Pio Santiago
La filiación divina en las enseñanzas de San Josemaría
Testimonio personal de San Josemaría
¿Qué es la filiación divina?
Un cristiano es un hijo de Dios, en virtud del bautismo. Esta verdad básica del cristianismo ocupa un lugar fundamental en el espíritu del Opus Dei, como enseña su fundador: «La filiación divina es el fundamento del espíritu del Opus Dei». En consecuencia, el Opus Dei fomenta la confianza en la providencia, la sencillez en el trato con Dios, un profundo sentido de la dignidad de todo ser humano y de la fraternidad entre los hombres, un amor cristiano al mundo y a las realidades creadas por Dios, la serenidad y el optimismo.
«Todos los hombres son hijos de Dios. Pero un hijo puede reaccionar, frente a su padre, de muchas maneras. Hay que esforzarse por ser hijos que procuran darse cuenta de que el Señor, al querernos como hijos, ha hecho que vivamos en su casa, en medio de este mundo, que seamos de su familia, que lo suyo sea nuestro y lo nuestro suyo, que tengamos esa familiaridad y confianza con El que nos hace pedir, como el niño pequeño, ¡la luna!».
Un cristiano es un hijo de Dios, en virtud del bautismo. La paternidad de Dios es una verdad revelada por Cristo en el Evangelio y forma parte importante de la doctrina cristiana. Quiso Dios que en el alma de Josemaría Escrivá de Balaguer se grabara esta verdad ser en Cristo, hijo de Dios- con gran intensidad en un momento concreto: «Aprendí a llamar Padre, en el Padrenuestro, desde niño; pero sentir, ver, admirar ese querer de Dios de que seamos hijos suyos..., en la calle y en un tranvía una hora, hora y media, no lo sé; Abba, Pater! tenía que gritar».
De modo especial en los momentos y situaciones más dolorosas el cristiano se sabe hijo de Dios: «Cuando el Señor me daba aquellos golpes, por el año treinta y uno, yo no lo entendía. Y de pronto, en medio de aquella amargura tan grande, esas palabras. Tú eres mi hijo, tú eres Cristo. Y yo sólo sabía repetir: Abba, Pater!; Abba, Pater!; Abba!, Abba!, Abba! Ahora lo veo con una luz nueva, como un nuevo descubrimiento: como se ve, al pasar los años, la mano del Señor, de la Sabiduría divina, del Todopoderoso. Tú has hecho, Señor, que yo entendiera que tener la Cruz es encontrar la felicidad, la alegría. Y la razón lo veo con más claridad que nunca- es ésta: tener la Cruz es identificarse con Cristo, es ser Cristo, y, por eso, ser hijo de Dios».
La filiación divina así sentida lleva a conducirse de acuerdo con ella: fomenta la confianza en la providencia divina, la sencillez en el trato con Dios, un profundo sentido de la dignidad de todo ser humano y de la fraternidad entre los hombres, un verdadero amor cristiano al mundo y a las realidades creadas por Dios, la serenidad y el optimismo.
«Descansad en la filiación divina. Dios es un Padre lleno de ternura, de infinito amor. Llámale Padre muchas veces al día, y dile -a solas, en tu corazón- que le quieres, que le adoras: que sientes el orgullo y la fuerza de ser hijo suyo. Supone un auténtico programa de vida interior, que hay que canalizar a través de tus relaciones de piedad con Dios -pocas, pero constantes, insisto-, que te permitirán adquirir los sentimientos y las maneras de un buen hijo».
Para vivir como hijos de Dios y sostener el empeño por santificar las ocupaciones ordinarias, los cristianos necesitan «la frecuencia de Sacramentos, la meditación, el examen de conciencia, la lectura espiritual, el trato asiduo con la Virgen Santísima y con los Angeles custodios...». Además, para identificarse con Jesucristo, buscan la penitencia que les lleva a ofrecer sacrificios y mortificaciones, especialmente aquellas que facilitan el cumplimiento fiel del deber y hacen la vida más agradable a los demás, así como la renuncia a pequeñas satisfacciones, el ayuno y la limosna. «Fomenta tu espíritu de mortificación en los detalles de caridad, con afán de hacer amable a todos el camino de santidad en medio del mundo: una sonrisa puede ser, a veces, la mejor muestra del espíritu de penitencia».
Testimonio personal de San Josemaría
El 16 de octubre de 1931, envuelto en preocupaciones, san Josemaría rezaba en un tranvía de Madrid. Aquella oración hecha en la calle- le llevó a comprender con especial hondura que era hijo de Dios. Abba, Padre!, rezó en voz alta.
El 16 de octubre fue jornada memorable, cuajada de oración. Uno de esos días en que apenas consiguió leer unas líneas del periódico, pues lo pasó arrebatado en unión contemplativa:
Día de Santa Eduvigis 1931: Quise hacer oración, después de la Misa, en la quietud de mi iglesia. No lo conseguí. En Atocha, compré un periódico (el A.B.C.) y tomé el tranvía. A estas horas, al escribir esto, no he podido leer más que un párrafo del diario. Sentí afluir la oración de afectos, copiosa y ardiente. Así estuve en el tranvía y hasta mi casa (...).
Cuando, más adelante, haya de dar detalles sobre la oración de ese día, la oración más subida que nunca tuvo, al explicar aquella extraordinaria gracia de unión con Dios yendo en un tranvía, deambulando por las calles, verá en ello una lección. El Señor le hizo entender que la conciencia de la filiación divinahabía de estar en la entraña misma de la Obra:
Sentí la acción del Señor, que hacía germinar en mi corazón y en mis labios, con la fuerza de algo imperiosamente necesario, esta tierna invocación: Abba! Pater! Estaba yo en la calle, en un tranvía [...]. Probablemente hice aquella oración en voz alta.
