretación del pensamiento religioso puede tener consecuencias geopolíticas, por ejemplo:
• Imaginar un «hinduismo» distintivo, se ha convertido en un elemento importante del nacionalismo en la India, representado por una serie de movimientos afiliados, y -no menos importante- un partido político como el BJP.
• El contrapunto es el confucianismo, tanto en sus manifestaciones clásicas como en las postcoloniales, muestra poca especificidad territorial, ya que «No se reconocía ningún exterior absoluto, sólo grados relativos de la proximidad a un centro». Si esta premisa hegemónica inspira la geopolítica contemporánea china, o del Asia oriental en general, es una cuestión abierta [13].
A pesar de las implicaciones geopolíticas de los casos anteriores, son el cristianismo y el islam, -las grandes religiones misioneras- las que proporcionan los casos más dinámicos de la religión como el lenguaje geopolítico de la época. Sus textos fundacionales, sirven como plantillas utópicas que otorgan a los fundamentalistas una fuente particular de autoridad sobre la que descansan sus reivindicaciones geopolíticas [14].
La fusión de nociones geográficas y religiosas sobre el mundo
Fue explorada en los trabajos seminales de John Kirtland Wright (1891-1969), un geógrafo que introdujo el término «geopiedad». La geopiedad puede implicar acciones que van más allá de la oración y el sacrificio, como la protección del medio ambiente o la construcción de santuarios en lugares específicos; señala el «apego a un lugar, el orgullo del imperio o del Estado nacional». En términos de «geopiedad», no hay una clara distinción entre lo que se ha denominado la «dimensión sagrada del nacionalismo» y el apego a un lugar que se enorgullece de su Providencia Especial [15].
Anthony Smith ha distinguido cuatro aspectos de la «dimensión sagrada» de la nación.
1. La elección étnica o la idea de pueblo elegido, que se encarna en mitos como el ángel que aparece en Kosovo Polje. Pero Smith también reconoce versiones seculares como la Revolución Francesa y la idea de misión que implicaba para los franceses.
2. El territorio sagrado. Es la cuna de la nación o el lugar donde se han producido acontecimientos importantes y se visitan reliquias. Naturalmente, la idea de una Tierra Santa puede derivarse de la Biblia.
3. La etno-historia. Identifica este aspecto con el reconocimiento de «edades de oro», períodos que encarnan las virtudes internas o verdaderas de una comunidad.
4. La idea del sacrificio nacional, la sangre derramada por la nación como conmemorada en los monumentos de los muertos gloriosos, nos recuerda la inmaterialidad y la eternidad de la nación (DIJKINK, 2006 , pág. 194) [16].
Smith trata de identificar los paralelismos entre la religión y el nacionalismo, incluso cuando este último no contenga ninguna referencia a Dios, los escritos sagrados o el más allá. Hay una tendencia a equiparar la religión con valores generales, aunque no sean valores «sagrados»; cuando la nación es «sagrada», se considera análoga a Dios [17].
Pero si un discurso político se basa en cosmologías explícitas o teologías, no hay ambigüedad. Lo sagrado salta a la vista en contraste con el discurso casi religioso sobre la nación. Este último discurso puede apelar a las personas religiosas sin evocar directamente ningún mandamiento religioso o escritura sagrada. La religión pasa a ser una dimensión oculta [18].
Lo anterior proporciona una estructura preliminar para estudiar la fusión de la geopolítica y la religión, la idea de territorio sagrado o tierra santa; las prescripciones religiosas para la acción internacional, de las cuales la guerra santa es la más presente; todas las demás ideas religiosas sobre el orden mundial o las relaciones de Dios con él [19].
Religeopolítica
El término religeopolítica fue propuesto por Lari Nyroos al estudiar dos movimientos «fundamentalistas» en el Oriente próximo: Hamas y Kach. Ambos movimientos apelan a un destino manifiesto religioso de Palestina/Israel y que en la visión del creyente (Kach) puede alcanzar una dimensión desproporcionada, incluso –en el caso de Israel- extendiéndose geográficamente hasta el río Éufrates. El piadoso, sea musulmán (Hamas) o judío (Kach), ve como una misión religiosa no abandonar este territorio [20].
