La ideología de género es una extravagancia cultural que se está imponiendo a nivel global; es preciso reconocer la enfermedad, para buscar el remedio
La nueva antropología llamada ideología de género tiene la pretensión de abarcarlo todo: todas las dimensiones de la vida humana, y toda la población mundial. Es ambiciosamente totalitaria. Y no vacila en emplear las armas del engaño y de la extorsión para imponer sus convicciones.
No estamos ante una ideología que se imponga por la fuerza ni por el derramamiento de sangre, como antaño el terror de la Revolución francesa, el comunismo soviético o el racismo nazi. La ideología de género, a nivel supranacional, se impone mediante la propaganda y el control de la cultura: la imposición de una “ciudadanía” relativista, la usurpación de la autoridad paterna, el control de la procreación y del mundo laboral y político.
Hoy en día se pretende que los llamados “derechos sexuales y reproductivos” se consideren como derechos humanos, poniendo éstos en clave de género. En esta línea se mueven diversos organismos internacionales, tales como la Organización de las Naciones Unidas y sus Comités de monitoreo, la Unión Europea y algunas Cortes de derechos humanos. Buscan la prohibición de los símbolos religiosos (la dictadura del relativismo de la que hablaba Benedicto XVI). E impulsan internacionalmente proyectos de ley favorables al aborto, a la esterilización, a la eutanasia y a los “matrimonios” homosexuales.
Incluso se presiona al Tribunal Penal Internacional para que se persiga a los que se oponen a esas prácticas. Se busca el “pensamiento único” relativista: (El libre pensamiento proclamo en alta voz, y muera el que no piense igual que pienso yo). Son fuertes las presiones a numerosos gobiernos y parlamentos nacionales.
La ideología de género tiene el sólido apoyo financiero de Fundaciones y capitales internacionales: el Banco Mundial, la Planed Parenthood, laOrganización panamericana para la salud, Barak Obama, Hillary Clinton, Bill Gates. La presión económica se aplica para imponer reformas educativas y sanitarias en clave de Género.
La ideología de género es el factor común de muchas palabras, ideas y acciones político-culturales. Es una extravagancia cultural… que se está imponiendo a nivel global. Es preciso reconocer la enfermedad, para buscar el remedio.
Las tiranías acaban cayendo. El poder absoluto es imposible y no perdura. El hombre, inteligente y libre reacciona en pro de la verdad, el amor y el bien.
No hay que perder la esperanza. La vida y el testimonio de tantos matrimonios y familias que mantienen la alegría del amor y la acogida a los hijos, contribuirá poderosamente a una nueva civilización del amor. Como afirmó S. Juan Pablo II las ideologías no pueden resistir a la verdad. Es preciso actuar para poner de manifiesto la auténtica visión del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, que guía su conducta personal y social bajo la riqueza y la plenitud de los mandamientos divinos.