Y anduve por las calles de Madrid, quizá una hora, quizá dos, no lo puedo decir, el tiempo se pasó sin sentirlo. Me debieron tomar por loco. Estuve contemplando con luces que no eran mías esa asombrosa verdad, que quedó encendida como una brasa en mi alma, para no apagarse nunca.
En el mensaje del 2 de octubre de 1928, en la llamada a la santidad en medio del mundo, se volvía a repetir la vieja y nueva doctrina del evangelio: estote ergo vos perfecti, sicut et Pater vester caelestis perfectus est; sed perfectos, como lo es vuestro Padre celestial .
En aquella jornada percibió, en la hondura misteriosa de la filiación divina, el alcance de aquella asombrosa realidad. No del modo en que había venido viviéndola hasta entonces sino proyectada dentro de su específica misión fundacional, como explicaba a sus hijos:
Os podría decir hasta cuándo, hasta el momento, hasta dónde fue aquella primera oración de hijo de Dios.
Aprendí a llamar Padre, en el Padrenuestro, desde niño; pero sentir, ver, admirar ese querer de Dios de que seamos hijos suyos..., en la calle y en un tranvía una hora, hora y media, no lo sé; Abba, Pater!, tenía que gritar.
Hay en el Evangelio unas palabras maravillosas; todas lo son: nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquél a quien el Hijo lo quisiera revelar (Matth XI, 27). Aquel día, aquel día quiso de una manera explícita, clara, terminante, que, conmigo, vosotros os sintáis siempre hijos de Dios, de este Padre que está en los cielos y que nos dará lo que pidamos en nombre de su Hijo [...].
Todavía en 1971, dando una meditación, revivía el recuerdo pasmoso de aquella jornada, que fue una confirmación de la cualidad inefable de ser hijo de Dios y también de que la Obra era, verdaderamente, Opus Dei:
Entendí que la filiación divina había de ser una característica fundamental de nuestra espiritualidad: Abba, Pater! Y que, al vivir la filiación divina, los hijos míos se encontrarían llenos de alegría y de paz, protegidos por un muro inexpugnable; que sabrían ser apóstoles de esta alegría, y sabrían comunicar su paz, también en el sufrimiento propio o ajeno. Justamente por eso: porque estamos persuadidos de que Dios es nuestro Padre.
Enlaces relacionados
Filiación divina e intimidad con Dios
Monseñor Javier Echevarría habla de filiación divina
Juan Pablo II. Pentecostés y la filiación divina
Pio Santiago
Qué es la dirección espiritual
La dirección espiritual en el Opus Dei
Palabras de algunos santos sobre la dirección espiritual
Palabras de San Josemaría sobre la dirección espiritual
Qué es la dirección espiritual
La dirección o el acompañamiento espiritual es una práctica muy antigua en la tradición judeo- cristiana como un medio para encontrar a Dios.
La dirección espiritual es la asistencia o ayuda positiva que una persona recibe de otra que está especialmente calificada, por educación, experiencia y santidad personal, para discernir la voluntad de Dios.
La dirección espiritual en el Opus Dei
En el Opus Dei la dirección espiritual de los fieles está encomendada al director de cada centro. Lógicamente, en cuanto confesores habituales, los sacerdotes del Opus Dei también dirigen espiritualmente a los fieles de la Prelatura.
El proceso de dirección busca la aplicación de la voluntad de Dios a la vida personal contando siempre con la asistencia del Espíritu Santo, quién es el principal director de las almas.
La dirección espiritual debe partir de una búsqueda voluntaria de quién se compromete a progresar en la unión con Dios. La Iglesia, por su larga experiencia, reconoce la necesidad de la dirección espiritual ya que, como consecuencia del pecado, el hombre se confunde con facilidad, arrastrado por sus pasiones y con facilidad llega a justificar sus errores. El director espiritual, nos ayuda a ser objetivos, separándonos de los apegos que ciegan al alma, para poder ver con claridad la verdad aunque no nos guste.
Palabras de algunos santos sobre la dirección espiritual
San Juan Crisóstomo (Catena Aurea, vol. III, p. 132) recuerda que somos malos jueces de nosotros mismos.
"Uno comprende enseguida la culpa de otro, pero con dificultad se da cuenta de la suya; un hombre es imparcial en causa ajena, pero se perturba en la propia".
San Pedro de Alcántara (Tratado de la oración y meditación, II, 5) recuerda la necesidad de contar con la ayuda de un guía experimentado.
"Una de las cosas más arduas y dificultosas que hay en esta vida es saber ir a Dios y tratar familiarmente con Él. Por esto no se puede este camino andar sin alguna buena guía".
Santa Teresa (Camino de perfección, 18, 8) dice que con un buen director espiritual se avanza más rápidamente en unión con Dios.
"Si quiere o pretende ser contemplativa ha menester para ir muy acertada dejar su voluntad con toda determinación en un confesor que sea tal. Porque esto es ya cosa muy sabida, que aprovechan mas de esta suerte en un año que sin esto en muchos".
San Juan de la Cruz (Llama de amor viva, 3, n. 30) recomienda buscar como acompañante espiritual a una persona sabia, discreta y experimentada en el trato con Dios.
"Y adviértase que para este camino, a lo menos para lo más subido de él y aún para lo mediano, apenas se hallará a un guía cabal según todas las partes que ha menester, porque, además de ser sabio y discreto, es menester que sea experimentado. Porque para guiar el espíritu, aunque el fundamento es el saber y la discreción, si no hay experiencia de lo que es puro y verdadero espíritu, no atinará a encaminar al alma en el [camino que lleva hacia Dios], cuando Dios se lo da, ni aún lo entenderá".
Palabras de San Josemaría sobre la dirección espiritual
Camino, n. 59
Conviene que conozcas esta doctrina segura: el espíritu propio es mal consejero, mal piloto, para dirigir el alma en las borrascas y tempestades, entre los escollos de la vida interior. Por eso es Voluntad de Dios que la dirección de la nave la lleve un Maestro, para que, con su luz y conocimiento, nos conduzca a puerto seguro.
