Detrás de los cincuentones de hoy, de los hijos del ‘baby boom’, crece la vida con una fuerza, alegría y descaro maravillosos<br /><br />
ParaCambiarElMundo.blogspot.com
Estos jóvenes viven un cristianismo personal, de trato directo y enamorado con Cristo, sin los complejos de los que les precedemos…
No es fácil decir nada significativo que no se ha dicho sobre la JMJ de la semana pasada, y no lo haré. Pero sí quiero hacer unas pocas breves reflexiones.
Soy un viejo peregrino de las JMJ de Monte do Gozo y Chestokova; no he estado ya las en las de París, Tor Vergata, Colonia, Sidney, etc., pero las he seguido como propias. Es la primera vez, ahora, en que realmente he sentido que esta juventud de Madrid es otra, que podría ser el padre de cualquiera de ellos. Y la sensación me ha satisfecho enormemente: detrás de los cincuentones de hoy, de los hijos del baby boom, crece la vida con una fuerza, alegría y descaro maravillosos.
Estos jóvenes viven un cristianismo personal, de trato directo y enamorado con Cristo, sin los complejos de los que les precedemos; y libre, acrisolado en el caminar contra corriente. Esa vitalidad les sale por los poros y sonríe en sus caras: han llegado al meollo de la cuestión y han llegado por su propio pie.
Siguiendo los actos, especialmente los de Cuatro Vientos, me ha dado en pensar que en los acontecimientos deportivos nos vemos obligados a agrupar las hinchadas y separarlas unas de otras, por seguridad. Aquí ha habido una mezcla de banderas, colores, filiaciones maravillosa.
Por último, quiero felicitar a la mayoría de los medios de prensa, radio y televisión y a sus profesionales por la cobertura de la Jornada. Pero quiero descubrirme especialmente ante 13tv, que me ha capturado desde el primer momento: chapeau!
Ahora, pienso, hay que leer, estudiar y concretar las palabras del Papa, para, entre tantos, cambiar el mundo, empezando por cada uno.