El Papa convoca oración mundial para el próximo miércoles 25 de marzo y ha anunciado que impartirá la bendición Urbi et orbi extraordinaria el viernes 27 de marzo, a las 18,00 h.
El Papa ha convocado a todos los líderes cristianos a rezar un Padrenuestro por el fin del coronavirus, el próximo miércoles 25 de marzo. Ese día los católicos conmemoran la fiesta de la Encarnación del Hijo de Dios.
Además, ha anunciado que el viernes 27 de marzo impartirá excepcionalmente la bendición Urbi et orbi, a Roma y al mundo, que incluye la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria. Será a las 18:00.
Lo hará desde el exterior de la basílica de san Pedro, donde habitualmente tiene las audiencias generales, con la plaza vacía. Incluirá una adoración eucarística.
Convocatorias del Papa después del rezo del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, en estos días de prueba, mientras la humanidad tiembla por la amenaza de la pandemia, quisiera proponer a todos los cristianos unir sus voces hacia el Cielo. Invito a todos los Jefes de las Iglesias y a los líderes de todas las Comunidades cristianas, junto a todos los cristianos de las diversas confesiones, a invocar al Altísimo, Dios omnipotente, rezando a la vez la oración que Jesús Nuestro Señor nos enseñó. Invito a todos a hacerlo varias veces al día, y a todos juntos a rezar el Padrenuestro el miércoles próximo 25 de marzo a mediodía, todos juntos. En el día en que muchos cristianos recuerdan el anuncio a la Virgen María de la Encarnación del Verbo, que el Señor pueda escuchar la oración unánime de todos sus discípulos que se preparan para celebrar la victoria de Cristo Resucitado.
Con esta misma intención, el próximo viernes 27 de marzo, a las 18:00, presidiré un momento de oración en el atrio de la Basílica de San Pedro, con la plaza vacía. Desde ahora invito a todos a participar espiritualmente a través de los medios de comunicación. Escucharemos la Palabra de Dios, elevaremos nuestra súplica, adoraremos al Santísimo Sacramento, con el cual al final daré la Bendición Urbi et Orbi, a la que será aneja la posibilidad de recibir la indulgencia plenaria.
A la pandemia del virus queremos responder con la universalidad de la oración, de la compasión, de la ternura. Permanezcamos unidos. Hagamos sentir nuestra cercanía a las personas más solas y más probadas. Nuestra cercanía a los médicos, a los sanitarios, enfermeras y enfermeros, voluntarios… Nuestra cercanía a las autoridades que deben tomar medidas duras, pero para nuestro bien. Nuestra cercanía a los policías, a los soldados que en las calles procuran mantener siempre el orden, para que se cumplan las cosas que el gobierno pide hacer por el bien de todos. Cercanía a todos.
Expreso mi cercanía a las poblaciones de Croacia afectadas esta mañana por un terremoto. Que el Señor les dé la fuerza y la solidaridad para afrontar esta calamidad.
Y no lo olvidéis: hoy, tomad el Evangelio y leed tranquilamente, lentamente el capítulo nueve de Juan. Yo también lo haré. Nos hará bien a todos.
Y a todos deseo un feliz domingo. No olvidéis rezar por mí. ¡Buen provecho y hasta la vista!