Pio Santiago
Eduardo Ortiz de Landázuri: Supernumerario en proceso de Canonización
Video testimonio de una supernumeraria de Canarias
Vicente, joven supernumerario de Valencia, responde preguntas sobre el Opus Dei
Palabras de San Josemaría sobre la vocación matrimonial
Testimonio de una supernumeraria mexicana: Martha Orozco
Testimonio de un supernumerario barcelonés: Jaume Pujol
Breve explicación
La mayoría de los fieles del Opus Dei son los miembros supernumerarios: se trata por lo general de hombres o mujeres casados, para quienes la santificación de los deberes familiares forma parte primordial de su vida cristiana.
Explicación más larga de la vocación de supernumerario del Opus Dei
Se llaman Supernumerarios (o Supernumerarias) los fieles de la Prelatura casados o solteros, pero en todo caso sin compromiso de celibato que, con la misma vocación divina que los demás, participan plenamente en el apostolado del Opus Dei.
Su disponibilidad, por lo que se refiere a las actividades apostólicas, es la que resulta compatible con el cumplimiento de sus obligaciones familiares, profesionales y sociales.
Tienen la misma vocación que los numerarios y los agregados: están llamados a la plenitud de la vida cristiana, santificando su trabajo profesional y haciendo apostolado entre sus familiares y amigos.
Eduardo Ortiz de Landázuri: Supernumerario en proceso de Canonización.
Segovia, 1910 - Pamplona, 1985.
Médico y catedrático, puso toda su ciencia al servicio de Dios y de los enfermos que acudían a su consulta. La dedicación a sus pacientes y a su familia -tuvo siete hijos- era consecuencia de su amor a Dios y a la Virgen.
Más información sobre la vida de Eduardo Ortíz de Landázuri
Video testimonio de una supernumeraria catequista de las Canarias
Vicente, joven supernumerario de Valencia, responde preguntas sobre el Opus Dei
Página institucional del Opus Dei, en la que se explica la vocación de supernumerario.
Página sobre el Siervo de Dios Ernesto Cofiño, supernumerario guatemalteco del Opus Dei.
Blog no oficial con respuestas sobre la vocación de supernumerario.
Artículo en memoria de Álvaro Domecq, supernumerario del Opus Dei.
Palabras de San Josemaría sobre la vocación matrimonial
Camino, 27:
- ¿Te ríes porque te digo que tienes "vocación matrimonial"? -Pues la tienes: así, vocación.
Encomiéndate a San Rafael, para que te conduzca castamente hasta el fin del camino, como a Tobías.
Es Cristo que pasa, 24:
El amor puro y limpio de los esposos es una realidad santa que yo, como sacerdote, bendigo con las dos manos. La tradición cristiana ha visto frecuentemente, en la presencia de Jesucristo en las bodas de Caná, una confirmación del valor divino del matrimonio: fue nuestro Salvador a las bodas -escribe San Cirilo de Alejandría- para santificar el principio de la generación humana.
Conversaciones, 91:
El secreto de la felicidad conyugal está en lo cotidiano, no en ensueños. Está en encontrar la alegría escondida que da la llegada al hogar; en el trato cariñoso con los hijos; en el trabajo de todos los días, en el que colabora la familia entera; en el buen humor ante las dificultades, que hay que afrontar con deportividad; en el aprovechamiento también de todos los adelantes que nos proporciona la civilización, para hacer la casa agradable, la vida más sencilla, la formación más eficaz.
Transmitimos un testimonio de la pintora mexicana Martha Orozco, quien ha combinado su amor por la pintura y las enseñanzas de san Josemaría Escrivá.
50 años pintando transcurren rápidamente, tan rápido como la vida. En este periodo he realizado más de 600 retratos.
Nací en la Ciudad de México en familia de tradición artística. Dada mi inclinación hacia la pintura y gracias al apoyo de mis padres, pude tomar clases con dos grandes maestros: Orellana y Bardasano.
En 1955 me casé. Pronto mi marido, Pepe, presentó una afección cardiaca que poco a poco fue limitando sus actividades, lo que hizo necesario que yo fuera compaginando la dedicación a mi hogar con la pintura profesional. Hemos tenido siete hijos.
Dentro de esa difícil situación, en los años 70 conocí el Opus Dei. Desde entonces las enseñanzas de su Fundador -ahora san Josemaría- han iluminado mi vida y la de toda mi familia.
Siempre he tenido el taller de pintura en mi casa, lo que me ha permitido atender a los míos y trabajar haciendo retratos. En este espacio donde se hojean libros de arte, se recorta, se modela, se construye, en un ambiente cordial -con luz adecuada, orden, limpieza y un profundo respeto a la libertad personal-, se fueron formando mis hijos. Crecieron en talento y virtudes, y aprendiendo a santificar el trabajo ordinario, tratando de realizarlo con la mayor perfección posible para ofrecérselo a Dios.
