Hoy toca un post en honor a cada mujer. Y debe comenzar en el contexto de la gran dignidad de cada persona, por el maravilloso hecho de serlo. Tanto si es un varón, como si es una mujer
Una persona es algo tan grande, con una belleza tal, y de gran trascendencia, que no se puede comparar con otra realidad, excepto con otra persona. Es un valor absoluto en sí misma.
La persona está diseñada para los demás, es un ser relacional, un “ser de aportaciones”, y un “ser destinado al amor”. Porque, debido a su grandeza, únicamente las personas son capaces de amar, y solo ellas merecen ser amadas.
Es propio de la persona dar, más que recibir. Y en especial tener en cuenta a los demás, mostrar comprensión y empatía… hacia ellos.
La persona no es algo, sino alguien, que suscita admiración por su belleza y potencial. Cada persona es un gran regalo, ante el cual, solo cabe sorprenderse y acogerlo con gratitud. Por eso, se la debe aceptar por sí misma, por su gran dignidad y valor.
Partiendo de este marco, podemos abordar la grandeza de la mujer, sobre todo, por ser persona, como lo es el varón. Solo que, cada uno tiene unas cualidades diferentes, en las que es especial y distinto del otro.
Esto es debido a que son las dos formas de ser persona, que además, son recíprocas y se complementan, para quererse y formar una familia, base y célula vital de la sociedad humana. No existe persona cabal sin familia. Todos necesitamos que nos muestren el cariño para ser auténticas personas, capaces de tener en cuenta a los demás, y también de amarles.
Centrándonos en la mujer, tiene unas cualidades singulares muy concretas. Se siente a gusto acogiendo a los demás, y especialmente, en la relación en pareja, al esposo. En cambio, a él le gusta salir a su encuentro: es lo más propio suyo.
Por ejemplo, la mujer es capaz de conocer y comprender a los demás, de percibir su belleza y fortalezas. Posee un instinto que la lleva a ser delicada y amable, elegante, simpática y paciente. En ella reside la ternura.
Sabe distinguir a cada persona entre la masa, estableciendo un vínculo con cada una de ellas. Y sabe, que las personas son más importantes que las cosas, con una distancia infinita…
Acoge en su corazón a las persona que más quiere. Nunca se olvida de ellas. Quizá estas cualidades tienen su origen, como señala la profesora Jutta Brurggraf, en la relación tan intensa que tiene con la vida... Está diseñada para ello, con esas virtualidades en su ser.
Todas estas fortalezas forman parte de ella, de su modo de ser como mujer. No es algo accidental o cultural, sino propio de ella. Es la forma de su personalidad. Es amable, ¡porque ama!, y en el amor se da de una forma admirable… Logra humanizar un poco más este mundo en el que vivimos y nos movemos. Todas las relaciones sociales se gestan en la familia, en cada familia. Santuario de la vida y del amor, como señalara el gran Juan Pablo II.
Y, donde se manifiestan esas cualidades de una forma genuina, además de la familia, es en la maternidad. Acoge a un nuevo ser, dándole vida, no solo corporal, sino espiritual, por ese cariño y ternura ingente con que lo envuelve, base de su buen desarrollo.
A lo largo de la historia, ha habido muchas mujeres que han realizado grandes cosas por la humanidad. A algunas se las recuerda más; otras han sido menos conocidas, pero, no por eso su misión y su legado han sido importantes. Hay mujeres que han trabajado fuera de sus hogares, desarrollando sus talentos en servicio a los demás; y otras, que han puesto toda su creatividad y capacidad de amar en su familia. Cada una debe ser libre de elegir lo que más le apasione y decida, con cabeza y corazón.
Hoy quiero mencionar a grandes mujeres, algunas científicas, por ejemplo, Marie Curie, algunas "figuras ocultas", por ser de color: la matemática Katherine Johnson y sus dos colegas, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, que trabajaron en la NASA, la gran filósofa y humanista Edith Stein, que escribió mucho sobre la mujer, Hannah Arendt, Juana de Arco, Maria Montessori, médico y pedagoga, la escritora Jane Austen, la gran Teresa de Calcuta, y su preocupación por los demás, por la paz..., y en concreto a la gran pensadora y filósofa Jutta Burggraf. Una de mis autores favoritos.
Como muestra, dejo una cita de Edith Stein, y otra de la Madre Teresa:
No aceptes como verdad
nada que carezca de amor…
y,
No aceptes como amor
nada que carezca de verdad (Edith Stein)
No siempre podemos hacer grandes cosas,
pero sí podemos hacer
cosas pequeñas,
con gran amor (Madre Teresa)
Por otro lado, tuve la suerte de conocer a la doctora Burggraf en el primer congreso de IPAO, Instituto Promotor de Ayudas Orientadoras, con su conferencia magistral sobre el perdón. Impresionante lo que transmitía, cómo llegaba al corazón, y las cualidades que fomenta el perdón. Sin embargo, lo que más impacta de ella es su personalidad amable y cercana, con una sonrisa abierta a todos. Contagiaba mucha paz y serenidad, además de alegría.
En el siguiente congreso, nos habló sobre el amor en pareja, "amor logrado, amor frustado", y los desafíos a los que se encuentran las familias de hoy. Siempre en un tono positivo, amable, entusiasmante.
Escribo un pequeño texto: "Los varones y las mujeres, aunque compartan todo lo esencial en la común naturaleza humana, tienen a veces distintas sensibilidades y necesidades: experimentan el mundo de forma diferente, sienten, planean y reaccionan de manera desigual, lo que puede percibir cualquier persona realista".
Respecto a los esposos: “Muchas veces, los esposos tienen distintos campos de acción, ya sea en la familia, en la profesión fuera del hogar. No se ven durante muchas horas del día. Sin embargo, tienen contacto con otras personas, hombres y mujeres, y con ellos comparten sus intereses y planes profesionales. Cuando vuelven cansados a casa, ya no tienen fuerzas para dialogar o hacer planes y esto genera una distancia entre los esposos”. Y animaba a cuidar esos pequeños detalles que construyen el amor en pareja y hacen familia.
Otro de los temas que le apasionan es el de la libertad personal, y el arte de vivir. También temas antropológicos sobre el sentido de la vida, la enfermedad, la escuela del dolor, la muerte... Era una gran defensora de la vida y de la libertad.
Todo lo que salía de su pluma tenía gran calidad y hondura, a la vez que sencillez y frescura admirable. Por ejemplo, pongo de relieve algo sobre la amistad: "Quien tiene amigos de otros partidos políticos, otras profesiones, religiones y nacionalidades, es una persona dichosa. Se le abre un mar sin orillas. Tratando y queriendo a la gente más variada, se amplía su mente y se ensancha el corazón". Ella tenía un gran corazón, donde cabían todos.
Para acabar, unas cualidades que valora y admira en la mujer, que de eso trata este post, el genio de la mujer: "su delicada ternura, su generosidad incansable, su amor por lo concreto, su agudeza de ingenio, su capacidad de intuición…"
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