34 fieles del Opus Dei han recibido esta mañana la ordenación diaconal en la basílica de san Eugenio (Roma). El obispo ordenante ha sido Mons. Celso Morga, arzobispo de Mérida-Badajoz (España)
El prelado del Opus Dei, Mons. Fernando Ocáriz, participó en la ceremonia desde el presbiterio. A la ordenación asistieron también familiares y numerosos amigos de los nuevos diáconos.
En la homilía, Mons. Celso Morga, dirigiéndose a los candidatos, dijo que “la ordenación diaconal de hoy, y la futura ordenación sacerdotal, os hará pastores, y también pescadores y sembradores; ¡pescadores!, ¡Sembradores!: no podemos únicamente custodiar las ovejas del rebaño, sino también ir en busca de las ovejas perdidas. Tenemos también que lanzar las redes, una y mil veces si es necesario, para obtener una buena pesca”.
“Dios −prosiguió− ha enviado a su Hijo al Mundo por amor, y quiere entrar en la vida de los hombres y las mujeres de nuestro tiempo, de nuestra cultura y nuestra sociedad. El Señor nos envía a sembrar en esta tierra, a pescar en este mar: en esta sociedad que no quiere ser molestada y tiene un gran poder para adormecer a quienes querrían despertarla”.
El obispo recordó a los 34 diáconos que la ordenación les otorga un carácter sacramental perenne como “servidores”. “Podemos decir que de esta manera se refuerza, con el carácter sacramental, lo que ya vivís o deseáis vivir con la vocación al Opus Dei: el servicio. San Josemaría era muy directo cuando afirmaba que ‘al Opus Dei se viene a servir’, y a servir con delicadeza humilde y sencilla, sin dar a los demás la ocasión para agradecer el servicio”.
“El sacramento −continuó dirigiéndose a cada uno de los candidatos− impondrá en ti el sello, el carácter, que nadie podrá quitar y que te configurará con Cristo, que se ha hecho diácono, es decir, servidor de todos”.
Ese servicio, concretó, se hará patente principalmente en la liturgia y en la caridad. “En el ejercicio de tu ministerio, pese a tu fragilidad y pecados, serás instrumento inmediato a través del cual Cristo administrará su gracia santificante. Entre los servicios diaconales, destaca la proclamación de la Palabra de Dios y la predicación: el anuncio de la Palabra de Dios que, como decía san Juan Pablo II, es la primera obra de caridad que debemos prestar a nuestros hermanos”.
Deseó, asimismo, que el ejemplo que den los nuevos diáconos al vivir la caridad cristiana ayude a todo el Pueblo de Dios a adquirir una “conciencia diaconal” en todos, para que cada uno desee servir siguiendo las huellas de Cristo.
Los nuevos diáconos
Los 34 candidatos proceden de Brasil, Colombia, España, México, Nueva Zelanda, Venezuela, Chile, Estados Unidos, Kenia, Francia, Paraguay, El Salvador, Uganda, Filipinas, Perú e Italia. Estos son sus nombres:
Sérgio Sardinha de Azevedo (Brasil), Luis Miguel Bravo Álvarez (Colombia), José María Cerveró García (España), Miguel Ángel de Fuentes Guillén (España), Ernesto de la Peña González (México), José Luis de Prada Llusá (España), Javier María Erburu Calvo (España), Samuel Thomas Harold Fancourt (Nueva Zelanda), Gerardo Andrés Febres-Cordero Carrillo (Venezuela), José Nicolás Garcés Lira (Chile), Óscar Garza Aincioa (España), Pedro González-Aller Gross (España), John Paul Graells Antón (Estados Unidos), Diego Guerrero Gil (España), Jorge Iriarte Franco (España), Paul Muleli Kioko (Kenia), Yann Le Bras (Francia), Cristhian Alcides Lezcano Vicencini (Paraguay), Álvaro Linares Rodríguez (España), Miguel Llamas Díez (España), Eduardo Andrés Marín Perna (El Salvador), Javier Martínez González (España), Luis María Martínez Otero (España), Bernardo José Montes Arraztoa (Chile), Bernard Kagunda Nderito (Kenia), Deogratias Gumisiriza Nyamutale (Uganda), Nathaniel Peña Baluda (Filipinas), Rafael Quinto Pojol (Filipinas), César Augusto Risco Benites (Perú), Rafael de Freitas Sartori (Brasil), David Saumell Ocáriz (España), Cayetano Taberner Navarro (España), Claudio Tagliapietra (Italia) y Fernando María Valdés López (España).