Conversaciones, 93
La tarea de dirección espiritual hay que orientarla no dedicándose a fabricar criaturas que carecen de juicio propio, y que se limitan a ejecutar materialmente lo que otro les dice; por el contrario, la dirección espiritual debe tender a formar personas de criterio. Y el criterio supone madurez, firmeza de convicciones, conocimiento suficiente de la doctrina, delicadeza de espíritu, educación de la voluntad.
Una explicación muy certera en Encuentra.com
Curso explicativo de la dirección espiritual
Testimonio de Paul Ybarra, bombero de Los Ángeles, sobre la dirección espiritual
Pio Santiago
Palabras de San Josemaría a un grupo de Cooperadores del Opus Dei
Margareth Emy Tanioka, cooperadora del Opus Dei.
Daniel Becante, cooperador del Opus Dei
¿Quiénes son Cooperadores del Opus Dei?
Los cooperadores del Opus Dei son hombres y mujeres que, sin pertenecer a la Prelatura, ayudan en la realización de actividades educativas, asistenciales, de promoción cultural y social, etc., junto a los fieles del Opus Dei.
¿Qué es un cooperador de la Prelatura del Opus Dei?
Los cooperadores del Opus Dei son personas que, sin ser miembros de la Prelatura, ayudan a los apostolados del Opus Deide diversas maneras. Para ser cooperador no se requiere una vocación específica. Por lo general, los cooperadores provienen de los parientes, amigos, colegas y vecinos de los fieles de la Prelatura, o bien de la gente que recibe o ha recibido algún beneficio espiritual del apostolado del Opus Dei, o se da cuenta de la tarea de promoción humana y social que se realiza a través de las diversas labores apostólicas que atiende la Prelatura. El Vicario Regional del Opus Dei nombra a una persona cooperador, a propuesta de un fiel de la Prelatura. Pueden ser cooperadores también los no católicos y los no cristianos.
¿Qué lleva consigo ser cooperador del Opus Dei?
El cometido de los cooperadores es ayudar a los apostolados de la Prelatura. Esta ayuda puede ser espiritual o material.
La faceta espiritual de la condición de cooperador se traduce en el compromiso de rezar, diariamente si es posible, por la Prelatura y sus trabajos de apostolado.
La aportación material puede concretarse en forma de limosnas, dedicación del propio tiempo o prestación de servicios para alguna labor apostólica de la Prelatura.
¿Qué beneficios reciben los cooperadores de la Prelatura del Opus Dei?
Se benefician de la oración que los fieles del Opus Dei ofrecen diariamente por todos los que de un modo u otro ayudan o han ayudado a la Prelatura.
En determinadas ocasiones, además, los sacerdotes de la Prelatura ofrecen el Santo Sacrificio de la Misa por el eterno descanso de las almas de los cooperadores fallecidos. Por otra parte, la Santa Sede ha concedido unas indulgencias que los cooperadores pueden ganar, en unas determinadas fechas del año, observando las condiciones establecidas por la Iglesia confesión sacramental unida a la conversión del corazón, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa y siempre que renueven, por devoción, sus obligaciones como cooperadores.
Palabras de San Josemaría a un grupo de Cooperadores del Opus Dei
Sois vosotros los que hacéis todo, y en todos los sitios sucede lo mismo. Sois encantadores. Sabéis responder a Dios, darle gusto, y ayudar, para que salvemos almas. ¡Dios os bendiga! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!.
Margareth Emy Tanioka, cooperadora del Opus Dei.
El día más feliz
Durante un curso de computación, aprovechando un intervalo de clase, hablé con una de mis compañeras de mis preocupaciones. Me hacía muy infeliz ver quecon frecuencia en mi profesión sólo se da importancia al dinero. Ella me habló del verdadero sentido de mi trabajo, de la posibilidad de hacerlo por Dios. Yo casi no conocía nada de Dios y menos aún del Dios de los católicos. Le hice muchas preguntas. Me dejó un libro sobre la fe, y a medida que lo iba leyendo, apuntaba mis dudas y las aclaraba en nuestros encuentros semanales. Comencé a rezar y recibí la gracia de la fe. Me bauticé a los 30 años y fue el día más feliz de mi vida. Me ha dado alegría colaborar en la instalación y puesta en marcha de Elca, una escuela para la capacitación profesional de gente joven.
Daniel Becante, cooperador del Opus Dei
Un apoyo para mi vida cristiana
En 1992 me invitaron a una Misa con ocasión de la beatificación de Josemaría Escrivá. Luego empecé a asistir a los medios de formación y a darme cuenta de lo que significa la vocación cristiana. Deseo colaborar para que estas actividades se desarrollen más. Personalmente, he encontrado un gran apoyo en la dirección espiritual. Fue un gran descubrimiento conocer la posibilidad de santificar el trabajo. También el espíritu de oración y la importancia del apostolado; que no se trata de hacer cosas extraordinarias, sino de aprovechar las relaciones familiares, profesionales, etc. para dar a conocer el mensaje de Cristo.
Explicación detallada en la página del Opus Dei
Reunión de testimonios de cooperadores
Asociación de Cooperadores del Opus Dei
Otras preguntas más frecuentes
Proyecto Harambee, iniciativa de cooperadores y personas del Opus Dei
Pio Santiago
Breve historia de Camino y algunos datos
Prólogo de San Josemaría en Camino
Dos Cardenales hablan sobre San Josemaría y Camino
Testimonio de Montserrat Caballé sobre Camino
El libro CAMINO
Este libro es el más conocido de San Josemaría, Fundador del Opus Dei, publicado en su forma actual en 1939. Está escrito en forma de breves consideraciones, y aborda temas como la educación del carácter, las virtudes, la oración, la mortificación, la devoción a la Virgen María, la vocación, etc.
