La reforma hace que por primera vez haya más divorcios que separaciones. El llamado divorcio exprés, aprobado por el Parlamento español en junio de 2005, ha tenido efectos contundentes ya en sus primeros seis meses de vigencia.
Según los datos publicados el mes pasado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2005 el número divorcios en España aumentó un 42%, hasta alcanzar un total de 72.848. Al eliminarse con la reforma la condición de pasar por la separación judicial, por primera vez en 2005 hubo más divorcios que separaciones.
La reforma permite solicitar el divorcio a partir de los tres meses de matrimonio. Además, reduce los plazos para obtenerlo: a dos meses si es por mutuo acuerdo y a un máximo de seis si la petición es unilateral. Esto ha favorecido, al parecer, las rupturas tempranas: en 2005, uno de cada cinco divorcios fue de parejas con menos de cinco años de matrimonio. Los años anteriores la proporción fue de uno entre siete.
El otro elemento principal de la nueva ley, la posibilidad de obtener el divorcio sin necesidad de separación previa, también ha tenido consecuencias drásticas. En 2005, las separaciones bajaron un 21,55%, hasta quedarse en 64.028, el menor número registrado en cinco años.
Otro aspecto en que se notan los efectos de la reforma es el pronunciado aumento de rupturas por consenso. Para apreciarlo hay que acudir a las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial. Según ellas, los divorcios de mutuo acuerdo aumentaron un 69,8%, al pasar de 28.612 en 2004 a 48.590 en 2005; los no consensuados aumentaron un 16,1% (de 20.888 a 24.258). Esto significa que los divorcios por consenso de ambos cónyuges, que venían siendo un poco más de la mitad del total, en 2005 fueron dos de cada tres.
Aunque con la nueva ley se multiplicaron las peticiones de divorcio y se redujeron las separaciones, en el segundo semestre de 2005 el conjunto de divorcios más separaciones aumentó un 21,61%.