La Doctrina Social de la Iglesia "se puede compartir con los no creyentes, pues es una moralidad de la razón"
El Mundo- Castellón
Reducimos la Iglesia a los eclesiásticos, en vez de pensar en la mayoría de los católicos, ciudadanos “de a pie”, que conocemos poco su Doctrina Social, y por eso pensamos poco y la compartimos poco
Mañana se cumplen 7 años desde que fue elegido el actual Papa. El pasado día 16 cumplió 85 años, y no deja de asombrar la profundidad y agilidad que tiene Benedicto XVI. Escribe y habla con un estilo directo, claro, incisivo, positivo, sereno, constructivo, y a la vez exigente consigo mismo y con la labor de la Iglesia Católica, buscando la conexión permanente entre fe y razón: no se oponen, sino que se complementan. También desde el punto de vista de la comunicación, llegará el momento de analizar y valorar la figura de este Papa.
En los viajes del Papa, junto con él viajan en el avión un buen grupo de periodistas, que mantienen un coloquio muy interesante. Suelen ser periodistas expertos en estas materias, y por tanto formulan preguntas con enjundia, y el Papa contesta directamente, sin papeles. Por así decirlo, en esos coloquios sale lo más interesante para la opinión pública y para el propio Papa.
En el vuelo papal hacia México y Cuba de hace unas semanas, en ese coloquio el Papa afirmó que «la Iglesia está siempre de parte de la libertad», y que la libertad de religión abre las puertas a las demás libertades. Seguro que la situación en Cuba está detrás de estas palabras, pero no sólo en Cuba, porque la Iglesia ha molestado y molesta siempre a los tiranos de diversa índole, llámense emperadores romanos, dictadores marxistas o nazis, o dictadores del relativismo: es la dictadura actual, que busca diluir, y lucha contra todo intento de compartir una moral de la razón, objetiva.
El Papa, también, aludió a que «la Iglesia tiene que preguntarse si hace lo suficiente por la justicia social», lógicamente en su tarea propia de formar la conciencia. Y para ello recordó la Doctrina Social de la Iglesia, de la que dijo «que se puede compartir con los no creyentes, pues es una moralidad de la razón».
Son palabras valientes del Papa, a las que fácilmente podemos contestar que la Iglesia puede hacer más por la justicia social, pero reducimos la Iglesia a los eclesiásticos, en vez de pensar en la mayoría de los católicos, ciudadanos “de a pie”, que conocemos poco la Doctrina Social de la Iglesia, y por eso pensamos poco y la compartimos poco. El juego combinado de la ignorancia y los complejos explica muchas dejaciones de los católicos, con frecuencia en actitud de repliegue en vez de protagonistas.