Breve historia de CAMINO y algunos datos
Camino, fruto de la labor sacerdotal que san Josemaría Escrivá había iniciado en 1925, aparece por primera vez en 1934 (en Cuenca, España) con el título de "Consideraciones Espirituales". En la edición siguiente -realizada en Valencia en 1939-, el libro, notablemente ampliado, recibe ya su título definitivo. Desde entonces se ha difundido con un ritmo sostenido y progresivo. Actualmente, se han publicado de Camino cerca de 4.500.000 ejemplares en 43 idiomas.
Camino tiene un estilo directo, de diálogo sereno, en el que el lector se encuentra frente a las exigencias divinas en un ambiente de confianza y amistad. Cuando se publicó en Italia, L'Osservatore Romano comentó: "Mons. Escrivá de Balaguer ha escrito más que una obra maestra, ha escrito inspirándose directamente en el corazón, y al corazón llegan directamente, uno a uno, los párrafos que forman Camino."
Prólogo de San Josemaría en Camino:
Lee despacio estos consejos. Medita pausadamente estas consideraciones. Son cosas que te digo al oído, en confidencia de amigo, de hermano, de padre. Y estas confidencias las escucha Dios. No te contaré nada nuevo. Voy a remover en tus recuerdos, para que se alce algún pensamiento que te hiera: y así mejores tu vida y te metas por caminos de oración y de Amor. Y acabes por ser alma de criterio. (Camino, Prólogo del autor)
Dos Cardenales hablan sobre San Josemaría y Camino
Car. Crescenzio Sepe, prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos.
Es preciso que seas "hombre de Dios", hombre de vida interior, hombre de oración y de sacrificio. Tu apostolado debe ser una superabundancia de tu vida "para adentro" (Camino, 961).
"Individuada en Dios la propia centralidad, el beato Josemaría hace de la oración la vía maestra de su maduración en la fe. Para él la oración será un diálogo ininterrumpido con el Señor y su respiración como creyente. La oración lo mantendrá con vida, y generará en su corazón un estupor siempre nuevo por el bien que Dios obra dentro y fuera de la Iglesia. La oración se transforma en él en alabanza continua al Padre, pero también en voz de intercesión por la incierta suerte de los pobres y por las ansias del presente".
Card. Darío Castrillón Hoyos, prefecto de la Congregación del Clero.
"Cuando veas una pobre Cruz de palo, sola, despreciable y sin valor... y sin Crucifijo, no olvides que esa Cruz es tu Cruz: la de cada día, la escondida, sin brillo y sin consuelo..., que está esperando el Crucifijo que le falta: y ese Crucifijo has de ser tú". (Camino, 178).
"Mons. Josemaría Escrivá predicó incansablemente que la hora de Jesús es la hora de todos los cristianos, llamados a glorificar a Dios dejándose atraer, como hijos, en aquel acto de amor paterno de infinito valor que se ha cumplido en la Cruz. Testimonió con su vida entera que el camino de la Cruz, el camino real de Cristo, es la senda que introduce al hombre en la felicidad de la amistad divina, en la gozosa aventura de la cercanía de la palabra de Dios que libera de la esclavitud del pecado y del engaño del demonio: el patíbulo del Verbo encarnado es fuente de vida; la muerte ignominiosa de Cristo, cumplimiento de la eterna alianza de Dios con toda la humanidad".
Testimonio de Montserrat Caballé sobre Camino
"Camino es un libro en el que se recogen pensamientos que ayudan a encontrar a Cristo"
Recogemos un testimonio de Montserrat Caballé publicado en el libro que se editó con motivo del centenario de San Josemaría Escrivá.
"Mi vida no tendría sentido sin el canto, sin el arte. Sin ese don de expresar de manera excepcional, privilegiada, el amor, la bondad, el patriotismo, mis sentimientos más íntimos, los más nobles, los más elevados. Poder hacer disfrutar a los demás es mi gozo.
Hace muchos años alguien me regaló Camino, un libro en el que se recogen pensamientos que ayudan a encontrar a Cristo, y allí leí: Es preciso convencerse de que Dios está junto a nosotros de continuo. Vivimos como si el Señor estuviera allá lejos, donde brillan las estrellas, y no consideramos que está siempre a nuestro lado.
Estas palabras de San Josemaría Escrivá de Balaguer, cuyo centenario se celebra en este año 2002, me han alentado a vivir de fe en mi trabajo, a no olvidarme nunca de rezar antes de subir a un escenario, a hablar con Dios, de un modo un otro, a lo largo de la jornada: a entender que mi fe puede trascender también mi ámbito personal.
Pero mi vida tampoco tendría sentido sin mi familia, sin todo el elenco de valores que configuran su entorno. Aunque, por imperativos profesionales, tengo que desplazarme y viajar de un extremo a otro del globo, siempre he procurado encontrar los espacios necesarios para cuidar esos valores: la fidelidad, la unión y el amor hacia los amigos (...).
Todo eso; mi trabajo, mi familia, he procurado enaltecerlo por medio de la fe que me ha hecho y me hace esperar el premio más grande, el éxito más sorprendente, la alegría en el corazón de los que buscan al Señor".
Enlaces sobre Camino
Libro que recoge diversos estudios sobre Camino
Melvin, estudiante de Puerto Rico, volvió a la fe gracias a la lectura de Camino
Editoriales en las que se encuentra Camino, en más de 40 idiomas
Pio Santiago
Textos de San Josemaría sobre el apostolado
El apostolado consiste en procurar que otras personas se acerquen más a Dios, a Jesucristo y a la Iglesia, mejorando su vida. Las personas del Opus Dei tienen el empeño de hacer apostolado allí donde están, en su trabajo, en su familia, con sus conocidos. San Josemaría procuró en todo momento recordar la llamada universal a la santidad y alapostolado.
El bien, ya lo decía Aristóteles, es de suyo expansivo. Cuando alguien tiene algo bueno, una alegría, tiende a compartirla. De ahí surge elapostolado. Un cristiano, por ello, desea comunicar el Evangelio (la Buena Nueva) a mucha gente, compartiendo con ellos esa noticia maravillosa: Dios se ha hecho hombre por nosotros.