Estos movimientos, esencialmente políticos, plantean la cuestión de si se trata de movimientos políticos que utilizan el poder religioso, o de movimientos religiosos que utilizan el poder político [21].
Hay diversas formas de clasificar las religiones:
• Normativo, distingue la religión verdadera de la religión falsa.
• El etnográfico-lingüístico, para Max Müller, el «Padre de la historia de las religiones», declaró que «Particularmente en la historia temprana del intelecto humano, existe la relación más íntima entre lengua, religión y nacionalidad».
• Filosófico, Los últimos 150 años también han producido varias clasificaciones de la religión basada en conceptos especulativos y abstractos que sirven a los propósitos de la filosofía.
• Morfológico, El progreso considerable hacia clasificaciones más científicas de las religiones estuvo marcado por la aparición de esquemas morfológicos que asumen que la religión en su historia ha pasado por una serie de etapas discernibles de desarrollo.
• Fenomenológicos, Todos los principios hasta aquí discutidos se han referido a la clasificación de las religiones en el sentido de establecer agrupaciones entre comunidades religiosas históricas que tienen ciertos elementos en común.
Desde una perspectiva geográfica es útil distinguir las religiones universales y las étnicas. Las religiones universales (como el cristianismo, el islam y las diversas formas de budismo) buscan la aceptación a nivel mundial buscando activamente y atrayendo a nuevos miembros (conversos). Las religiones étnicas (o culturales), son muy diferentes ya que no buscan convertir. Cada una se identifica con un determinado grupo tribal o étnico. Las religiones tribales (o tradicionales) implican la creencia en algún poder o poderes más allá de los seres humanos, a los cuales pueden apelar para la ayuda, como las almas de los difuntos, o los espíritus que viven en las montañas, en piedras, árboles o animales. Las religiones étnicas de base más amplia incluyen el judaísmo, el sintoísmo, el hinduismo y el sistema moral-religioso chino (que abarca el confucianismo y el taoísmo), que dominan principalmente una cultura nacional particular.
Al tratar en este estudio de relacionar religión y geopolítica, descartando Europa, América y África, me corresponde una gran parte del mundo, ese mundo «oriental» que es la cuna de la mayoría de las religiones, si excluimos las sectas norteamericanas del siglo XIX como Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), Adventistas del Séptimo Día, Iglesia de Cristo Cientista, o los Testigos de Jehová. Todas ellas comparten:
1. Reduccionismo cristológico, por negar la plena deidad de Jesús o la eficacia de su obra expiatoria.
2. Reduccionismo eclesiástico, al considerarse únicos depositarios de la salvación.
3. Ampliación de la revelación, al considerar algún texto, persona o institución con autoridad inspirada además de la Biblia.
Análisis de la religión y geopolítica
Un elemento esencial para nuestro estudio es la distribución de las religiones. La distribución geográfica se puede abordar a distintas escalas, desde la global a la local. A escala global, el primer tema central es ¿Qué religiones son dominantes en los diferentes lugares? Para dar respuesta a la pregunta genérica –de acuerdo con Park- habría que plantearse otras cuestiones claves como:
• ¿Cómo se expanden los grupos religiosos y las nuevas religiones por el espacio?»,
• ¿Cómo evolucionan a través del tiempo?», y
• ¿Qué procesos podrían explicar los patrones de cambio observados a través del espacio y el tiempo?» [22].
Otro tema central sería el de los espacios y los lugares sagrados, y cómo a su vez influyen en los movimientos de las personas, es decir ¿por qué algunos lugares son considerados sagrados y especiales, y por qué los restantes no se consideran sagrados?
En los trabajos recientes se han adoptado dos enfoques diferentes: la geografía religiosa y la geografía de la religión. La geografía religiosa, examina el papel de la religión en la formación de las percepciones de las personas sobre el mundo y dónde y cómo la gente encaja en él. Afronta el papel de la teología y la cosmología en la construcción de la comprensión del universo. La geografía de la religión no se refiere tanto a la religión en sí misma, sino a las múltiples formas en que se expresa la religión, y considera la religión como una institución humana, y explora sus impactos sociales, culturales y ambientales [23].
Distribución espacial
A comienzos del siglo XXI, casi uno de cada tres seres humanos son clasificados como cristianos, pero su distribución espacial es desigual. Así [24], un alto porcentaje de la población en Europa (84%), las Américas (91%) y Oceanía (84%) es cristiana, mientras que la cifra baja al 8% en Asia y al 45% en África. Por el contrario, la gran mayoría de los musulmanes (72%) se encuentra en Asia y de los restantes, el (26%) se encuentra en África. Tanto el hinduismo como el budismo (ambos más del 99 por ciento) están confinados en Asia. El judaísmo tiene un patrón mucho más disperso [25].
La diferenciación entre religiones «universales» y «étnicas» tiene una fuerte influencia en sus distribuciones espaciales. Las religiones universales como el cristianismo, el islam o el budismo, están ampliamente distribuidas. El objetivo final de las tres grandes religiones universales es convertir a todas las personas en la tierra, se involucran en actividades misioneras, y admiten nuevos miembros a través de actos simbólicos individuales de conversión. El cristianismo tiene un patrón casi global, el islam es dominante en gran parte de África y Asia; en el caso del budismo, si bien trasciende las fronteras culturales y políticas, se concentra en el sudeste asiático [26].
Por el contrario, las religiones étnicas a menudo se limitan a países especificos. Así, por ejemplo, el hinduismo es particularmente fuerte en la India, el confucianismo y el taoísmo se concentran en gran medida en China, y el sintoísmo se concentra en Japón. A diferencia de las religiones universales, la propagación de las religiones étnicas es lenta y limitada, porque no buscan conversos activamente. El judaísmo histórico practicó la actividad misionera, pero hoy la pertenencia está reservada para el propio grupo por herencia. En otras religiones étnicas, los individuos no son aceptados hasta que son completamente asimilados a la comunidad. Las religiones tradicionales persisten en gran parte de África, América del Sur, partes del sudeste asiático, Nueva Guinea y el norte de Australia [27].
Difusión y dispersión
La religión, como cualquier otro conjunto de ideas o valores, se puede propagar entre grupos de personas, a menudo separados por distancias considerables. Debemos reconocer la existencia y el funcionamiento tanto de portadores (que promueven la difusión), como de barreras (que inhiben la difusión), ya que todo lo que se mueve debe ser portado de alguna manera, por lo que debemos entender los procesos, las velocidades y la dinámica, y no solamente los patrones espaciales de la difusión. La velocidad a la que algunos sucesos se mueven sobre el espacio geográfico, se verá influenciada por las barreras que se interpongan en su camino.
Hay dos tipos básicos de proceso de difusión:
La expansión por difusión:
En la que el número de personas que adoptan la innovación crece por contacto directo, usualmente in situ. Por ejemplo, una idea es comunicada por una persona que la conoce a otra que no, y a lo largo del tiempo el número total de conocedores aumenta. La difusión de expansión puede subdividirse en:
1.- difusión por contacto. Es la difusión por contacto directo a través de una población.
2.- difusión jerárquica. La idea o innovación se impone de arriba a abajo sobre las personas y lugares donde se interviene.
Difusión por reubicación:
En la que el grupo inicial de los transportistas se mueven, por lo que se difunden a través del tiempo y el espacio a un nuevo conjunto de lugares. La migración es un mecanismo clásico de difusión por reubicación. Los misioneros que deliberadamente introducen la religión en nuevas áreas entran también en esta categoría [28].
Áreas de origen de las religiones
Las «cunas», o áreas de origen de las principales religiones están identificadas a través de investigaciones históricas y arqueológicas. El norte de la India proporciona el nucleo inicial tanto para el hinduismo en el Punjab, como para el budismo en la llanura del Ganges. A partir de estos núcleos, ambas religiones se extendieron por el subcontinente indio, pero el hinduismo (religión étnica) se continuó extendió, mientras que el budismo (religión universal) se dispersó por gran parte de Asia central y oriental. El judaísmo y el cristianismo se originaron en Palestina, y el Islam (en parte basado en el judaísmo y el cristianismo) nació en Arabia occidental [29].
Los geógrafos describen las dos áreas de origen de las religiones principales como «hogares» o «núcleos» religiosos. Ambas áreas comparten dos propiedades importantes.
• En primer lugar, coinciden con las localidades importantes de las principales civilizaciones antiguas de Mesopotamia y el valle del Nilo, y del Indo, con lo que la evolución cultural de la religión era una posibilidad evidente (aunque no se establezca una relación causa-efecto).
• En segundo lugar, las religiones surgieron en los márgenes, no en los núcleos de las grandes civilizaciones [30].
Con independencia de las razones para el surgimiento de las religiones dentro de un área tan restringida, muchas religiones se han extendido más allá de su núcleo original y, paradójicamente, muchas religiones son más fuertes hoy en día en zonas muy diferentes de sus áreas de origen. A través de la dispersión las religiones principales han entrado en contacto con y han sido influenciadas por diferentes culturas y costumbres, algunos se han dividido en sub-grupos (sectas), y muchos han cambiado las formas de adoración y organización [31].
Las civilizaciones y la Religión
«Las civilizaciones son, entidades significativas, y aunque las líneas divisorias no estén perfectamente delimitadas, son reales. Las civilizaciones son dinámicas; se levantan y caen; se dividen y se fusionan. Y, como sabe cualquier estudiante de la historia, las civilizaciones desaparecen y están enterradas en las arenas del tiempo» [32]
La identidad de la civilización –para Huntington- será cada vez más importante en el futuro, y el mundo será moldeado en gran parte por las interacciones entre siete u ocho civilizaciones principales. Éstas incluyen occidental, confuciana, japonesa, islámica, hindú, eslava-ortodoxa, latinoamericana y posiblemente la civilización africana. Los conflictos más importantes del futuro –opina Huntington- se producirán a lo largo de las líneas de quiebra cultural que separan unas civilizaciones de otras (Huntington, 1993) [33].
Las civilizaciones del Mundo según Huntington
Por la propia lista de identidades y civilizaciones que nos ofrece Huntington, la religión juega, en su opinión, un papel esencial en la formación de las citadas identidades, particularmente en Asia.
La religión es un elemento específico en la formación de identidades. La identidad religiosa no es necesariamente lo mismo que religiosidad, sino que la identidad religiosa, se refiere a la pertenencia a grupos religiosos sin importar la actividad religiosa o la participación en las mismas. Al igual que otros elementos de la formación de la identidad, como son la identidad étnica y cultural, el contexto religioso puede proporcionar una «cosmovisión» -una perspectiva general del mundo-, la oportunidad de socializar con un espectro de individuos de diferentes generaciones y un conjunto de principios básicos vitales. Estas fundaciones pueden llegar a configurar la identidad de un individuo [34].
Las investigaciones recientes, en particular en el campo de las ciencias sociales en general y de la sociología, sugieren una tendencia gradual hacia el renacimiento del interés por el tema de religión e identidad. Especialmente la interacción de la religión la configuración de la formación de la identidad, el vínculo entre la religión y la etnicidad como uno de los vehículos para el desarrollo identitario y el papel de la religión en forjar la formación de identidad especialmente para jóvenes [35].
El papel de las religiones varía en las diferentes sociedades y épocas. La religión podría ser una fuerza poderosa en una sociedad, menos poderosa en otra y en algunas sociedades podría tener una influencia insignificante. El desigual papel de la religión en diferentes sociedades y épocas no permite eliminar en su totalidad la influencia de la religión sobre el desarrollo de la identidad y la evolución en el tiempo [36].
Existen pocas dudas sobre la importancia de la relación entre religión e identidad. Diferentes estudios muestran evidencia de correlación positiva entre la formación de la identidad y la religiosidad. La religión es una expresión del sentido profundo de la unidad y su vinculación con la formación de la identidad, especialmente en el vínculo entre la religión y la etnicidad en términos de forjar la formación de la identidad; y el vínculo entre la religión y la formación de la identidad. La evidencia sugiere que la religión está positivamente correlacionada con la formación de la identidad [37].
Las religiones del mundo
El estudio demográfico -basado en el análisis de más de 2.500 censos, encuestas y registros de población- encuentra a 2.200 millones de cristianos (32% de la población mundial), 1.600 millones de musulmanes (23%), 1.000 millones de hindúes (15%), casi 500 millones de budistas (7%) y 14 millones de judíos (0,2%) alrededor del mundo a partir de 2010. Además, más de 400 millones de personas (6%) practican varias religiones tradicionales. Se estima que 58 millones de personas, un poco menos del 1% de la población mundial, pertenecen a otras religiones, incluyendo la fe Bajáis, el jainismo, el sijismo, el sintoísmo, el taoísmo, el tenrikyo, la wicca y el zoroastrismo. Aproximadamente una de cada seis personas en todo el mundo (1,1 mil millones, o 16%) no tienen afiliación religiosa. Esto hace que el grupo de los «no perteneciente a ninguna religión»sea el mayor a nivel global, detrás de los cristianos y musulmanes, y de tamaño similar a la población católica mundial [38].
En gran medida, los hindúes y los cristianos tienden a vivir en países donde son mayoría. El 97% de todos los hindúes viven en los tres países más importantes del mundo hindú (India, Mauricio y Nepal), y casi nueve de cada diez cristianos (87%) se encuentran en los 157 países de la mayoría cristiana.
Grupos religiosos en Asia pacifico
La distribución geográfica de los grupos religiosos varía considerablemente. Diferentes grupos religiosos están fuertemente concentrados en la región de Asia- Pacífico, la mayoría de los hindúes (99%), budistas (99%), seguidores de religiones populares o tradicionales (90%) y los miembros de otras religiones del mundo (89%).
Tres cuartas partes de los no religiosamente afiliados (76%) también viven en la masiva y populosa región de Asia Pacífico. De hecho, el número de personas religiosas no afiliadas en China (alrededor de 700 millones) es más del doble de la población total de los Estados Unidos. La región Asia-Pacífico es también el hogar de la mayoría de los musulmanes del mundo (62%).Lo cierto es que las grandes religiones históricas, han competido por dominar ese espacio que se encuentra entre el oriente próximo y el extremo oriente.
Dado que hablamos de geopolítica y religión, la geografía es importante, es por tanto de interés la clasificación geográfica que nos da Charles Joseph Adams [39].
Desde un punto de vista geográfico, las categorías más utilizadas, en el caso de Asia Pacífico son:
• Las religiones de Oriente Próximo: el judaísmo, el cristianismo, el islam, el zoroastrismo y un conjunto de cultos antiguos;
• Las religiones de Asia Oriental, que comprenden las comunidades religiosas de China, Japón y Corea, y que consiste en el confucianismo, el taoísmo, las diversas escuelas del budismo Mahayana («Gran Vehículo») y Shintō;
• Las religiones indias, incluyendo el budismo temprano, el hinduismo, el jainismo y el sijismo, y a veces también el budismo Theravada, y
• Las religiones de inspiración hindú y budista del sur y el sudeste asiático [40].
Lo anterior nos proporciona cuatro regiones geopolíticas bien definidas, a las que habría que sumar Asia central, esencialmente musulmana, la Siberia rusa cristiana ortodoxa, y las islas Filipinas mayoritariamente católicas.
Emilio Sánchez de Rojas Díaz, en ieee.es/
Notas:
1 ALONSO BAQUER, M. A. (17 de agosto de 2010). ieee.es. Recuperado el 16 de marzo de 2013, de http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2010/DIEEEA082010EstrategiaGeoestrategiaGeopolitica.pdf.
2 KONG, Lily, 2001, «Mapping ‘New’ Geographies of Religion: Politics and Poetics in Modernity.»Progress in Human Geography 25 (2): 211–33. P.
