Formar hoy a las personas en lo familiar, requiere no solo transmitir unos conocimientos, sino ser capaces de estar cerca de las familias.
El pasado mes de mayo tuvo lugar en Barcelona el I Workshop Internacional sobre Acompañamiento Familiar, al que asistieron de modo presencial más de 500 personas procedentes de más de 50 países de todo el mundo, y al que será posible participar también en diferido durante los próximos meses. Un evento con un enfoque marcadamente práctico y realista, por la combinación de conferencias con mesas de expertos y espacios de networking.
Formar hoy a las personas en lo familiar, requiere no solo transmitir unos conocimientos, sino ser capaces de estar cerca de las familias. Estar donde las familias están. Apoyarlas para que descubran sus propios recursos y sean capaces de resolver las dificultades que todas las relaciones personales comportan, esto es precisamente el acompañamiento.
Este cambio de paradigma, supone un abordaje que va más allá de la terapia, la mediación o la resolución de conflictos. Aún comprendiendo todos estos aspectos, el acompañamiento pretende salir al paso de la realidad cotidiana de la mayor parte de las familias, que pasan -en mayor o menor medida- por crisis y dilemas.
La nueva cultura de la familia se debería reconstruir más con buenas prácticas -con estilos de vida- que con ideas que, evidentemente son también necesarias. Mariolina Ceriotti, neuropsiquiatra y terapeuta familiar de Milán, aborda una cuestión clave: la fuerza intrínseca de los vínculos como pilares fundantes de lo familiar frente a un mundo en creciente individualización. Una mirada optimista completada por Raphael Bonelli, psiquiatra vienés, quien trata sobre la gestión de las crisis familiares.
Otros expertos, como el francés Thierry Veyron La Croix, fundador de La Maison des Families de Lyon, aportaron sus buenas prácticas acompañando familias desde distintos países y ámbitos (redes sociales, radio, centros educativos, gabinetes profesionales, pastoral familiar, etc.), con un claro telón de fondo: “acompañar a las familias en lo ordinario”.
En palabras de Juan José Pérez-Soba, profesor del Instituto Juan Pablo II sobre matrimonio y familia de Roma, e “invirtiendo tiempo”, según Rafael Lafuente, experto en educación afectivo-sexual, “debemos ser capaces de hablar a los jóvenes de la belleza del amor, de la sexualidad y de la familia con lenguaje de Mercadona, para que la gente común nos entienda.
Por su parte, María Pilar Lacorte, subdirectora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia, destacó que no basta con querer acompañar para saber acompañar. Es importante aprender, formarse. Es contradictorio que nos formemos mucho para casi todo: carrera, masters, carnet de conducir, idiomas… y mucho menos, o nada, en aquella función o tarea que nos ocupará toda la vida: el desarrollo de nuestra vida familiar.
A eso se dedica el Instituto organizador de este evento: a estudiar cómo son hoy las familias y cuáles son sus necesidades reales, ofreciendo capacitación para acompañar y ayudando a desarrollar competencias. Con una actitud optimista y esperanzada, basada en el convencimiento de que la fuerza que cohesiona el tejido social reside en la calidad de los vínculos familiares.