El apostolado, la tarea apóstol, consiste en acercar a otras personas a Dios, a través del ejemplo y de la palabra. En una sociedad materialista, en la que todo parece decirnos que lo único existente es lo material, lo que se puede calcular, lo que se puede consumir, la voz del cristiano apóstol- tiene que hacerse oír de nuevo, anunciando el Evangelio. Jesús, antes de Ascender a los cielos, les encarga a los apóstoles y a todos los cristianos- esta misión: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a todas las gentes.
El principal apostolado que realizan los fieles de la Prelatura del Opus Dei es el que cada uno lleva a cabo en su propio ambiente, sin formar grupo, como expresión natural y espontánea de su compromiso cristiano. Elapostolado ennoblece los lazos de amistad: un buen cristiano se esfuerza por ser un buen amigo, sincero y leal. Con esa formación, cada uno ejercitará individualmente su acción apostólica, siendo a su alrededor testimonio de Jesucristo. Esta labor personal es siempre el apostolado más importante del Opus Dei. Se trata de unapostolado de testimonio y de ayuda concreta y eficaz en medio del trabajo diario y de las circunstancias habituales en que de desenvuelve la existencia de cada uno: un apostolado personal que une al ejemplo la palabra.
Además, como fruto del deseo de contribuir a la solución de los problemas de su entorno y de ayudar a los más necesitados, los fieles del Opus Dei, con muchas otras personas, promueven iniciativas educativas y asistenciales: escuelas, hospitales, centros de formación profesional, universidades... Son entidades muy variadas, que tienen la personalidad propia del país y de la cultura en que nacen.
Textos de San Josemaría sobre el apostolado
Camino, 971. Me parece tan bien tu devoción por los primeros cristianos, que haré lo posible por fomentarla, para que ejercites como ellos, cada día con más entusiasmo, ese Apostolado eficaz de discreción y de confidencia.
Camino, 974. "Apostolado del almuerzo": es la vieja hospitalidad de los Patriarcas, con el calor fraternal de Betania. Cuando se ejercita, parece que se entrevé a Jesús, que preside, como en casa de Lázaro.
Camino, 973. Esas palabras, deslizadas tan a tiempo en el oído del amigo que vacila; aquella conversación orientadora, que supiste provocar oportunamente; y el consejo profesional, que mejora su labor universitaria; y la discreta indiscreción, que te hace sugerirle insospechados horizontes de celo... Todo eso es "apostolado de la confidencia".
Es Cristo que pasa. 122.
Para el cristiano, el apostolado resulta connatural: no es algo añadido, yuxtapuesto, externo a su actividad diaria, a su ocupación profesional. ¡Lo he dicho sin cesar, desde que el Señor dispuso que surgiera el Opus Dei! Se trata de santificar el trabajo ordinario, de santificarse en esa tarea y de santificar a los demás con el ejercicio de la propia profesión, cada uno en su propio estado.
El apostolado es como la respiración del cristiano: no puede vivir un hijo de Dios, sin ese latir espiritual. Nos recuerda la fiesta de hoy que el celo por almas es un mandato amoroso del Señor, que, al subir a su gloria, nos envía como testigos suyos por el orbe entero. Grande es nuestra responsabilidad: porque ser testigo de Cristo supone, antes que nada, procurar comportarnos según su doctrina, luchar para que nuestra conducta recuerde a Jesús, evoque su figura amabilísima. Hemos de conducirnos de tal manera, que los demás puedan decir, al vernos: éste es cristiano, porque no odia, porque sabe comprender, porque no es fanático, porque está por encima de los instintos, porque es sacrificado, porque manifiesta sentimientos de paz, porque ama.
Forja, 945. Si los cristianos viviéramos de veras conforme a nuestra fe, se produciría la más grande revolución de todos los tiempos... ¡La eficacia de la corredención depende también de cada uno de nosotros! Medítalo.
Amigos de Dios, 260
Vamos a acompañar a Cristo en esta pesca divina. Jesús está junto al lago de Genesaret y las gentes se agolpan a su alrededor, ansiosas de escuchar la palabra de Dios. ¡Como hoy! ¿No lo veis? Están deseando oír el mensaje de Dios, aunque externamente lo disimulen. Quizá algunos han olvidado la doctrina de Cristo; otros -sin culpa de su parte- no la aprendieron nunca, y piensan en la religión como en algo extraño. Pero, convenceos de una realidad siempre actual: llega siempre un momento en el que el alma no puede más, no le bastan las explicaciones habituales, no le satisfacen las mentiras de los falsos profetas. Y, aunque no lo admitan entonces, esas personas sienten hambre de saciar su inquietud con la enseñanza del Señor.
Iniciativas sociales promovidas por personas del Opus Dei
Blog de un numerario del Opus Dei que cuenta experiencias
Otros textos de San Josemaríasobre el apostolado
Texto del Consejo Pontificio para la Familia: El apostolado de la Familia
Pio Santiago
¿Quién es Álvaro del Portillo?
Biografía de Álvaro del Portillo
Dos Favores atribuidos a D. Álvaro del Portillo
¿Quién es Álvaro del Portillo?
Fiel colaborador de san Josemaría fue, además, su primer sucesor al frente del Opus Dei. Sacerdote ejemplar, sirvió a la Iglesia en todo momento. Colaboró en los trabajos del Concilio Vaticano II. Recibió la ordenación episcopal en 1991 de manos de Juan Pablo II.
Álvaro del Portillo fue el primer sucesor de Josemaría Escrivá de Balaguer al frente del Opus Dei, nació en Madrid el 11 de marzo de 1914.
Pertenecía al Opus Dei desde 1935. Fue ordenado sacerdote el 25 de junio de 1944. Formó parte del Consejo General del Opus Dei de 1940 a 1975; de 1940 a 1947 y de 1956 a 1975 fue secretario general. Era Doctor Ingeniero de Caminos. Obtuvo también doctorados en Filosofía y Letras (sección de Historia) y en Derecho Canónico.
