“Haced nuevos amigos; para divertirse hay que hacerlo juntos”
“Haced nuevos amigos; para divertirse hay que hacerlo juntos”. Es el consejo del Papa que esta mañana visitó a los pequeños y a sus monitores que, desde primeros de julio participan en “Niños de verano” en el Vaticano. Todavía dura la sorpresa entre los niños que cada mañana acuden al Centro de verano, querido por el Papa Francisco en el Vaticano para ayudar a los padres empleados en la Santa Sede. Esta mañana, poco después de las 9, el Papa visitó a los niños mientras desayunaban en el vestíbulo del Aula Pablo VI. Lo cuenta el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede: “Después de pasar por las mesas, el Papa visitó los espacios de juegos preparados en el Aula y se entretuvo con los participantes”, regresando luego a Santa Marta a las 10, no sin antes dar las gracias “individualmente” a los monitores por su trabajo.
Juntos para hacerse amigos
Durante la visita, el Papa se sentó entre los niños y les animó a “hacer nuevos amigos. Las personas que solamente saben divertirse solos son egoístas. Para divertirse hay que estar juntos, con los amigos”. El Centro de verano, nacido como iniciativa del Governatorato para ayudar a los padres que trabajan en el Vaticano, ha organizado en el mes de julio actividades educativas y lúdicas en los Jardines, el Helipuerto y el Aula Pablo VI, con casi un centenar de niños, respetando los protocolos anti-Covid. El Centro lo coordinan los salesianos junto a la asociación “Todo en una fiesta”: la jornada incluye piscina, partidos de tenis, fulbito y básquet, deslizamiento en colchones inflables, partidas de ping-pong y visitas guiadas a los Jardines vaticanos.
Los chicos asombrados por la sencillez del Papa
“¡Fue una gran sorpresa para nosotros! Yo no estaba aquí, pero me avisaron de la llegada del Papa y vine enseguida. Él había salido solo de Santa Marta y fue directo al Aula Pablo VI para saludar a los niños que estaban acabando el desayuno. Pasó entre las mesas, primero se detuvo con los más pequeños y luego con los de Primaria y Secundaria. Se interesó por lo que hacían, cómo pasan el día, y les preguntó si estaban contentos”. Lo cuenta el coordinador de “Niños de verano”, don Franco Fontana, capellán de la Gendarmería y de los Museos Vaticanos. “Los niños se han sorprendido tanto que se quedaron completamente en silencio. Luego, fuimos al Aula Pablo VI, y hemos hecho lo que hacemos todas las mañanas, sin cambiar el horario. El mismo Papa ha querido que fuese así. Le han hecho tres preguntas que habíamos formulado la semana pasada, porque nuestra intención era escribirle. Respondió a las preguntas de modo muy sencillo. Al final, nos dirigió un saludo general y luego agradeció calurosamente a los 22 monitores. Hasta nos hicimos una foto todos juntos. Y regresó a pie hasta Santa Marta”. A don Franco le ha impresionado la actitud de los niños que han visto en Francisco “la familiaridad, la sencillez y la paternidad con que ha querido vivir ese momento”.
Los monitores y los niños
Sergio Garozzo, monitor de “Todo en una fiesta”, cuenta haber visto al Papa “muy contento. Felicitó a los niños por el excelente trabajo, por los resultados que estamos obteniendo, por la felicidad de los niños y porque vio que todos hablan tan bien de esta experiencia que está pensando repetirla más veranos. Luego los instó a hacerlo cada vez mejor”. El saludo a Francisco fue a base de música y baile, todos cantaron el himno de “Niños de verano”. Sergio cuenta algún detalle más sobre las preguntas al Pontífice. “Una niña tenía curiosidad por saber qué hacía el Papa durante el día y le respondió que es un sacerdote y hace lo que hacen todos los curas. Otra niña recordó a su abuelo y le preguntó si el Cielo era como se lo habían contado: si era bonito, si era un lugar feliz y tranquilo. El Papa la tranquilizó bendiciendo un collarcito que le recordaba a su abuelo”.
Ludovica, de 10 años, fue la primera en preguntar. “Me ha parecido feliz, y le he preguntado qué era lo que más le gusta de ser Papa. Me ha respondido que le gusta estar con los niños y por eso ha venido. Yo ya lo había visto antes”. Ludovica confiesa que está bien en el Centro de verano: “hacemos un montón de juegos, nos divertimos, hacemos nuevas amistades”.
También para Zoe, de 10 años, fue lo mismo. “No esperaba ver al Papa. Llegué tarde esta mañana y la monitora al entrar me dijo que estaba. Me quedé paralizada porque fue una sorpresa, y además no lo había visto nunca antes; me ha gustado mucho. Estoy felicísima y he podido saludarlo”.