Deseamos poner a disposición de quienes estén interesados en el conocimiento de las virtudes, ensayos, artículos y estudios que puedan servir como material de trabajo y reflexión, y abrir un marco de colaboración para todos aquellos que deseen participar en un diálogo interdisciplinar sobre una cuestión de tanta trascendencia para la vida moral de la persona y de la sociedad. Coordina: Tomás Trigo, Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Contacto Tomás Trigo
Antes de recibir a Jesús, hay que limpiar el alma de todo pecado. ¿Y cómo se hace?En el Sacramento de la confesión: Vas al confesionario, te pones de rodillas y dices tus pecados al sacerdote.
En ese momento es Jesús quien te recibe con los brazos abiertos y te perdona.
El sacerdote te da la absolución y se te perdonan todos los pecados. También los que se te hayan olvidado.
Cuando doña Dolores vio que Josemaría ya se estaba haciendo mayor y que podía confesarse lo invitó a hacerlo con su confesor. Josemaría aprendió que la confesión es un encuentro con Jesús, y que Jesús, por medio del sacerdote, nos perdona todos los pecados que hemos cometido después del Bautismo.
Pero, ¿nos perdona todos los pecados o sólo algunos?
Todos, si estamos arrepentidos de verdad.
¿Y cuantas veces nos perdona Jesús?
Siempre que le pedimos perdón y nos esforzamos para no volver a cometerlos.
¿Porqué nos perdona siempre?
Porque nos quiere más que todas las madres y todos los padres juntos.
¿Tanto?
Sí, ¡tanto! Por eso ha muerto en la Cruz: para salvarnos del pecado
Pero no cometer pecados es muy difícil.
¡Claro! Nosotros solos no podemos. Por eso debemos pedir ayuda a Jesús y a la Virgen María.
Josemaría estaba un poco nervioso en su primera confesión. Pero el sacerdote era muy simpático. Y le puso como penitencia que se comiera un huevo frito.
Si quieres saber más busca la página siguiente: Un sacrificio
El Magisterio Pontificio sobre el Rosario y la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae |
El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
“Combate, cercanía, misión” (6): «Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación |
Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
Combate, cercanía, misión (4) «No entristezcáis al Espíritu Santo» La tibieza |
Combate, cercanía, misión (3): Todo es nuestro y todo es de Dios |
Combate, cercanía, misión (2): «Se hace camino al andar» |
Combate, cercanía, misión I: «Elige la Vida» |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía II |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía I |
El trabajo como quicio de la santificación en medio del mundo. Reflexiones antropológicas |
El islam regresa a España |
El trabajo como agente de la transformación social según san Josemaría |
El amor humano |