Ahora que, gracias a Dios, no existe en España la pena capital, usted, señor Presidente, quiere otorgarla a las que no quieran ser madres, sin distinción alguna y olvidando que ya lo son.
Como todo el mundo sabe, el título de este artículo se debe a la sesera del señor Presidente de Extremadura. Seguramente se rasgaron los cielos al oírla, tal vez tembló la tierra o incluso los filósofos de la Grecia clásica salieron de sus tumbas al grito de “¡Eureka!” ¡Se descubrió! ¡Por fin! Ha condensado en una frase toda su sabiduría porque la ha repetido el Presidente y su vocera.
Pues mire, estoy de acuerdo: no se puede obligar a nadie a ser madre, ni por el método natural de yacer con varón ni por fecundación in vitro, ese método por el que se fabrica un niño en lugar de engendrarlo. Y de paso −sin pensar en el desecho de los embriones sobrantes−, se hace una tarea de alto nivel..., de euros, claro. En Valencia tenemos una de esas factorías, que ciertos ingenuos o ignorantes consideran como bandera de esta Comunitat.
Pero, claro, como usted lo decía en el contexto de la ley del aborto que tramita su partido, se debe referir a la ya embarazada. Pues ahí empieza el disparate primero: ya es madre si está embarazada. Su frase redonda se acabó. O tal vez se refería a que no se obligue a emparejarse quien no desee la maternidad. Porque, insisto, la otra ya es madre. Entonces hay que pensar que usted quiere el aborto libre, lo que le transforma en un elemento peor que Bernard Nathanson en sus malos tiempos, porque no sé si usted está informado de que este médico ultra-abortista se convirtió y cantó La Traviata.
Supongo que usted −a lo que se ve, especialista en la materia− conoce otros métodos más baratos para uso de las que no quieren ser madres. El más elemental es no separar sexo de maternidad. Sí, ya sé que suena a cavernícola, pero la caverna es para los verdugos; la que no quiera ser madre que se olvide del sexo hasta que pretenda serlo. Luego, aunque yo no lo voy a aconsejar, están los diversos medios anticonceptivos −ya lo de anti suena mal−, que salen más baratos al erario público, son indoloros y menos bestias, que diría Gila.
Sigue asombrando que, tras la sesuda frase, ha pedido consenso. ¿De qué? ¿Con quién? ¿No se da cuenta de que lo ha dado ya todo? Tendrá que consensuar con su propio partido, porque al resto ya les ha concedido más de lo que podían soñar en una noche de difuntos. A usted no se le da eso de ser Presidente. Tiene vocación de enterrador. A lo mejor, si se arrepiente, puede ingresar en la orden de los Hermanos Fosores que se dedican a la obra de misericordia de enterrar a los muertos, no a producirlos. Ahora que, gracias a Dios, no existe en España la pena capital, usted quiere otorgarla a las que no quieran ser madres, sin distinción alguna y olvidando −sé que me repito− que ya lo son.
Un Presidente con esa clase de feminismo casposo (y, mire, que me gusta poco esa palabra) seguramente no ha pensado en las tragedias que se ocultan −no se hacen estadísticas− en las madres que dejaron de serlo violentamente, tal vez engañadas por sujetos sin escrúpulos. Estudie, estudie los inventarios explicativos sobre qué ha sido de las madres que se dejaron voluntariamente a sus hijos en el camino.
En Extremadura, y bien que me duele, no es muy alto el rendimiento escolar ni están en los primeros puestos de calidad educativa. Usted ¿ha hecho muchas sugerencias a la recién aprobada Ley de Educación de modo que mejore esa calidad y llegue a todos los extremeños? Ese pueblo se lo merece. Lo que no merece es el tipo de gobernantes que está teniendo. Lo digo desde el punto de vista ético, porque preocuparse tan encendidamente del aborto supondría al menos el mismo ardor para plantear y resolver cuestiones más necesarias.
Supongo que usted conoce la Ley 6/2013 sobre los mil cuidados que merecen los animales utilizados para la investigación. Allí se lee que desde la ley anterior se ha evolucionado en los métodos y conocimientos científicos sobre los factores que influyen en el bienestar de los animales y su capacidad de sentir y expresar dolor, sufrimiento, angustia y daño duradero. Una directiva de la UE manifiesta la necesidad de preservar el bienestar de los animales sometidos a procedimientos científicos elevando los niveles mínimos de protección de los mismos, de acuerdo con el progreso técnico y científico más reciente. Están mejor cuidados que el humano concebido.
Otra pequeña cuestión: nadie pregunta al hijo si quiere serlo de la que ya es su madre, se pongan como se pongan ellas y usted, Presidente. ¡Pobre! ¡No tiene voz! Ni se la presta su madre ni el Gobernante de su Comunidad. A propósito de la Comunidad: ¿Este es su problema más grave? Si lo es, ¿por qué apoyó a su partido que llevaba esa reforma en el programa? ¿Cuántos parados hay en Extremadura? Por ética, debería dimitir, Presidente. No se quede ahí para ampliar el espectro de la muerte.