3 FLINT, C. (2011). Introduction to Geopolitics (segunda ed.). New York: Routledge.
4 PARK, C. (2004) Religion and geography. Chapter 17 in Hinnells, J. (ed) Routledge Companion to the Study of Religion. London: Routledge.
5 Gilmartin, M., & Kofman, E. (2004). Critically Feminist Geopolitics.
6 KAPLAN, R. D., 2012). The Revenge of Geography: What the Map Tells Us About Coming Conflicts and the Battle Against Fate. Nueva York: Random House.
7 KISSINGER, H. A. (1994). Diplomacy. Nueva York: Simon & Schuster.
8 BRZEZINSKI, Z. (2012). Strategic Vision: America and the Crisis of Global Power. Nueva York: Basic Books. p. 76.
9 KONG, L., (2010) «Global shifts, theoretical shifts: changing geographies of religion». Progress in Human Geography, 34, no. 6: 755-776.
10 JACKSON, P. 2008: Afterword: new geographies of race and racism. In Dwyer, C. and Bressey, C., editors, New Geographies of Race and Racism, Aldershot, England; Burlington, VT: Ashgate, 297-304. p. 299.
11 KONG, L., Global shifts, theoretical shifts: changing geographies of religion, op cit, p. 2.
12 Ibíd.
13 JOHN AGNEW (2006) Religion and Geopolitics. 14
14 Ibíd, p.188.
15 GERTJAN DIJKINK When Geopolitics and Religion Fuse: A Historical Perspective Geopolitics, 11:192–208, 2006 routledge ISSN: 1465-0045, p. 193-4.
16 GERTJAN DIJKINK When Geopolitics and Religion Fuse, p. 194.
17 Ibid, p.194.
18 Ibíd.
19 Ibid, p.195.
20 GERTJAN DIJKINK When Geopolitics and Religion Fuse, Op. cit., p. 199.
21 Ibíd, p. 200.
22 PARK, C. (2004) Religion and geography, op. cit., p. 2.
23 Ibíd.
24 Según la «World Christian Encyclopedia» de 1982.
25 PARK, C. (2004) Religion and geography, op. cit. p. 3.
26 Ibíd. P. 5-6.
27 Ibíd., p. 6.
28 PARK, C. Religion and geography, op. cit. p. 11.
29 PARK, C. Religion and geography, op. cit. p. 11-2.
30 Ibíd. P. 12.
31 Ibíd.
32 HUNTINGTON, S. P. (1993). The Clash of Civilizations? Foreign Affairs Summer, 72/3, 22-49.
33 HUNTINGTON, S. P. (1993). The Clash of Civilizations, Op. cit.
34 OPPONG, S. H. (2013). Religion and Identity. American International Journal of Contemporary Research. Vol. 3 No. 6, 10-16., p. 10.
35 OPPONG, S. H. (2013). Religion and Identity, p. 10.
36 Ibíd. p. 12.
37 Ibíd. p. 15.
38 HACKETT, C., & GRIM, B. J. (2012). The Global Religious Landscape. Washington, D.C.: Pew Research Center.
39 ADAMS, C. J. (2016). Classification of religions. Obtenido de Encyclopedia Britannica: https:// www.britannica.com/topic/classification-of-religions.
40 ADAMS, C. J. Classification of religions, Op cit.
Introducción a la serie sobre “Perdón, la reconciliación y la Justicia Restaurativa” |
Aprender a perdonar |
Verdad y libertad |
El Magisterio Pontificio sobre el Rosario y la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae |
El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
“Combate, cercanía, misión” (6): «Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación |
Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
Combate, cercanía, misión (4) «No entristezcáis al Espíritu Santo» La tibieza |
Combate, cercanía, misión (3): Todo es nuestro y todo es de Dios |
Combate, cercanía, misión (2): «Se hace camino al andar» |
Combate, cercanía, misión I: «Elige la Vida» |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía II |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía I |
El trabajo como quicio de la santificación en medio del mundo. Reflexiones antropológicas |