En 1975 fue elegido para suceder a monseñor Escrivá. Al ser erigido el Opus Dei como prelatura personal, el Santo Padre le nombró prelado. En 1990 fue designado obispo por Juan Pablo II, quien le confirió la ordenación episcopal el 6 de enero de 1991.
Murió en Roma el 23 de marzo de 1994. El Papa Juan Pablo II acudió ese mismo día a rezar ante sus restos mortales.
Durante los diecinueve años que estuvo D. Álvaro del Portillo al frente del Opus Dei, la labor de la prelatura se extendió a veinte nuevos países.
Biografía de Álvaro del Portillo
Una breve biografía la puede encontar en Opusdei.es
Monseñor Álvaro del Portillo nació en Madrid (España) el 11 de marzo de 1914, tercero de ocho hermanos, en una familia de honda raigambre cristiana. Era Doctor Ingeniero de Caminos y Doctor en Filosofía y en Derecho Canónico.
En 1935 se incorporó al Opus Dei, fundado por san Josemaría Escrivá de Balaguer el 2 de octubre de 1928. Vivió con fidelidad plena la vocación al Opus Dei, mediante la santificación del trabajo profesional y el cumplimiento de los deberes ordinarios, y desarrolló una amplísima actividad apostólica entre sus compañeros de estudio y con los colegas de trabajo.
Muy pronto se convirtió en la ayuda más firme de San Josemaría, y permaneció a su lado durante casi cuarenta años, como su colaborador más próximo.
El 25 de junio de 1944 fue ordenado sacerdote. Desde entonces se dedicó enteramente al ministerio pastoral, en servicio de los miembros delOpus Dei y de todas las almas.
En 1946 fijó su residencia en Roma, junto a San Josemaría. Su servicio infatigable a la Iglesia se manifestó, además, en la dedicación a los encargos que le confirió la Santa Sede como consultor de varios Dicasterios de la Curia Romana y, especialmente, mediante su activa participación en los trabajos del Concilio Vaticano II.
Primer sucesor de San Josemaría
El 15 de septiembre de 1975 fue elegido primer sucesor de San Josemaría. El 28 de noviembre de 1982, al erigir la Obra en Prelatura Personal, el Santo Padre Juan Pablo II le nombró Prelado del Opus Dei, y el 6 de enero de 1991 le confirió la ordenación episcopal.
Toda la labor de gobierno del Siervo de Dios se caracterizó por la fidelidad al Fundador y su mensaje, en un trabajo pastoral incansable para extender los apostolados de la Prelatura, en servicio de la Iglesia.
Su entrega al cumplimiento de la misión recibida, siguiendo las enseñanzas de San Josemaría, hundía sus raíces en un hondo sentido de la filiación divina, fruto de la acción del Espíritu Santo, que le llevaba a buscar la identificación con Cristo en un abandono confiado a la voluntad de Dios Padre, constantemente alimentado por la oración, la Eucaristía y una tierna devoción a la Santísima Virgen.
El amor de D. Álvaro del Portillo a la Iglesia se manifestaba por su profunda comunión con el Papa y los Obispos. Su caridad con todos, la solicitud infatigable por sus hijas e hijos en el Opus Dei, la humildad, la prudencia y la fortaleza, la alegría y la sencillez, el olvido de sí y el ardiente afán de ganar almas para Cristo, reflejado también en el lema episcopal regnare Christum volumus!, junto con la bondad, la serenidad y el buen humor que irradiaba su persona, son rasgos que componen el retrato de su alma.
En la madrugada del 23 de marzo de 1994, pocas horas después de regresar de una peregrinación a Tierra Santa, donde había seguido con intensa piedad los pasos terrenos de Jesús, desde Nazaret al Santo Sepulcro, el Señor llamó a Sí a este siervo suyo bueno y fiel. La mañana precedente había celebrado su última Misa en el Cenáculo de Jerusalén.
El mismo día 23 de marzo, el Santo Padre Juan Pablo II acudió a rezar ante sus restos mortales, que ahora reposan en la Cripta de la Iglesia Prelaticia de Santa María de la Paz viale Bruno Buozzi, 75, Roma, continuamente acompañados por la oración y el cariño de los fieles del Opus Dei y de millares de personas.
Dos Favores atribuidos a D. Álvaro del Portillo
Relatos y favores recibidos
Acudir en caso de necesidad a la intercesión de personas con fama de santidad, es una práctica corriente en la Iglesia. Presentamos una selección de relatos recibidos en la Oficina para la Causa de los Santos de la Prelatura del Opus Dei.
Tres años de migrañas
En noviembre de 1998 empecé a tener ataques de migraña, algo que nunca había padecido antes. El primer año solía ser unas 4 ó 5 veces por mes. Después, empeoró y aumentó a unas diez veces por mes. Me declararon incapaz y me dieron de baja para una parte de mi trabajo.
En septiembre de 2001 los dolores empezaron a ser incluso más frecuentes; en noviembre tenía cada dos días migraña y se empezaron los trámites para declararme totalmente incapaz de trabajar.
De acuerdo con el médico de empresa, se decidió que dejara de trabajar, porque incluso las dos horas en que lo hacía me suponían mucho esfuerzo. Cada vez que sufría esos ataques de migraña tomaba una medicina que me aligeraba el dolor, pero que me hacía sentirme muy mal. Sin saber qué hacer empecé en noviembre una novena a Dios, con la estampa de D. Álvaro. Durante las dos primeras semanas no obtuve mi curación, pero sí la "curación espiritual" de dos amigas, algo que me consolaba y daba fuerzas.