Soy miembro de la American Society of Portrait Artists y de la Sociedad Mexicana de Acuarelistas, y he obtenido reconocimientos y premios importantes, sin embargo mi mayor alegría es que mis siete hijos llevan una vida limpia cara a Dios.
Cuatro de mis hijas son supernumerarias del Opus Dei, como yo, y el resto son cooperadores de la Obra y, por supuesto, de la Iglesia entera. Todos manejan los pinceles con más o menos maestría y tratan de transmitir a sus hijos -¡mis 18 nietos!- el amor a la belleza y la búsqueda de la verdad.
Testimonio de un supernumerario barcelonés: Jaume Pujol.
Jaume Pujol es padre de siete hijos y tiene cinco nietos. Este barcelonés, supernumerario del Opus Dei.
Hace ya muchos años, hacia 1959 o 1960, cuando fui por primera vez por un centro del Opus Dei, el Palau, me dijeron: "Mira Jaume: tú verás lo que haces, porque aquí nadie te va llamar para que sigas viniendo para formarte". Y es curioso: aunque hasta aquel momento yo no había sido constante en nada, comencé a ir regularmente por allí a los medios de formación cristiana, sin que nadie me lo recordara, especialmente a las meditaciones que predicaba un sacerdote ya fallecido, don Remigio Abad, que tenían lugar los sábados por la tarde.
Poco después me eché novia y comencé a salir con la que ahora es mi esposa. Al principio no sabía qué hacer, porque yo deseaba seguir asistiendo a las meditaciones de las tardes de los sábados, y las novias suelen pedir esas tardes "en exclusiva". Se solucionó cuando ella comenzó a ir a Pineda, un centro para chicas, donde también tenían meditación los sábados por la tarde.
Durante ese tiempo nos planteamos los dos por nuestra cuenta la posibilidad de ser del Opus Dei. Hablamos del asunto y quedamos en que cada cual decidiría lo que quisiera y que no hablaríamos más del tema hasta que nos hubiéramos casado. Y aunque ese tipo de acuerdos entre novios no suelen cumplirse casi nunca, en nuestro caso se cumplió. En otros temas no; y nos pasó como a tantos novios, que hablan de todo menos de lo más importante... Pero a eso me referiré más adelante.
La vida es así. Por ejemplo, nosotros no queríamos un noviazgo largo y por unas cuestiones y otras, estuvimos seis años esperando a casarnos. Y aunque hablamos de mil cosas durante ese tiempo –porque seis años dan para mucho-, no hablamos nunca, por ejemplo, de temas tan vitales como sobre si deseábamos tener muchos hijos o pocos.
Durante el viaje de novios pasamos por Roma, donde nos recibió San Josemaría. Fue un encuentro decisivo para los dos. Nos preguntó de forma muy cariñosa por nuestros padres y por nuestro viaje de novios, y nos comentó que se conocía Europa como los pasillos de su casa, porque había viajado por muchos países por razones apostólicas. Luego nos estuvo hablando del matrimonio con una claridad inusitada, con gran sencillez y profundidad.
Cuando nos despedimos de él, recordé en lo que habíamos quedado siendo novios y le pregunté a mi mujer: - Oye, por cierto, ¿y tú qué? Y ella me dijo: - Pues sí, yo soy del Opus Dei, ¿y tú?. - Yo, no -le respondí. Y seguimos hablando de otro asunto.
Ahora me doy cuenta de lo decisivo que fue aquel encuentro con san Josemaría, porque colaboro con cursos de orientación familiar desde hace años, y no he olvidado nunca sus palabras.
Pero en el Fert, entidad donde colaboro, no sólo hablamos de los hijos: los hijos son importantes y la vida conyugal también; porque hay muchos casados que desean que les hablen del matrimonio de forma clara, realista, y al mismo tiempo, positiva.
En esos cursos de orientación familiar animo a los matrimonios a que dialoguen mucho entre ellos, porque a algunos les sucede como a nosotros cuando éramos novios: no hablan a fondo de las cuestiones verdaderamente importantes. Yo, por ejemplo, me sorprendí cuando éramos padres de cuatro hijos -que a mí me parecían muchísimos- y mi mujer me dijo que deseaba tener más. Tuvimos siete, y uno de ellos se nos murió muy joven, en un accidente de tráfico. Es algo muy duro para unos padres, algo muy difícil de entender.
A mí me ayudan mucho esas palabras de san Josemaría, cuando comentaba que durante esta vida sólo vemos la parte trasera del tapiz, llena de nudos. En el Cielo, veremos la otra parte, las maravillas que Dios ha hecho en nuestra vida sin que nos demos cuenta y comprenderemos por qué las ha querido o las ha permitido; porque todo es para bien.
