Al final nos damos cuenta de que, en cuestiones de salud, la tecnología debe ir siempre sazonada por una buena dosis de cariño
Royal Philips, líder mundial en tecnología de la salud, acaba de lanzar su última campaña en Australia a través de la agencia Ogilvy & Mather. El spot cierra su historia con el mensaje habitual de la compañía: "Siempre hay una manera de hacer la vida mejor". Esa es la síntesis de su storytelling.
El breve relato juega con dos elementos clave: la sorpresa y el humor. Un hombre normal y corriente, quizás un poco más estresado de lo normal, se despierta una mañana y empieza una carrera contrarreloj para llegar al trabajo: entre otras cosas, toma un sándwich mientras se ducha. De repente, le vemos vestirse de… ¡Spiderman! aunque su porte no es precisamente el de un héroe. Su inmediata carrera por la ciudad nos confirma en la impresión de que poco tiene de héroe salvador del mundo, aunque algunos detalles −a la par que retrasan su carrera− sí muestran su valía personal, como cuando ayuda a una ancianita a subir el carro de la compra por una escalera de interminables peldaños.
Al final, descubrimos el sentido de esa extraña aventura. Y nos damos cuenta entonces de que, en cuestiones de salud, la tecnología debe ir siempre sazonada por una buena dosis de cariño.
Dirigido a profesionales de la salud, el spot quiere mostrar cómo Royal Philipsve la salud de manera diferente, porque pone a las personas en el centro de su actividad. Ellos enfocan los problemas a través de los ojos del paciente, y eso les inspira para tratar de innovar cada día.
Ahora es el momento de que veas el anuncio:
Para cerrar este breve comentario, nada mejor que las palabras de Eva Barrett, responsable global de publicidad de la marca: "Esta campaña tiene como objetivo cambiar la percepción de nuestra marca entre la audiencia: no somos una compañía tecnológica y fría, sino una compañía tecnológica y humana (…). El spot está inspirado en una historia real, la historia de un limpiador de ventanas, que se viste de hombre araña para llevar un poco de alegría y entretenimiento a los niños enfermos. Él cree que animarlos les ayuda a recuperarse más rápido… Y es verdad, porque a veces la sonrisa es la mejor medicina".