CIUDAD DEL VATICANO, 20 ENE 2007 (VIS)
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La Oficina de Prensa de la Santa Sede hizo público el siguiente comunicado al final de la reunión celebrada en el Vaticano los días 19 y 20 de este mes sobre la situación de la Iglesia católica en China continental:
"El Papa Benedicto XVI, deseoso de profundizar en el conocimiento de la situación de la Iglesia católica en China continental, convocó una reunión al respecto, que tuvo lugar en el Palacio Apostólico Vaticano los días 19 y 20 de enero de 2007.
"En los trabajos, presididos por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado, tomaron parte algunos representantes del episcopado chino (Hong Kong, Macao y Taiwan) y aquellos que, para la Santa Sede, siguen más de cerca la cuestión china. El amplio y articulado debate estuvo animado por la franqueza y la cordialidad fraterna.
"A la luz de la atribulada historia de la Iglesia en China y de los principales sucesos de los últimos años, se examinaron los problemas eclesiales más graves y urgentes, que esperan soluciones adecuadas en relación con los principios fundamentales de la constitución divina de la Iglesia y de la libertad religiosa. Se ha tomado nota, con profundo reconocimiento, del luminoso testimonio, ofrecido por obispos, sacerdotes y fieles, quienes, sin ceder a componendas, han mantenido la propia fidelidad a la Sede de Pedro, a veces incluso a costa de graves sufrimientos. Con particular alegría se ha constatado, además, que actualmente la casi totalidad de los obispos y sacerdotes está en comunión con el Sumo Pontífice.
"Por otra parte, es sorprendente el crecimiento de la comunidad eclesial que, también en China, está llamada a ser testigo de Cristo, a mirar hacia delante con esperanza y a medirse, en el anuncio del Evangelio, con los nuevos desafíos que la sociedad está afrontando.
"En las múltiples aportaciones de los participantes ha surgido la voluntad de proseguir el camino de un diálogo respetuoso y constructivo con las autoridades gubernamentales, para superar las incomprensiones del pasado. Además se ha expresado el deseo de llegar a una normalización de las relaciones en los diversos niveles, para consentir la pacífica y fructífera vida de la fe en la Iglesia y trabajar juntos por el bien del Pueblo chino y por la paz en el mundo.
"El Santo Padre, que ha sido ampliamente informado sobre las propuestas maduradas durante la reunión, ha decidido benévolamente escribir una carta a los católicos en China".