Cuando nos casamos nos fuimos a vivir a la Guineueta, en Nou Barris, donde está Brafa, una obra corporativa del Opus Dei con la que toda mi familia ha tenido mucho contacto. En Brafa he recibido aliento y estímulo para sacar adelante una familia numerosa como la mía, que en los tiempos que corren no es fácil, pero no es algo imposible: ¡no exageremos!
Algunos conocidos me dicen: "pero, hombre, ¡siete hijos! eso es imposible, eso no puede ser"; y yo les digo: "mira, no me digas que es imposible y que no puede ser, porque en mi casa, que es un piso de 75 metros cuadrados con un único cuarto de baño, ha sido; y hemos vivido nueve personas durante muchos años muy contentos y sin ningún tipo de crisis especial. Y somos gente bastante normal".
En la última comida familiar nos juntamos diecisiete, y un hijo mío nos dijo que estaban esperando un hijo. Nos hizo muchísima ilusión. Ya tengo cinco nietos y pronto serán siete. Estoy, por lo que me dicen, en la fase A de los abuelos. Mis amigos con nietos hablan de una primera fase, en la que aún te puedes tirar al suelo para jugar con los nietos; y la fase B, en la que tienes la misma disposición de siempre, pero la edad te va pasando factura y al cabo de dos horas con ellos acabas agotado...
Yo al principio no lo entendía, pero ahora lo voy comprendiendo, porque no son lo mismo sesenta que setenta. Esos diez años se notan. Mientras pueda, procuraré estar todo lo posible con mis nietos, porque eso es muy bueno para la familia.
En cuanto a mi familia, es una familia cristiana normal, en la que hemos procurado educar a los hijos en un clima de libertad. Por eso, hay temas que no se tocan, como a quién votan o a quién dejan de votar. Y procuramos que todos se respeten entre sí, incluso en cuestiones como el fútbol, que en Barcelona levanta pasiones. Ahora un hijo mío está saliendo con una chica que es muy, muy del Español, mientras que su hermano es acérrimo del Barça. No sé que vamos a hacer.
Pio Santiago
La Prelatura Personal del Opus Dei
Vídeo explicativo de la Prelatura, con motivo de su XXV aniversario
Relación de la Prelatura con las diócesis
Enlaces
¿Qué es una Prelatura Personal?
Una Prelatura personal es una entidad jurídica dentro de la estructura jerárquica de la Iglesia a la que pueden pertenecer laicos y clérigos. La preside un Prelado, y depende de la Sagrada Congregación de los Obispos.
La erige la Santa Sede para fines pastorales u organizativos específicos, y está regulada por los estatutos que aprueba la Santa Sede.
El término personal indica que se organiza y define por personas, de forma análoga a las diócesis y parroquias, que se organizan por áreas geográficas.
El Opus Dei fue erigido por Juan Pablo II en prelatura personal de ámbito internacional, mediante la Constitución apostólica Ut sit del 28 de noviembre de 1982.
En el derecho de la Iglesia Católica, la figura jurídica denominada prelatura personal fue prevista por el Concilio Vaticano II. El decreto conciliar Presbyterorum ordinis (7-XII-1965), n. 10, estableció que, para «la realización de tareas pastorales peculiares en favor de distintos grupos sociales en determinadas regiones o naciones, o incluso en todo el mundo», se podrían constituir en el futuro, entre otras instituciones, «peculiares diócesis o prelaturas personales».
El Concilio se proponía perfilar una nueva figura jurídica que, caracterizada por su flexibilidad, pudiera contribuir a la efectiva difusión del mensaje y del vivir cristianos: la organización de la Iglesia respondía así a las exigencias de su misión, que se inserta en la historia de los hombres.
Las prelaturas personales auspiciadas por el Concilio Vaticano II, como se ha dicho son entidades al frente de las cuales hay un Pastor (un prelado, que puede ser obispo, que es nombrado por el Papa y que gobierna la prelatura con potestad de régimen o jurisdicción); junto al prelado hay un presbiterio, compuesto de sacerdotes seculares, y los fieles laicos, hombres y mujeres.
Las prelaturas personales son, por tanto, instituciones pertenecientes a la estructura jerárquica de la Iglesia, es decir, son uno de los modos de auto-organización que la Iglesia se da en orden a la consecución de los fines que Cristo le asignó, con la característica de que sus fieles continúan perteneciendo también a las iglesias locales o diócesis donde tienen su domicilio.
Por los rasgos señalados, entre otros, las prelaturas personales se diferencian de los institutos religiosos y de vida consagrada en general; y de los movimientos y asociaciones de fieles. El Derecho Canónico prevé que cada una de las prelaturas personales se regule por el derecho general de la Iglesia y por sus propios estatutos.
La Prelatura Personal del Opus Dei
Antes de ser erigido en Prelatura, el Opus Dei era ya una unidad orgánica compuesta por laicos y sacerdotes que cooperan en una tarea pastoral y apostólica de ámbito internacional. Esa concreta tarea cristiana consiste en difundir el ideal de santidad en medio del mundo, en el trabajo profesional y en las circunstancias ordinarias de cada uno.
