El Domingo de Ramos, es la fecha en la que la Iglesia Católica recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, recibido por sus discípulos y el pueblo con palmas y ramos de olivo, aclamándole como el Mesías. El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa, con la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor.
Su Muerte en la Cruz, a las tres de la tarde, es la Hora de la Divina Misericordia, fuente de innumerables gracias, tal y como Jesús le reveló a sor Faustina Kowalska.
Las palabras de Jesús fueron recogidas por sor Faustina en su Diario, la Divina Misericordia en mi Alma, que a continuación os remarco en negrita, indicando también el numeral exacto del Diario en el que podéis leerlas, y que hacen mención a la Hora de la Divina Misericordia y a la importancia de meditar la Pasión de Cristo.
“A las tres, ruega por Mi Misericordia, en especial para los pecadores y aunque solo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía. Esta es la hora de la gran Misericordia para el mundo entero. Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal. En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión” (Diario, 1320).
“Deseo que conozcas más profundamente el amor que arde en Mi Corazón por las almas y tú comprenderás esto cuando medites Mi Pasión. Apela a Mi Misericordia para los pecadores, deseo su salvación” (Diario, 186).
“Una hora de meditación de Mi dolorosa Pasión tiene mayor mérito que un año entero de flagelaciones a sangre; la meditación de Mis dolorosas llagas es de gran provecho para ti y a Mí me da una gran alegría” (Diario, 369).
“Son pocas las almas que contemplan Mi Pasión con verdadero sentimiento; a las almas que meditan devotamente Mi Pasión, les concedo el mayor número de gracias” (Diario, 737).
“Hija Mía, medita frecuentemente sobre Mis sufrimientos que padecí por ti y nada de lo que tú sufres por Mí te parecerá grande. Me agrada más cuando contemplas Mi dolorosa Pasión; une tus pequeños sufrimientos a Mi dolorosa Pasión para que adquieran un valor infinito ante Mi Majestad” (Diario, 1512).
“Busca la fuerza y la luz en Mi Pasión” (Diario, 654).
Del testimonio de Jesús se concluye la importancia que tiene pedir a las tres de la tarde para uno mismo o para los demás, ya que a esa hora concede gracias a quien se lo pida apelando a los méritos de Su Pasión.
Además, quien suplica misericordia a las tres de la tarde por todos los pecados del mundo, en virtud de los méritos de la Pasión de Cristo, está realizando la mayor obra de misericordia que se puede hacer por el prójimo. Implica, por tanto, un acto de confianza en la Divina Misericordia.
Asimismo, meditar la Pasión de Cristo es una forma de manifestar nuestro amor por Jesús, acompañándole en Su sufrimiento. Puede hacerse cualquier día del año. Sirve para llenar de luz nuestras vidas, dándonos fuerzas para afrontar las dificultades que tengamos. Apoyando nuestro dolor en la Cruz de Cristo y compartiéndolo con Él en la Hora de la Misericordia, renovamos nuestro espíritu para que salga fortalecido por Jesús. Acompañemos, pues, al Señor a las tres de la tarde del Viernes Santo.
Fuente: elamigoquenuncafalla.com
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Nuestra Señora del Pozo
El origen de la devoción a la Advocación Mariana de La Madonna del Pozzo se remonta al siglo XIII, en la Roma de la edad media. La tradición indica que alguien arrojo, voluntariamente, una imagen de Maria realizada sobre una pieza de piedra dentro de un pozo cisterna o pozo de agua. El profundo hoyo se encontraba ubicado en el establo de la residencia de un Cardenal en las inmediaciones de Roma.
En la noche entre el 26 y el 27 de septiembre del año 1256 se produce el prodigioso hecho de que el agua empieza a brotar con tal fuerza desde el pozo, que eleva a la superficie la imagen de la Virgen retratada en piedra. Los testigos advirtieron no solo el fluir violento del agua sino de modo mucho más resaltable, que se elevaba a la superficie la piedra con la imagen de la Virgen. El hecho fue inmediatamente reconocido como un milagro, al punto que el propio Pontifice realizo una procesión hasta el lugar de los hechos. Desde entonces esta advocacion de Maria es conocida como la Señora del Pozo, o la Madonna del Pozzo.
El contiguo convento de los Siervos de Maria fue abierto en el año de 1513, que era anteriormente convento de la Observancia y después de Mantua. Desde el año 1803 forma parte de la Provincia de Romaña, hoy Provincia de Piemonte-Romaña de los Siervos de Maria. Los sacerdotes servitas custodian este santo lugar, señalado por la Gracia de Dios.
Fuente: Comunidad de los Siervos de Maria
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