Es inexplicable tal empecinamiento a pesar de los malos resultados de la escuela secundaria en los informes internacionales sobre la educación en España
Antes de retirarse a sus cuarteles de invierno, el Gobierno socialista quiere dejar atada y bien atada una Ley de Igualdad de Trato, según la cual todo tiene que estar impregnado por la ideología de género. Afectará seriamente a la educación porque el socialismo sabe que en ella se gesta el futuro de una sociedad. De momento han lanzado el anteproyecto de esa ley como globo sonda y, al comprobar la alarma social creada, han parado la maquinaria para reciclarla.
Prejuicios frente a resultados
El prejuicio ideológico les lleva a empeorar la educación a pesar de sus proclamas. Los datos hablan claro: las escuelas diferenciadas alcanzan mejores resultados académicos, como reconocen varios gobiernos. Así ocurre en el Reino Unido, donde el 81 por ciento de colegios con mejores resultados tienen educación diferenciada, mientras que sólo había uno de educación mixta entre los diez mejores. Tienen 1900 escuelas diferenciadas y de ellas 416 reciben fondos públicos.
En Alemania han comprobado también que los alumnos o alumnas de estos colegios diferenciados tienen mejores calificaciones. En Canadá el informe del Instituto Frazer indica que 10 de las 16 escuelas con mejores calificaciones eran diferenciadas. En Australia hay otros 1400 centros diferenciados, de los cuales 139 son públicos y comprueban que estos alumnos obtienen un 20 por ciento de mejores resultados respecto a los de escuelas mixtas.
En España los colegios en el punto de mira del Gobierno tienen un fracaso escolar del 5 por ciento, mientras que en los colegios mixtos llega al 33 por ciento. Es penosa la cerrazón y sectarismo de Zapatero y de Leire Pajín, cuando proyectan quitar el concierto con las escuelas diferenciadas que lo tienen.
Son datos y no opiniones que, en caso de desequilibrar la balanza, la inclinan hacia la calidad de la educación en las escuelas diferenciadas. No se entiende por qué el Gobierno fantasmal de Rodríguez Zapatero sigue con el prejuicio de extinguir estas escuelas diferenciadas. Más inexplicable es su empecinamiento a pesar de los malos resultados de la escuela secundaria en los informes internacionales sobre la educación en España. Una vez más se comprueba que el socialismo busca la igualdad aunque tenga que arrasar la libertad y la excelencia.
No es una cuestión de ricos y pobres, porque con los cinco millones de parados, todos somos un poco más pobres, y además siempre se ha intentado elevar a quienes tienen menos posibilidades, pero no cortar por arriba dejando una generación handicapada para el desarrollo y la investigación. Para más inri, si lograran quitar las ayudas a las escuelas concertadas, sólo conseguirían alejarlas de las clases medias pues entonces los pudientes podrían costear plenamente los estudios de sus hijos pero no los menos favorecidos. Así el Gobierno que se esfuma promueve el elitismo, y se comprueba que la superioridad moral no está entre sus cualidades, aunque presuman de ella.
Lo dicho, los prejuicios son malos para todos: para quien los alimenta y para quienes los padecen. Y los prejuicios chocan con la realidad, logrando deformarla por un tiempo hasta que esa realidad aplasta al prejuicio, que no logra explicarse por qué las cosas son así.
El Gobierno no cumple los tratados internacionales
El Gobierno socialista va siguiendo la táctica de tierra quemada pues, antes de irse, quieren dejar todo atado y bien atado. La batería de leyes aprobadas por los gobiernos de Rodríguez Zapatero dejan una sociedad laminada, empezando por destruir el tejido empresarial, y siguiendo por la familia y la educación. El último ejemplo es ese intento de una ley de Igualdad de Trato, según la cual todo tiene que estar impregnado por la ideología de género. Afectará a la educación porque el socialismo sabe que en ella se gesta todo el futuro de una sociedad. Además tendremos una nueva fuente de conflictos laborales y sociales causados por un igualitarismo artificial.
El argumento de que la educación diferenciada discrimina es sencillamente falso, como ha declarado la Unesco, en el artículo 2 del Tratado internacional aceptado por el Estado español contra la discriminación en la enseñanza. Es decir, este gobierno acepta en teoría el tratado pero en la práctica lo rechaza. Es una muestra más del intervencionismo de la ideología socialista que cercena libertades básicas, como es la libertad de educación según el artículo 27 de la Constitución, o la igualdad ante la ley, precisamente según el artículo 14 que esgrimen para sofocarla. Dicen que no quitan la libertad pero sí el dinero "a los ricos", y entonces ¿por qué no dejan de subvencionar al cine español o a tantas ONGs mantenidas a la sombra del socialismo e investigadas por indicios de corrupción? ¿Cuántos expertos conoce la pluriministra del ramo que garanticen la calidad educativa desde el dogma de la educación mixta obligatoria? Del dogmatismo al totalitarismo sólo hay un paso.