Pablo VI y los sucesivos Romanos Pontífices determinaron que se estudiara la posibilidad de dar al Opus Dei una configuración jurídica adecuada a su naturaleza, configuración que, a la luz de los documentos conciliares, había de ser la de prelatura personal.
En 1969 comenzaron los trabajos para realizar esa adecuación, con intervención tanto de la Santa Sede como del Opus Dei. Estos trabajos concluyeron en 1981. A continuación, la Santa Sede remitió un informe a los más de dos mil obispos de las diócesis donde estaba presente el Opus Dei, para que hiciesen llegar sus observaciones.
Cumplido este paso, el Opus Dei fue erigido por Juan Pablo II en prelatura personal de ámbito internacional, mediante la Constitución apostólica Ut sit del 28 de noviembre de 1982, que fue ejecutada el 19 de marzo de 1983. Con este documento el Romano Pontífice promulgó los Estatutos, que son la ley particular pontificia de la Prelatura del Opus Dei. Estos Estatutos son los preparados por el fundador años atrás, con los cambios imprescindibles para adaptarlos a la nueva legislación.
Vídeo explicativo de la Prelatura, con motivo de su XXV aniversario
Relación de la Prelatura con las diócesis
Los Estatutos del Opus Dei (título IV, capítulo V) establecen los criterios para las relaciones de armónica coordinación entre la prelatura y las diócesis en cuyo ámbito territorial la prelatura lleva a cabo su misión específica. Algunas características de esta relación son las siguientes:
a) No se inicia la labor del Opus Dei ni se procede a la erección canónica de un centro de la prelatura sin el consentimiento previo del obispo diocesano.
b) Para erigir iglesias de la prelatura, o cuando se encomiendan a ésta iglesias ya existentes en las diócesis y, en su caso, parroquias se estipula un convenio entre el obispo diocesano y el prelado o el vicario regional correspondiente; en estas iglesias se observan las disposiciones generales de la diócesis respecto a las iglesias llevadas por el clero secular.
c) Las autoridades regionales de la prelatura informan regularmente y mantienen relaciones habituales con los obispos de las diócesis donde la prelatura realiza su tarea pastoral y apostólica; y también con los obispos que ejercen cargos directivos en las Conferencias Episcopales y con sus respectivos organismos.
Enlaces
Información institucional sobre la organización de la Prelatura
Código de Derecho Canónico: puntos relativos a las Prelaturas Personales
Página explicativa y con abundante documentación
Blog no oficial que explica de modo más coloquial qué es una Prelatura Personal
Pio Santiago
Pautas en el gobierno del Opus Dei
Videorreportaje sobre el Prelado del Opus Dei
Importancia de los órganos de gobierno
Como toda institución tanto de la Iglesia Católica como de otras entidades civiles- el Opus Dei necesita de unos órganos de gobierno. Su misión podemos resumira en:
-velar para que se sigan fielmente las disposiciones de la Santa Sede;
- velar para que se cumplan fielmente el derecho y las costumbres de la Prelatura;
- velar por la conservación del espíritu fundacional de San Josemaría.
Órganos de Gobierno
Prelado: El gobierno de la prelatura del Opus Dei corresponde al Prelado, que es nombrado por el
Papa. El prelado del Opus Dei dirige la misión del Opus Dei de difundir la llamada universal a la santidad y de promover el apostolado de los fieles de la Prelatura.
Consejo General y Asesoría Central: En el gobierno del Opus Dei, el prelado cuenta con la colaboración de un consejo de mujeres, la Asesoría Central, y otro de hombres, el Consejo General. Ambos tienen su sede en Roma
Vicarios Regionales: Para poder llevar a cabo de manera eficaz su tarea pastoral, el Prelado cuenta asimismo con un vicario al frente de cada una de las circunscripciones territoriales en que se distribuye la prelatura por el mundo
Comisión Regional / Asesoría Regional: Al vicario del Opus Dei en cada país, le ayudan en su misión dos consejos: la Comisión Regional, para los varones; y la Asesoría Regional, para las mujeres
Delegaciones: Algunas regiones, por su tamaño, se subdividen en delegaciones de ámbitos más reducidos. En este caso, se repite la misma organización del gobierno: un vicario de la delegación y dos consejos
El consejo local de los centros: Finalmente, a nivel local existen los centros del Opus Dei, que organizan los medios de formación y la atención pastoral de los fieles de la prelatura de su ámbito. En cada centro hay un consejo local, presidido por un laico la directora o el director y con al menos otros dos fieles de la prelatura. Para la específica atención sacerdotal de los fieles adscritos a cada centro, el Ordinario de la prelatura designa un sacerdote de su presbiterio.