Al día siguiente de terminar la tercera novena, el 12 de diciembre, fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, fue el último ataque de dolor. Agradezco esa curación milagrosa y repentina, después de tres años, a la intercesión de D. Álvaro del Portillo. M.S., Utrecht (Holanda)
El trabajo
Aún teniendo dos títulos, uno de Economista y otro de Licenciada en Administración, no conseguía trabajo a pesar de haber solicitado empleo, entregado currículos y asistido a entrevistas en varias empresas. Le referí mi situación a una tía. Ella me entregó varias estampillas de D. Álvaro del Portillo, y me dijo: repártelas y rézale con fe.
Así lo hice, y cuál fue mi sorpresa que inmediatamente me sonó el celular y era una amiga para decirme que un amigo que yo no conocía necesitaba con urgencia un administrador de suma confianza. Nos comunicamos, tuve una entrevista, y a la semana estaba trabajando. En este momento estoy supercontenta en mi trabajo y realmente quiero dar constancia del favor recibido. L.G.P. Maracaibo (Venezuela)
Oración para la devoción privada a D. Álvaro del Portillo
Noticia del comienzo de su causa de canonización
Información biográfica muy completa y artículo del periodista Salvador Bernal
Oye a D. Álvaro hablando de la santificación del trabajo
Pio Santiago
Explicación más larga de lo que son los Agregados del Opus Dei
Videotestimonio de un Agregado: Lázaro Linares
Entrevista a Juanjo Nieto, Agregado del Opus Dei, y director de un Instituto Público en Madrid
Se llaman Agregados los fieles del Opus Dei que, en celibato apostólico, deben atender a necesidades de carácter personal, familiar o profesional, que les llevan, ordinariamente, a vivir con la propia familia y determinan su dedicación a las tareas apostólicas o de formación en el Opus Dei.
En el Opus Dei existen tres tipos de miembros: numerarios, agregados y supernumerarios. Todos tienen la misma vocación y la misma llamada a la santidad, pero con perfiles específicos.
Los agregados son miembros del Opus Dei que viven el celibato apostólico. Procuran santificar su propia labor, sus relaciones sociales y su vida familiar, haciendo apostolado y estando disponibles para atender encargos apostólicos que en sus centros del Opus Dei puedan encomendarles.
Los agregados se diferencian de los numerarios en que no viven en centros del Opus Dei: los agregados, igual que sus conciudadanos, viven en su domicilio particular. Hay quienes viven solos, quienes viven con sus padres o hermanos, y quienes viven junto con otros agregados en residencias establecidas al efecto.
Sus circunstancias personales no permiten a los agregados estar tan disponibles al Opus Dei como un numerario, quizás porque tienen padres ancianos y tienen que cuidar de ellos, o tienen un negocio familiar que interferiría con su disponibilidad para trasladarse a otra ciudad. Hay una multitud de motivos por los que estarían menos disponibles que un numerario.
Los agregados también están implicados en ofrecer dirección espiritual a otros miembros de la prelatura y también a aquellos que no son miembros, e incluso hacerse sacerdotes de la Obra.
Qué es un agregado, por Fernando Ocáriz
Testimonio de un agregado ciego
Distintas preguntas y respuestas sobre qué es un agregado del Opus Dei
¿Hay clases en el Opus Dei? Numerarios, supernumerios y agregados del Opus Dei
¿El trabajo es un camino para conseguir la felicidad?
Juanjo Nieto es agregado del Opus Dei y director del instituto madrileño .Julio Verne, en la localidad de Leganés
¿Puedes darnos un panorama del Instituto que diriges: alumnos, situación, fracaso escolar, premios..., tiempo que llevas allí?
Trabajo desde hace trece años en un Instituto de Educación Secundaria de Leganés, ciudad del sur de Madrid, con unos 180.000 habitantes, en general de clase media baja. El centro cuenta con unos mil alumnos, 96 profesores y 15 personas de administración y servicios. En él se realizan estudios de secundaria, Bachillerato, Formación Profesional de Grado Medio y Superior y Garantía Social. El centro abre a las 8 de la mañana y cierra a las 9 de la noche, con dos turnos.
Cuando llegué al Instituto en 1993, venía de trabajar diez años como profesor en Tajamar, que es obra corporativa del Opus Dei en Vallecas, de los cuales compatibilicé cinco de ellos con un trabajo en una empresa del sector gráfico, donde me dedicaba al mantenimiento de equipos electrónicos.
El bagaje que adquirí en Tajamar y en la otra empresa, los buenos y malos momentos vividos, la cantidad de compañeros, alumnos y familias con las que pude tratar, el montón de amigos que tuve la suerte de conocer en esos años, fueron un acicate para decidirme a optar por una plaza en un Instituto.
Los tres primeros años como profesor en el instituto fueron estupendos. Mucho por hacer, mucho por mejorar, situaciones más o menos complicadas, aunque con el optimismo de poder contribuir a frenar malas inercias. A la vez, claro está, había numerosas cosas buenas que debíamos mantener. Ese tercer curso, un grupo de profesores nos lanzamos con una propuesta de equipo directivo, para intentar mejorar la imagen y la calidad educativa del centro. Tuvimos un buen respaldo y desde entonces, he sido un año secretario y siete jefe de estudios. Ahora llevo dos de director.
Es impresionante la espiral buena de trabajo en la que todos estamos metidos. La gran mayoría del personal del centro se implica y mucho. Aunque no sin dificultades, el clima de trabajo y el ambiente entre el profesorado es envidiable. Poco a poco se ha ido creando un estilo educativo, fruto de la suma de todos y del empuje del equipo directivo, que se proyecta en el exterior en el prestigio que va adquiriendo el centro; en la actualidad es uno de los más demandados por las familias de Leganés. Tengo clarísimo que esto es consecuencia del esfuerzo de todos, y yo soy uno más.
