A veces sentimos la tentación de hacer el mal, de no amar a Dios y dejamos de seguir sus enseñanzas. Recordarás que eso fue lo que les pasó a Adán y Eva en el Paraíso cuando les tentó la serpiente y desobedecieron a Dios. Así cometieron el pecado original con el que nacemos todos.
Con frecuencia hacemos obras buenas: obedecemos a nuestros padres, ayudamos a los demás, rezamos, trabajamos, etc. Pero también, en otros momentos, nos portamos mal y pecamos.
Pecar es decir "no" a Dios, no hacerle caso.
El pecado nos aparta de Dios, pero él es tan bueno que nos perdona: con el Sacramento de la Penitencia o Reconciliación nos da su perdón y su amistad.
Información de contacto:
Correo electrónico: [email protected]
Introducción a la serie sobre “Perdón, la reconciliación y la Justicia Restaurativa” |
Construyendo perdón y reconciliación |
El perdón. La importancia de la memoria y el sentido de justicia |
Amor, perdón y liberación |
San Josemaría, maestro de perdón (2ª parte) |
San Josemaría, maestro de perdón (1ª parte) |
Aprender a perdonar |
Verdad y libertad |
El Magisterio Pontificio sobre el Rosario y la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae |
El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
“Combate, cercanía, misión” (6): «Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación |
Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
Combate, cercanía, misión (4) «No entristezcáis al Espíritu Santo» La tibieza |
Combate, cercanía, misión (3): Todo es nuestro y todo es de Dios |