Los congresos generales en la Prelatura: Los congresos generales de la prelatura se celebran ordinariamente cada ocho años, con participación de miembros procedentes de los distintos países donde está presente el Opus Dei En esos congresos se estudia la labor apostólica de la prelatura y se proponen al prelado las líneas para su futura actividad pastoral. El prelado procede en el congreso a la renovación de sus consejos.
Pautas en el gobierno del Opus Dei
El gobierno de la prelatura es colegial: el prelado y sus vicarios desempeñan siempre sus cargos con la cooperación de los correspondientes consejos, formados en su mayoría por laicos.
Ningún cargo de gobierno, salvo el del prelado, es vitalicio.
Videorreportaje sobre el Prelado del Opus Dei
Otros enlaces sobre la organización y el gobierno del Opus Dei
Página web del Opus Dei, que explica la figura del Prelado
Revista Ius Canonicum, que explica la configuración eclesiástica del Opus Dei:
Otra página sobre la organización de la Prelatura del Opus Dei
Pio Santiago
La virtud de la obediencia en el Opus Dei
Textos del Fundador del Opus Dei en CAMINO sobre la virtud de la obediencia
Citas de otros santos sobre la virtud de la obediencia
Obediencia cristiana en el Opus Dei
La obediencia cristiana es un acto libre que busca realizar la voluntad de Dios en la propia vida, para identificarse con Jesucristo.
Los miembros del Opus Dei deben obedecer a las autoridades de la Prelatura en lo relativo a su vida espiritual y al apostolado. La obediencia en el Opus Dei, en palabras de San Josemaría, debe ser: libre, inteligente, pronta y alegre. Esta obediencia nunca se refiere a asuntos políticos, económicos o sociales, como es lógico, donde cada miembro actúa con arreglo a su propio criterio.
La virtud de la obediencia en el Opus Dei.
La obediencia es una virtud que no está de moda. Equivocadamente, tendemos a pensar que supone una falta de libertad, y es una virtud propia de menores de edad, de capitidisminuidos. Sin embargo, la tradición de la Iglesia y la vida de los Santos nos demuestra que esta visión es errónea. Que obediencia y libertad no están enfrentadas, sino que son perfectamente compatibles. Bien mirado, es un hecho que todos obedecemos, de un modo o de otro, y no por eso dejamos de ser libres. Los que forman parte de un equipo de fútbol obedecen -en diferente medida- a los deseos del entrenador, al árbitro, a la afición... Los hijos obedecen a sus padres; los ciudadanos a los gobernantes; los trabajadores al que les dirige... En la vida espiritual no puede ser de otro modo. El propio San Pablo sometió su voluntad a la de Ananías, en Damasco; Abraham obedeción a Dios, hasta el punto de sacrificar a su hijo (aunque un ángel de Dios se lo impidió). Jesucristo, como nos recuerda San Pablo, fue obediente hasta la muerte, y muerte de Cruz.
San Francisco de Sales nos dice sobre la virtud de la obediencia: Todo es seguro dentro de la obediencia y todo se vuelve sospechoso fuera de ella. Cuando Dios concede sus inspiraciones a un alma, la primera es la de la obediencia...
Por esa razón, aquel que dice que actúa por inspiración de Dios, pero se niega a obedecer a sus superiores y a secundar sus recomendaciones, es un impostor. Todos los profestas y predicadores inspirados por Dios han amado siempre la Iglesia, han guardado su doctrina, han sido aprobados por ella...
San Francisco, santo Domingo y el resto de los Padres de las órdenes religiosas, se consagraron al servicio de las almas después de una inspiración extraordinario, y precisamente por eso, se sometieron más humilde y sinceramente a la sagrada jerarquía de la Iglesia.
Así pues, la virtud de la obediencia en el Opus Dei es plasmación de una tradición cristiana que ensalza y aconseja la obediencia a los directores espirituales. La obediencia en el Opus Dei está referida siempre a cuestiones espirituales (apostolado, vida espiritual, etc.), y nunca se refiere a asuntos políticos, económicos, o sociales, en los que cada miembro del Opus Dei actúa con arreglo a su propio criterio.
Textos del Fundador del Opus Dei en CAMINO sobre la virtud de la obediencia
615. Templa tu voluntad, viriliza tu voluntad: que sea, con la gracia de Dios, como un espolón de acero.
Sólo teniendo una fuerte voluntad sabrás no tenerla para obedecer.
616. Por esa tardanza, por esa pasividad, por esa resistencia tuya para obedecer, ¡cómo se resiente el apostolado y cómo se goza el enemigo!
617. Obedeced, como en manos del artista obedece un instrumento que no se para a considerar por qué hace esto o lo otro, seguros de que nunca se os mandará cosa que no sea buena y para toda la gloria de Dios.
618. El enemigo: ¿obedecerás... hasta en ese detalle "ridículo"? Tú, con la gracia de Dios: obedeceré... hasta en ese detalle "heroico".