Tenemos en marcha treinta y cinco Proyectos. Esto supone un esfuerzo adicional para los profesores, pero redunda en la mejora de la motivación de los chicos y en la calidad que pretendemos conseguir. Por ejemplo, existían fiestas quizá poco educativas, que se han transformado en un Certamen de Villancicos en Navidad, un concurso de chirigotas en carnaval y una Feria de ocio y tiempo libre saludable en el aniversario del centro, que van más con nuestra tradición cultural. Hemos creado un Coro, tenemos Proyectos Europeos y además nos visitan desde un Master de Dirección de Centros para directores de España e Hispanoamérica, como posible modelo de instituto de Educación Secundaria. Durante tres años participamos en un Proyecto Comenius 1, con varios países de centro Europa. Los resultados de la selectividad están siendo excelentes y la implicación en tantos proyectos, apoyos y refuerzos al estudio, crea un clima educativo estupendo, aunque nos suponga más esfuerzo.
Desde siempre, este instituto se ha preocupado también por el fomento de valores solidarios. Organizamos Operaciones Kilo para ayudar a un comedor de pobres de Leganés, campaña económica para los desastres producidos por los huracanes en todo el mundo, recogida de material escolar para el África subsahariana, repartir juguetes en Navidad para niños desfavorecidos, campañas anuales de donación de sangre, iniciamos la participación en el proyecto El reto pobreza cero y muchas más. Nuestra Feria del Ocio y el Tiempo libre es un monumento a la generosidad de unos con otros: todos los grupos de alumnos preparan actividades, talleres y exposiciones para otros compañeros, y unos a otros se prestan ese servicio, haciendo de esta fiesta una jornada de convivencia intercultural y solidaria sin precedentes, fruto del esfuerzo de todos. Además, cada vez son más los alumnos extranjeros e intentamos integrarles lo antes posible. Inculcamos desde nuestro Proyecto Educativo el Respeto y la Generosidad. Ojalá seamos capaces de sembrar paz y alegría en todos nuestros alumnos y, yendo contracorriente, ahoguemos el mal con abundancia de bien.
¿Te ayuda ser del Opus Dei en tu labor como director de un instituto?
Por supuesto. En el Opus Dei he aprendido a esforzarme por hacer bien mi trabajo, y ahora desde la dirección del centro es lo que intento. Para un cristiano corriente como yo, el trabajo es camino para conseguir la felicidad aquí en la tierra y después en el cielo.
He aprendido el amor a la verdad, a la libertad y responsabilidad de las personas y a intentar servir a los demás desde donde estoy, fomentando a mí alrededor un ambiente más humano, más educativo y más cristiano. Considero mi trabajo como un servicio a toda la comunidad educativa y por supuesto a Dios. Trabajo con personas muy diversas, pero nos une una tarea común, que es la educación de esos mil alumnos y toda la buena influencia que podamos conseguir en las familias. Estamos muy de acuerdo en la gran mayoría de las cosas, y hay que apoyarse en lo que nos une, ?tirar para arriba? y apoyarse en todo lo que cada uno pueda aportar. Esto supone complicarse la vida, hay que lanzarse a la arena y trabajar, pero esta tarea me parece apasionante.
El Opus Dei me ayuda a vivir una vida cristiana seria y esto repercute claramente en mi trabajo. Intento ayudar, comprender, disculpar, ser amable sin renunciar a la exigencia, estar cerca de la gente, interesarme por las personas, en definitiva, querer a la gente, ésta es la clave. Gracias a Dios, en estos trece años, no sólo tengo compañeros, sino muchos amigos en los que confío y se pueden fiar de mi. Hay muchas situaciones en las que sólo nos queda rezar e intento que cuenten con mi oración y mi cercanía.
También he aprendido en el Opus Dei, a ser optimista, a ver el lado positivo que todos tenemos, a estar alegre y con buen humor, a poner ilusión - sin ser un iluso ya que dificultades siempre las hay-, a intentar ser audaz y tener iniciativa, a animar a todos, para que aportemos lo mejor de nosotros mismos y redunde en beneficio de nuestros alumnos. Esto nos hace más felices. No es labor mía, es tarea de todos y si nos esforzamos por remar en la misma dirección, este barco navega mejor y conseguiremos un mundo más humano y por supuesto, agradaremos a Dios. El implicarte con ilusión en sacar adelante tu parcela en un centro educativo de esta envergadura, hace que los profesores se sientan más satisfechos de su trabajo a pesar de ese plus de esfuerzo que se nos pide.
Algo que llama la atención es el esfuerzo que ponemos en cuidar el orden, la limpieza, el buen trato, el decoro, es decir, lo pequeño. Tenemos Proyectos medioambientales de ahorro de agua, energía, reciclaje de residuos, energías alternativas, escuela ecológica, huerto escolar. Vamos mejorando el mobiliario, los medios técnicos, las nuevas tecnologías, ponemos plantas, cuadros? y poco a poco vamos educando en la mejora de nuestro entorno. Se entiende que en un centro de mil alumnos en estas edades esto es un reto por las dificultades que presenta.
El Opus Dei me ayuda en mi lucha por ser mejor cristiano en medio del mundo, pero yo soy el responsable de todas mis actuaciones, buenas o malas. El Opus Dei no se inmiscuye en mi labor personal o profesional. Como cualquier ciudadano libre y responsable, soy yo quien trabaja, quien actúa, quien toma mis decisiones y cuando juego al fútbol, quien mete o falla los goles, no es el Opus Dei.
Introducción a la serie sobre “Perdón, la reconciliación y la Justicia Restaurativa” |
Aprender a perdonar |
Verdad y libertad |
El Magisterio Pontificio sobre el Rosario y la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae |
El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
“Combate, cercanía, misión” (6): «Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación |
Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
Combate, cercanía, misión (4) «No entristezcáis al Espíritu Santo» La tibieza |
Combate, cercanía, misión (3): Todo es nuestro y todo es de Dios |
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Combate, cercanía, misión I: «Elige la Vida» |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía II |
La intervención estatal, la regulación económica y el poder de policía I |
El trabajo como quicio de la santificación en medio del mundo. Reflexiones antropológicas |