Fuente: Mujernueva.com, (ABC, España, 2007-01-25)
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Ser mujer en España, todavía una desventaja. Así lo consideran la mitad de los españoles, que creen también que la discriminación de género ha aumentado durante los últimos cinco años. Una encuesta sobre las desigualdades sociales en la Unión Europea, presentada ayer, pone de relieve una realidad por muchos sabida: ser mujer, discapacitada y mayor de 50 años hace casi imposible el acceso al trabajo.
El «machismo» en España sigue estando a la cabeza entre las razones de exclusión social en la Unión Europea. El 55 por ciento de los españoles consideran frecuente la discriminación en base al género, una cifra sólo superada por Italia (56 por ciento). Del otro lado se encuentran alemanes y letones, muy por debajo de la media europea, que se sitúa en el 40 por ciento. Entre los encuestados españoles, la mitad piensa que ser mujer es una desventaja, mientras que uno de cada tres cree que la discriminación de género ha aumentado durante los últimos cinco años. Nuestro país se lleva la palma, junto Alemania, en la consideración de que, en el caso de las mujeres, las responsabilidades familiares constituyen un obstáculo para acceder a los puestos de dirección.
A las dificultades de género para obtener un empleo se suma la edad. Casi ocho de cada diez europeos que respondieron al cuestionario consideran que, con cualificaciones equivalentes, una persona de más de 50 años tiene menos oportunidades de obtener un empleo o de ser ascendida en comparación con una persona de menos edad. En el caso de España, el 45 por ciento de los encuestados destacaron que la discriminación en base a la edad es frecuente. Otra de las principales razones de discriminación para acceder al trabajo lo representan las discapacidades. En los países del Mediterráneo existe la tendencia generalizada a pensar que existen limitaciones para los minusválidos. En España, esa creencia alcanza al 54 por ciento de los encuestados.
El estudio comunitario muestra que en la UE existe una división de pareceres sobre la discriminación por razones de religión. De los 24.796 encuestados, el 44 por ciento manifestó que este tipo de exclusión era frecuente, mientras que el 47 por ciento lo catalogó como «raro». Entre los 1.021 españoles preguntados, uno de cada tres consideró frecuente la discriminación por motivos religiosos. España, con el 55 por ciento, se sitúa por debajo de la media europea en lo relativo a la tenencia de amigos con creencias diferentes (62 por ciento).
Otros de los factores de discriminación, la orientación sexual, coloca a España por debajo de la media europea y fuera de la tendencia de los países mediterráneos. Dos de cada tres ciudadanos de Italia, Chipre, Grecia y Portugal consideran habitual la discriminación por tendencia sexual, mientras que ese sentimiento, en España, lo tiene uno de cada dos ciudadanos. Quizá a ese resultado ayude el hecho de que el 44 por ciento de los españoles declaró tener amigos homosexuales, muy por encima de la media europea del 35 por ciento. De la misma forma, el 31 por ciento de los españoles declaró tener amigos gitanos, mientras que la media europea está en el 12 por ciento. A pesar de este dato, la mayoría destacó la existencia de discriminaciones por razones de origen étnico.