Fue la figura emblemática del científico comprometido en la defensa del respeto a la vida. El arzobispado de París ha confirmado la próxima apertura de la causa de beatificación del profesor Jérôme Lejeune, genetista francés descubridor del gen de la trisomía 21 y ardiente defensor del derecho a la vida frente al aborto.
Lejeune falleció en 1994 a la edad de 67 años En 1959, Lejeune descubrió con un equipo de investigadores que el origen del síndrome de Down era la presencia de un cromosoma suplementario. Con su tarea de investigación se dedicó a estudiar la enfermedad, a acoger a los niños que sufren este síndrome y a ayudar a las mujeres que atraviesan dificultades en su embarazo.
Profesor de genética en la Facultad de Medicina en París y en el Hospital Necker para niños enfermos, fue consejero científico de la asociación pro vida "Laissez les vivre" (Dejadlos vivir).
Ferviente católico, padre de cinco hijos, fue en Francia y en otros países la figura emblemática de la lucha por la defensa de la vida, lo que le convirtió en el blanco de los partidarios del aborto. Defendió la encíclica "Humanae vitae" (1968) de Pablo VI y la instrucción "Donum vitae" (1987) sobre la procreación artificial.
En una biografía escrita por su hija Clara, se advierte las dificultades que Lejeune y su familia atravesaron cuando pasó de ser un científico reconocido a ser un científico al que había que ningunear por su oposición al aborto.
Por sugerencia suya, Juan Pablo II creó en 1994 la Academia Pontificia para la Vida, y le nombró su primer presidente, en un gesto de afecto aunque sabía que le quedaba poco tiempo de vida.
En 1998, durante su viaje a Francia, Juan Pablo II fue a rezar ante la tumba de Lejeune, en un gesto que irritó a los que querían olvidar su figura.