620. Si la obediencia no te da paz, es que eres soberbio.
622. ¡Qué bien has entendido la obediencia cuando me has escrito: "obedecer siempre es ser mártir sin morir"!
623. Te mandan una cosa que crees estéril y difícil. Hazla. Y verás que es fácil y fecunda.
624. Jerarquía. Cada pieza en su lugar. ¿Qué quedaría de un cuadro de Velázquez si cada color se fuera por su sitio, cada hilo de la tela se soltase, cada trozo de madera del bastidor se separase de los otros?
626. ¿Verdad, Señor, que te daba consuelo grande aquella "sutileza" del hombrón-niño que, al sentir el desconcierto que produce obedecer en cosa molesta y de suyo repugnante, te decía bajito: ¡Jesús, que haga buena cara!?
628. Ahora, que te cuesta obedecer, acuérdate de tu Señor, "factus obediens usque ad mortem, mortem autem crucis" ¡obediente hasta la muerte, y muerte de cruz!
629. ¡Oh poder de la obediencia! El lago de Genesaret negaba sus peces a las redes de Pedro. Toda una noche en vano.
Ahora, obediente, volvió la red al agua y pescaron "piscium multitudinem copiosam" una gran cantidad de peces.
Créeme: el milagro se repite cada día.
Citas de otros santos sobre la virtud de la obediencia
San Juan Crisóstomo: "Dios no necesita de nuestros trabajos, sino de nuestra obediencia" (Homilía sobre san Mateo, 56)
San Agustín: "Cristo, a quien el universo está sujeto, estaba sujeto a los suyos" (Sermón 51).
Santa Teresa: "Muchas veces me parecía no se poder sufrir el trabajo comforme a mi bajo natutral, me dijo el Señor: Hija, la obediencia da fuerzas". (Fundaciones)
Fray Luis de León: "La aceptación del sufrimiento no está en no sentir, que eso es de los que no tienen sentido, ni en no mostrar lo que duele y se siente, sino aunque duela, y por más que duela, en no salir de la ley ni de la obediencia a Dios. Que el sentir, natural es a la carne, que no es bronce" (Exposición del libro de Job, c. 3)
San Francisco de Sales recuerda que hay que obedecer no sólo en lo que nos cuesta, sino también lo que nos gusta: "Haz de obedecer cuando te manden cosas agradables, como es el comer y divertirse, porque aunque entonces no parece gran virtud el hacerlo, el no hacerlo sería gran defecto" (Introducc, 3, 11)
Enlaces relacionados
Ideas muy buenas sobre la virtud de la obediencia
Obediencia y libertad en la Iglesia según San Francisco
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Pio Santiago
Explicación de la vocación de numerario del Opus Dei
Algunos numerarios cuyo proceso de Canonización ha empezado
Videotestimonio: Quique Muñiz, numerario que vive en Madrid
Entrevista a Carlos Barrios, traumatólogo y profesor universitario en Valencia.
Los numerarios del Opus Dei
Los numerarios son personas que se comprometen a vivir el celibato –no se casan-, por motivos apostólicos. Los numerarios ordinariamente viven en centros del Opus Dei, porque las circunstancias les permiten permanecer plenamente disponibles para atender las labores apostólicas y la formación de los demás fieles de la prelatura.
Explicación de la vocación de numerario del Opus Dei
Desde el comienzo de su actividad fundacional, Mons. Escrivá de Balaguer advirtió no sólo que el espíritu del Opus Dei podía ser vivido en todas las situaciones humanas ‑y por tanto, sea en el matrimonio sea en el celibato‑, sino también que, para cumplir con la misión que Dios quería que desarrollase, era necesario que hubiera en el Opus Dei personas que se comprometieran al celibato, con la disponibilidad que de ahí se deriva.
En consecuencia orientó así su labor fundacional, invitando a comprometerse en celibato apostólico ‑según la expresión que le gustaba emplear‑ a quienes veía que podían tener esta vocación, al mismo tiempo que predicaba con fuerza y claridad el valor cristiano del matrimonio`.
Se llaman Numerarios a aquellos fieles que, en celibato apostólico, tienen una máxima disponibilidad personal para las labores apostólicas peculiares de la Prelatura; pueden residir en la sede de los Centros de la Prelatura, para ocuparse de esas labores apostólicas y de la formación de los demás miembros del Opus Dei. También algunos colaboran con los Vicarios del Prelado en el gobierno de la Prelatura.
La vocación de numerario no supone el paradigma de la vocación al Opus Dei, ni su plenitud: todos los miembros tienen la misma vocación peculiar a la santidad y al apostolado.
Las obligaciones de un numerario, para con el Opus Dei, son: esforzarse por vivir el espíritu del Opus Dei, cumplir las prácticas de piedad, entregar a la Obra el fruto de su trabajo profesional, obedecer –en lo que se refiere a la vida espiritual- a los directores de la Obra, vivir el celibato, y hacer apostolado de acuerdo con los modos propios del Opus Dei.
