Varios estudios muestran que los niños de la generación Alfa (nacidos a partir de 2010) jugarán, aprenderán y se relacionarán de forma completamente nueva
En épocas anteriores las generaciones se definían con referencia a sucesos históricos o sociales relevantes. Últimamente se definen por el uso de una nueva tecnología. Por ejemplo, la inteligencia artificial, las aplicaciones inteligentes, la robótica. Por otra parte, la distancia entre generaciones cada vez se acorta más.
Los niños que nacieron a partir de 2010 (año en que Apple lanzó por primera vez el iPad) son miembros de la Generación Alfa, la primera que es totalmente digital. Es continuadora de otras parcialmente digitales: la Generación Z (nacidos entre 1994 y 2010) y de la de los Millennials (nacidos entre 1981 y 1993). Marc Prensky, pedagogo estadounidense, designó a estos niños como “nativos digitales” en un artículo publicado en 2001. Se refería a las generaciones que han crecido en un contexto de móviles, ordenadores, tabletas y consolas de videojuegos.
La generación Alfa está muy por delante de las anteriores en lo que se refiere a habilidades para el uso de la tecnología digital. Sus componentes no entienden el mundo sin ella y siguen las tendencias de sus youtubers e influencers favoritos. Nacieron en un mundo en el que se utilizaban con normalidad los artilugios electrónicos, por lo que para ellos ese mundo es el único que cuenta; no han tenido que adaptarse a él desde un contexto predigital o analógico.
En una conversación entre un niño Alfa y su mamá, esta última le replica: “No, hijo mío, nosotros no te descargamos de internet. Tu naciste”. Son niños que se relacionan con los demás principalmente de forma digital. Se denomina digital al aparato que suministra los datos mediante dígitos. Para chatear tienen sus códigos. Por ejemplo, TEH: te espero hoy; NFC: no fui a clase; DLA: déjame los apuntes. Algunas personas mayores lo ven muy práctico, por lo que les están imitando: EEM: en el médico; EFA: en el funeral de un amigo; TSR: tráeme la silla de ruedas.
Varios estudios muestran que los niños de la generación Alfa jugarán, aprenderán y se relacionarán de forma completamente nueva. Se encontrarán con dispositivos electrónicos cada vez más inteligentes y donde lo físico y lo digital se unen en una sola realidad. Ludi García, directora de Hotwire España, sostiene que la tecnología no puede seguir viéndose como una forma de entretenimiento barato, sino como una herramienta para ayudarles a conseguir un futuro mejor. Pero, junto a nuevas posibilidades, los miembros de la Generación Alfa presentan también nuevos problemas.
Son niños y/o adolescentes muy dependientes de sus móviles conectados a internet, por lo que tienen el riesgo de ser adictos y tener trastornos de personalidad. Un dibujo de humor gráfico lo expresa de forma insuperable. En una consulta psiquiátrica se ve al especialista escuchando lo que dice un móvil (adolescente mutado) recostado en el diván: “A veces siento que tanta tecnología me está despersonalizando”.
Joe Nellis (profesor británico de economía global, 1981) explica que los Alfa son niños que tienen menos interacción a través de historias narrativas y menos intercambio de lenguaje, lo que provoca que surjan patologías de lenguaje. Los juegos interactivos suplantarán a los tradicionales y a la lectura. La generación Alfa será también una generación cada vez más alienada, debido a que sus miembros estarán aislados de la realidad. Serán niños y adolescentes muy individualistas, que casi solo se relacionan por internet.
¿Qué tipo de educación requieren los niños y adolescentes Alfa? Prensky advierte que los estudiantes de hoy ya no son el tipo de personas para las que fue diseñado nuestro sistema educativo. Añade que los “inmigrantes digitales” −la mayoría de profesores− deberían cambiar sus métodos. Dada la amplia información que los estudiantes encuentran por sí mismos en internet, no tiene sentido que los profesores sigan siendo los principales proveedores de contenidos; su función será enseñar a pensar y a aprender de forma participativa y dialogante, con ocasión de los contenidos.
Conviene dejar a los niños experimentar el riesgo y el fracaso; permitir que resuelvan sus propios problemas: esto favorece que desarrollen la capacidad crítica y la responsabilidad. Los padres deben educar a sus hijos en la realidad que les rodea y no únicamente en la virtualidad que ven en las pantallas. Los profesores deben inventar nuevas formas de enseñar. Hay necesidad de aprender a comunicarse con los nativos digitales en su lenguaje. Todas estas carencias en la formación docente frente a la nueva realidad de los nativos digitales son asuntos de interés indagatorio en la investigación educativa. Educar en la era digital se ha transformado en apasionante desafío para padres y profesores.
Gerardo Castillo Ceballos, Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra