Exiliada en España, su vida cambió «completamente cuando recibí el Evangelio». «El comunismo es una ideología que se convierte en una idolatría impuesta», asegura
Li Yanli, la cristiana de origen chino que pidió asilo en España tras sufrir persecución por sus creencias comparte con nosotros su historia de fe. Un año después de llegar a España en busca de libertad y dignidad, Li nos recibe en Madrid para relatarnos su conmovedora experiencia.
¿Podría hablar sobre su experiencia en China y cómo la fe cristiana ha influido en su carrera y vida personal?
China es un país dominado por la tiranía del comunismo, una ideología que se convierte en una especie de idolatría impuesta. Aunque en apariencia parece una nación estable y próspera, la realidad es que la libertad y la dignidad humana están severamente restringidas. En mi caso, trabajé como bailarina profesional en China, una carrera que, a pesar de su belleza, no llenaba el vacío que sentía en mi vida. Como muchos, estaba atrapada en un sistema que no da espacio para encontrar un propósito real.
Cuando recibí el Evangelio, mi perspectiva cambió completamente. Comprendí que mi existencia y la de todos están en las manos de Dios. Solo acercándome a Él pude experimentar una plenitud verdadera, acompañada de paz y alegría que el régimen nunca podría ofrecer. Sin embargo, esta fe que transformó mi vida me convirtió también en blanco de persecución. El Partido Comunista Chino (PCCh), ve a los cristianos como una amenaza y los persigue despiadadamente. Fui arrestada en varias ocasiones por practicar mi fe y constantemente vivía bajo vigilancia. Creer en Dios en China significa estar bajo sospecha permanente, con el miedo constante de ser denunciada, arrestada, torturada o incluso asesinada.
Finalmente, para poder vivir y practicar mi fe con libertad, tomé la difícil decisión de huir de mi país. Llegar a España fue un acto de desesperación y esperanza, buscando un lugar donde los derechos fundamentales sean respetados.
¿Cuál fue la parte más difícil del proceso de solicitud de asilo en España?
Enfrentarme al rechazo inicial de las autoridades. No nos permitieron siquiera explicar nuestra situación ni presentar nuestras solicitudes como establece la ley. Ver a 13 de mis hermanos y hermanas en la fe ser deportados fue devastador. No sé si están vivos o muertos. La incertidumbre y el dolor de no poder ayudarlos fueron desgarradores.
Retenida un mes en España
¿Cómo fue su experiencia al ser detenida en el aeropuerto de Barajas?
Fui retenida durante un mes, no podía comer ni dormir bien por el miedo constante a ser deportada. Sabía que, si regresaba a China, me esperaban torturas o incluso la muerte debido a mi activismo cristiano. En un momento de desesperación, durante un intento de deportación, decidí autoinfligirme daño y me corté las muñecas. Es algo de lo que me arrepiento profundamente, porque mi vida pertenece a Dios. Sin embargo, sentí que no tenía otra opción. Era preferible enfrentar el sufrimiento en España que regresar a un país donde no hay esperanza.
Mientras me recuperaba, reflexioné mucho y pedí perdón a Dios. Decidí poner mi destino en Sus manos, confiando completamente en Su voluntad. En un giro inesperado, justo cuando ya estaba en el avión, fui retirada de él gracias a la intervención de personas justas y a los medios de comunicación. Para mí, esto fue un milagro, una prueba de que Dios obra a través de aquellos que defienden la justicia y la dignidad humana.
Decidí poner mi destino en Sus manos, confiando
completamente en Su voluntad
¿Qué ha aprendido de la solidaridad y el apoyo internacional durante este tiempo?
Que frente a la opresión y las fuerzas malignas como el PCCh, es fundamental que las personas y organizaciones justas se levanten para defender los derechos humanos. En mi caso, el apoyo de medios de comunicación, personas que firmaron peticiones por mí y cadenas de oración en España e Hispanoamérica fueron fundamentales. Estoy convencida de que tantas plegarias movieron la misericordia de Dios.
Los medios de comunicación tienen un papel crucial al revelar las violaciones de derechos humanos y las persecuciones religiosas. Su trabajo no solo da visibilidad a las víctimas, sino que también genera una presión internacional que puede salvar vidas.
¿Qué mensaje le gustaría transmitir a aquellos que aún enfrentan persecución religiosa en China y otros países?
Les diría que no pierdan la fe. La Palabra de Dios es nuestra mayor fortaleza. Aunque las dificultades sean inmensas y el dolor parezca insuperable, la historia demuestra que la fe nos ayuda a superar el miedo y las adversidades. La persecución no durará para siempre; la luz siempre llega.
Transmitir a Dios con la danza
Ahora que su solicitud de asilo ha sido aceptada, ¿cómo imagina su futuro en España?
Estoy enfocada en fortalecer mi fe y transmitir el amor y la salvación de Dios a través de mi danza. También estoy dedicando tiempo a mejorar mi español para integrarme plenamente en la sociedad española. Agradezco profundamente el refugio y el apoyo que he recibido aquí, y estoy dispuesta a contribuir con todo lo que esté a mi alcance. España me ha dado una segunda oportunidad, y quiero retribuir ese apoyo.
¿Cómo ve la situación de los cristianos perseguidos como usted en todo el mundo?
Creo que no se limita a encarcelamientos y torturas. En muchos países, los gobiernos emplean métodos más sutiles, como la vigilancia masiva, las denuncias recompensadas y la difamación. Estas políticas no solo afectan a los creyentes, sino también a sus familias, que enfrentan discriminación en la educación, el empleo y la atención médica. Esta realidad es difícil de imaginar para quienes viven en países libres.
El remedio contra la persecución
¿Qué papel debe desempeñar la comunidad internacional en la protección de los derechos de las personas perseguidas por su fe?
Tiene el deber de brindar refugio y protección a quienes huyen de la persecución. Además, deben imponerse sanciones contundentes a regímenes como el PCCh, que violan sistemáticamente los derechos humanos. La tolerancia hacia dictaduras es una receta para el desastre. Las democracias no deben colaborar con países que no respetan las libertades fundamentales.
Los medios de comunicación también tienen un rol crucial. Deben investigar a fondo y exponer las atrocidades que se cometen contra los cristianos y otros grupos perseguidos. La presión internacional debe ser constante y efectiva, vinculando los derechos humanos a las relaciones comerciales y diplomáticas.
¿Se siente bienvenida en España? ¿Cómo es su interacción con este mundo libre, sabiendo que aquí no será perseguida por su fe?
España me ha ofrecido un refugio seguro, y estoy profundamente agradecida por ello. Sin embargo, no puedo bajar la guardia. Sé que el PCCh realiza represión transnacional y que ha establecido estaciones secretas de policía en el extranjero, incluidas algunas en España. A pesar de estos temores, disfruto la libertad de practicar mi fe sin miedo, algo que valoro profundamente después de haber vivido bajo opresión.
Sayde Chaling-Chong García en eldebate.com
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