Algunos numerarios cuyo proceso de Canonización ha empezado
Isidoro Zorzano Ledesma. Primer numerario del Opus Dei
Nació en Buenos Aires, en 1902, y conoció a San Josemaría, de niños, en Logroño. En un viaje a Madrid en 1930, manifestó a San Josemaría Escrivá de Balaguer, antiguo compañero de estudios en el bachillerato, su deseo de entregarse a Dios en medio del mundo, y pidió la admisión en el Opus Dei, que estaba comenzando.
Con su fidelidad, Isidoro fue siempre un apoyo seguro para el Fundador del Opus Dei. Durante los años de la guerra española (1936-1939), en Madrid, dio pruebas de heroísmo en el amor a la Iglesia y en el celo por las almas.
Murió con fama de santidad el día 15 de julio de 1943, después de una enfermedad larga y dolorosa, sufrida con fortaleza y alegría.
Más información en:
http://www.opusdei.es/ssec.php?a=3562
Toni Zweifel, ingeniero suizo.
Verona, 1938 — Zürich, 1989.
Su vocación al Opus Dei le movió a poner su profesión al servicio de los demás. Dirigió una fundación que impulsa proyectos de desarrollo en cuatro continentes. Aceptó la voluntad de Dios cuando, todavía joven, se vio aquejado de una enfermedad mortal.
Más información en:
http://www.opusdei.es/ssec.php?a=2346
Videotestimonio: Quique Muñiz, numerario que vive en Madrid
Entrevista a Carlos Barrios, traumatólogo y profesor universitario en Valencia.
Carlos Barrios, segoviano de 50 años, se licenció a finales de los años setenta en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid y continuó su formación –doctorado, especialidad y carrera clínica e investigadora– en Pamplona y en Estocolmo. En 1993 se incorporó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia, en la que es profesor titular de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Participa en diversos grupos internacionales de investigación. En el año 2003 recibió en Seattle (Estados Unidos) el premio de investigación clínica de la Scoliosis Research Society, uno de los galardones más prestigiosos en su especialidad. Pero la vida del doctor Barrios, que es numerario del Opus Dei, no se reduce a la tarima universitaria, al quirófano hospitalario o al congreso científico. Hay más, mucho más.
¿De dónde piensas que te vino tu vocación por la Medicina?
Como explicamos los médicos, existen antecedentes familiares. En mi caso, muy importantes y ejemplares. Mi abuelo fue un médico muy querido y prestigioso que empezó su carrera en Ortigosa (Segovia). Tres hijos –mi padre entre ellos– siguieron sus pasos y pusieron una clínica quirúrgica en Segovia. Me he criado en ese ambiente y, de hecho, una hermana y un primo también se decidieron por esta profesión. Y ya hay una sobrina por el momento que quiere continuar la tradición familiar.
¿Qué pasa por tu cabeza cuando te encuentras en el quirófano?
Llevo muchos años realizando operaciones de columna. Duran unas 7-8 horas y son muy delicadas. La preparación y el estudio son muy importantes y, a la hora de la verdad, me concentro en la intervención. Pero cuando veo lo que tengo que hacerle a esa persona, pienso también en lo que debe estar sufriendo, y de algún modo sufro con él, me duele tanto como a él. Entonces, ofrezco a Dios ese trabajo y esos dolores por su propia salud y por el beneficio de todos los enfermos. Y pido a los ángeles custodios que nos controlen las manos a mí y a todos los que intervenimos para no infligir mucho daño.
Servir a los demás
¿Por qué fuiste a Suecia y qué aprendiste allí?
En 1985, terminada la especialidad en la Clínica Universitaria de Pamplona, me fui al Instituto Karolinska de Estocolmo para trabajar en cirugía ortopédica oncológica. En los cinco años que estuve en Suecia aprendí muchas cosas, sobre todo, una forma de trabajar llena de virtudes humanas: orden, intensidad, rigor, y algo muy importante, calma. Además, tuve la suerte de estar presente en los comienzos de la labor apostólica del Opus Dei en Escandinavia, lo que me permitió conocer al entonces Prelado del Opus Dei, don Álvaro del Portillo, que viajaba al país al menos una vez al año para alentarnos en la labor.
¿Qué os decía don Álvaro del Portillo a los de la Obra que estabais allí?
Era una persona extraordinaria, amabilísima, cariñosa y a la vez muy humilde, con la que se estaba muy a gusto. Conocía muy bien el país, sabía que nos encontrábamos en un país con muy pocos católicos, y nos transmitía fe y optimismo. Nos decía que estábamos allí para sembrar y que otros recogerían. Y a los médicos investigadores que estábamos en el Karolinska entonces –éramos cuatro: un brasileño, un argentino y dos españoles– nos hablaba mucho de que, en un ambiente competitivo como el nuestro, había que servir a los demás, ayudarles sin que se notara y estar siempre sonrientes.
