Alta sociedad

Dirección: Martha Fiennes
Intérpretes: Ralph Fiennes, Damian Lewis, Rhys Ifans, Ben Chaplin, Penélope Cruz, Ian Holm, Robbie Gee, Michelle Gomez, Nicola Grier, Kristin Scott Thomas, Clive Carter.
Guión: Martha Fiennes
Música: Magnus Fiennes
Fotografía: George Tiffin
Distribuye en Cine: Eurocine
Duración: 136 min.
Género: Drama

Londinenses sin rumbo 

    Muchos años después de Onegin, su debut como directora, que data de 1999, Martha Fiennes vuelve a ponerse tras la cámara, para una ambiciosa película que compone un mosaico de la sociedad londinense actual, a través de numerosos y variopintos personajes. 

    Iona Aylesbury es una mujer desnortada, obsesionada con la cirugía estética, que se distancia cada vez más de su marido, Marcus, abogado implicado en oscuras operaciones, relacionadas con un ministro. El hijo de ambos pasa mucho tiempo con Stephen Tulloch, homosexual y especialista en arte, que será acusado injustamente de pederastia, y también será agredido por adolescentes violentos. 

    En la trama también tienen un gran peso personajes como Edward, el padre de Marcus, un juez retirado que vive en una lujosa mansión, y Gloria, una prostituta que sufre graves problemas económicos, a la que diagnostican un cáncer terminal.

La directora maneja temas interesantes, y define bien los personajes, con ayuda de un reparto realmente excepcional, que incluye a su hermano Ralph, y a la española Penélope Cruz, en un registro similar al de la película No te muevas, donde encarnaba a otra prostituta. Martha Fiennes pretende llamar la atención sobre muchos problemas de la sociedad actual. 

    Quizás pretende abarcar demasiados asuntos: la belleza artificial, la corrupción, la violencia juvenil, la discriminación, la desestructuración familiar. Pero se nota que es una guionista primeriza y tarda mucho en abordar los conflictos y en hilar las tramas, lo que da como resultado un film premioso, que no se sabe dónde va.

Otro duro y seco relato sobre el vacío que genera el materialismo hedonista, también en las clases pudientes, esclavizadas por el culto al cuerpo y la religión del éxito. El reparto tiene buen nivel y cuenta con Damian Lewis (alque acabamos de ver en Keane), un actor en ascenso sostenido. Lo que no es de recibo es que Penélope siga admitiendo papeles de prostituta. La descompensación de Alta sociedad se debe a una acumulación de conflictos que termina por saturar. No vale la pena verla. (decine21 / Filasiete / Almudí AG-JN)