CIUDAD DEL VATICANO, 21 ENE 2007 (VIS)
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Poco antes del mediodía, Benedicto XVI se asomó a la ventana de su estudio que da a la Plaza de San Pedro para rezar el Angelus con los peregrinos allí reunidos.
El Papa recordó que del 18 al 25 de enero se celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos y que el tema de este año "Hace oír a los sordos y hablar a los mudos" era "una frase del Evangelio de San Marcos que habla de la maravilla de las gentes por la curación del sordomudo por parte de Jesús".
"El proyecto inicial para la Semana -explicó- lo han preparado los fieles de Umlazi, en Sudáfrica, una ciudad muy pobre, donde el SIDA ha alcanzado dimensiones de pandemia y las esperanzas humanas son bien pocas. Pero Cristo resucitado es esperanza para todos. Especialmente para los cristianos. Herederos de divisiones en épocas pasadas, en esta ocasión quieren lanzar un llamamiento: Cristo lo puede todo, "hace oír a los sordos y hablar a los mudos", o sea, es capaz de infundir en los cristianos el deseo ardiente de escuchar al otro, de comunicar y hablar con él el lenguaje del amor recíproco".
"El ecumenismo es una profunda experiencia de diálogo, un "escucharse y hablarse", (...) una tarea que todos pueden llevar a cabo, especialmente por lo que se refiere al ecumenismo espiritual, que se basa en la oración y el compartir posible entre los cristianos".
El Papa auspició que el "anhelo de unidad, traducido en oración y colaboración fraternal para aliviara los sufrimientos del ser humano" se difundiese cada vez más, y dio las gracias a todos aquellos que "en cualquier lugar del mundo rezan y actúan con convicción y constancia por la unidad".
Una vez rezado el Ángelus, Benedicto XVI habló de la Jornada de la Escuela Católica que hoy se celebra en la diócesis de Roma, y recordó que las instituciones educativas católicas "están al servicio del crecimiento integral de la persona: corazón, inteligencia y libertad".