CIUDAD DEL VATICANO, 24 ENE 2007 (VIS).
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Benedicto XVI dedicó nuevamente la catequesis de la audiencia general de los miércoles, celebrada en la Sala Pablo VI, a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, que concluye mañana con la celebración de las vísperas en la basílica romana de San Pablo Extramuros.
La unidad es una preocupación "que atañe a la Iglesia entera", dijo el Papa, y rezando juntos "los cristianos se hacen más conscientes de su estado de hermanos, si bien todavía divididos".
"Pensando en el camino recorrido en los últimos cuarenta años, sorprende cómo el Señor nos haya despertado del sopor de la autosuficiencia y de la indiferencia, cómo nos haga cada vez más capaces de escucharnos y no solo de oírnos".
El ecumenismo, prosiguió el Santo Padre, "es un proceso lento, un camino cuesta arriba, como todo camino de arrepentimiento", pero a pesar de las dificultades "hay también "amplios espacios de alegría, pausas refrescantes donde es posible respirar a pleno pulmón el aria pura de la comunión plena".
El Papa afirmó que la experiencia ha demostrado que la búsqueda de la unidad "se lleva a cabo en innumerables circunstancias", y citó la labor en este sentido de las parroquias, hospitales y comunidades locales, sobre todo "en las regiones donde un gesto de buena voluntad con un hermano requiere un gran esfuerzo y una purificación de la memoria".
En este contexto de esperanza, Benedicto XVI encuadró "los encuentros y actividades que marcan el ministerio del obispo de Roma, pastor de la Iglesia universal", y recordó los hitos ecuménicos del pasado año, como "la visita oficial de la Alianza Mundial de las Iglesias reformadas, (...) de la delegación de la Alianza Baptista Mundial y de la Evangelican Lutheran Church".
El Santo Padre mencionó también sus encuentros con "los jerarcas de la Iglesia Ortodoxa de Georgia" y la Cumbre de los Jefes Religiosos en Moscú, en julio de 2006, durante la cual el patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Alexis II, "solicitó con un mensaje especial la adhesión de la Santa Sede".
Tras recordar la visita oficial del Arzobispo de Canterbury al Vaticano, Benedicto XVI habló de su "inolvidable" viaje a Turquía y del encuentro con el patriarca Bartolomé I en Estambul, y afirmó su compromiso para que "el abrazo de paz intercambiado durante la Divina Liturgia en la iglesia de San Jorge en Fanar se traduzca en consecuencias prácticas".
"Estos momentos resaltan -concluyó- el empeño, a menudo silencioso pero decidido, que nos acomuna en la unidad. Nos alientan a hacer todos los esfuerzos posibles para proseguir por esta cuesta lenta pero importante"