Una cierta convivencia familiar, humana, ha dado lugar a un gesto algo inusual, pero no insólito
ReligionConfidencial.com
Es a base de la confianza mutua cómo los humanos vamos adelante, sostenemos nuestras familias, construimos civilizaciones: "pon amor, y sacarás amor", afirma el dicho castellano
En medio del cúmulo de noticias que inundan los periódicos, las redes, las tapias de anuncios, etc., y que en no pocas ocasiones nos llenan de un poco de pena y de dolor, porque reflejan las miserias a las que puede llegar el corazón humano; unas líneas sueltas de una agencia nos dan a conocer hoy un noble gesto, que nos transmite alegría y paz, al comprobar, una vez más, que los manantiales de bondad del corazón humano son inagotables. Y vale la pena dar gracias a Dios, al ver estas reacciones.
Los astilleros de Ferrol han entregado la quinta fragata a la Armada noruega. Durante algunos años, una serie de familias noruegas han vivido en Ferrol y en sus cercanías, inmersas en ese proyecto, y han participado de las vicisitudes de sus vecinos y compañeros.
Una cierta convivencia familiar, humana, ha dado lugar a un gesto algo inusual, pero no insólito; y quizá por eso, todavía más bello y noble.
La Armada noruega ha entregado un donativo de 100.000 euros a Caritas de la diócesis Mondoñedo-Ferrol, para «mostrar nuestro agradecimiento, dar algo a cambio como símbolo de nuestra gratitud a los habitantes de Ferrol, que tan bien nos han recibido durante tantos años».
En el convivir codo a codo, familia con familia, la amistad y el buen hacer, llevan a descubrir y comprender las necesidades más apremiantes, las situaciones más difíciles que están viviendo nuestros vecinos. Las familias noruegas han visto las necesidades, y no han cerrado ni sus ojos ni su corazón, ni su bolsillo.
Con las fragatas defenderán sus costas de cualquier posible enemigo; los noruegos son hombres hechos a la mar desde tiempos inmemorables. Ya convivieron con vascos en tierras americanas, y así han llegado a la constitución de los Estados actuales.
Ahora, han ido a Galicia, a Ferrol, han sido bien acogidos, más allá del interés por la construcción de fragatas que han dado trabajo por años a esos astilleros; y esa convivencia ha echado raíces. ¿Llegaremos así a construir Europa?
Caritas ha comunicado que las familias noruegas de los marinos, «han querido plasmar así su solidaridad ante la difícil situación que nuestro país, y nuestra comarca, atraviesa en estos momentos, y realiza esta donación con el deseo de que contribuya al bienestar de Ferrol y especialmente de los más necesitados».
La donación ha ido directamente a Caritas, que ha agradecido de todo corazón «la confianza depositada en ella por los marinos noruegos»; y ya ha anunciado que ese donativo, y los que va recibiendo −en pequeñas cantidades de unos y de otros− «contribuirá a reforzar el trabajo que se lleva a cabo en las parroquias, comedor y centro de día para personas sin hogar de la calle Magdalena, programas de empleo y de personas inmigrantes».
Esas familias noruegas, que han vivido tan cerca de los habitantes de la zona, saben en quienes pueden confiar; y saben también que es a base de esa confianza mutua cómo los humanos vamos adelante, sostenemos nuestras familias, construimos civilizaciones: "pon amor, y sacarás amor", afirma el dicho castellano. Y las familias noruegas lo han conseguido: «La confianza depositada nos estimula a mantener nuestro compromiso y dedicación al servicio de todo aquel que precise nuestra ayuda», afirma Caritas.
Un gesto noble y bello, que reverdece en un rincón de Noruega y de Galicia, las escondidas raíces de la caridad cristiana, de las raíces cristianas de Europa.