Desde 1993 estás en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia. ¿Supuso un cambio radical?
No tanto. En el trabajo universitario también hay un ambiente competitivo, pues es muy importante el curriculum, que sigue traduciéndose en investigación y publicaciones. Por otra parte, ese servicio desinteresado a los demás también tiene nombres y apellidos: los doctorandos, los alumnos, los colegas de tus equipos de investigación, etc. Esa preocupación por los demás y el esfuerzo por la santidad en el día a día constituyen el curriculum más importante, el curriculum que nos da acceso al Cielo.
Proyecto "Be Solid"
¿Qué opinión te merecen los universitarios actuales?
No soy sociólogo, pero mi experiencia es muy positiva. Te cuento. En el año 1992 asistí en Roma a la ceremonia de beatificación del fundador del Opus Dei. Juan Pablo II, en la homilía, nos alentó a los miembros de la Obra a que fuésemos muy fieles a nuestro camino, siendo así testigos del Evangelio, lo que se tenía que traducir –dijo– “en un ilusionado dinamismo apostólico, con particular atención hacia los más pobres y necesitados”. Pues bien, estas palabras resonaron con especial fuerza en mi interior y se lo comenté a un colega que me acompañaba.
El hecho es que, a la vuelta, fuimos hablando de un proyecto para la asistencia sanitaria y social a personas especialmente necesitadas o en régimen de exclusión social y creamos una Asociación. En la actualidad, somos una ONGD (Organización No Gubernamental de Desarrollo) que cuenta con más de 120 asociados y colaboradores, de los que medio centenar son profesionales de la salud.
Pero a lo que iba. En el año 2002, pusimos en marcha el Proyecto Be Solid, con la finalidad de dar asistencia sanitaria a la población infantil de algunas zonas especialmente deprimidas de varios países subdesarrollados. En este programa pueden participar estudiantes de los últimos años. Y qué quieres que te diga. La respuesta a la sesión informativa anual en el salón de actos de la Facultad siempre es multitudinaria, tanto en asistentes como en estudiantes que se involucran en las sucesivas ediciones Proyecto. Hay, por tanto, muchos universitarios con deseos de servicio a los demás.
¿Cuál es tu relación con el mundo del deporte y, en concreto, del ciclismo?
Una relación profesional. Desde 1982 me he dedicado también a la Medicina y Traumatología del Deporte con ciclistas profesionales. He convertido un hobby casi en profesión. Entre otras competiciones, he participado en varios “Tours” de Francia como médico de equipos. El ciclismo es un deporte muy duro y sus deportistas muy sacrificados. Se aprende de ellos mucho para superar los puertos –las dificultades– de cada día.
¿Sólo una relación profesional?
Bueno, también es una afición que practico desde muy joven. Una lesión me impidió dedicarme más en serio a ese deporte. Luego, Dios me compensó introduciéndome en ese mundo a través de mi profesión. Aún sigo practicándolo con un buen grupo de amigos. De hecho, el diploma del que estoy más orgulloso es el de haber subido el Tourmalet. Durante años lo he subido en coche, acompañando a los ciclistas, pero desde hace varios años he tenido la fortuna de escalarlo con la bicicleta, a golpe de pedal.
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Respuesta a diversas preguntas sobre la vocación de numerario
Blog de un numerario que cuenta su vida
Pio Santiago
• Numerarias auxiliares (en el sitio www.opusdei.es).
• Explicación breve de la vocación de numeraria auxiliar
• Palabras de San Josemaría sobre el trabajo que se desempeña en las Administraciones
• Videotestimonio de Andrea Feehery, una numeraria auxiliar norteamericana
• Videotestimonio de María, supernumeraria, y de Ana, numeraria auxiliar
• Palabras del Fundador del Opus Dei sobre la vocación de numeraria auxiliar
• Otros enlaces sobre numerarias auxiliares
• Testimonio de Isabel Angulo, numeraria auxiliar de Salamanca
• Entrevista a Katia Blondeau, numeraria auxiliar francesa
Explicación breve de la vocación de numeraria auxiliar
Las numerarias auxiliares son numerarias que se dedican profesionalmente al trabajo doméstico. Los rasgos que definen su figura son los mismos que en las otras Numerarias y Numerarios (celibato con la correspondiente especial disponibilidad para las labores apostólicas, etc.) con la peculiaridad de su dedicación profesional a la administración doméstica de los apostolados del Opus Dei, tarea en la que por otra parte, trabajan también otras Numerarias.
Las Numerarias Auxiliares, igual que las otras Numerarias que se ocupan de la administración doméstica de las sedes de los Centros del Opus Dei, no realizan ese trabajo como empleadas en casa ajena, sino como madres o hermanas de familia en su propia casa, aunque en atención a la profesionalidad con que lo desempeñan puedan designarse con nombres diversos, según las costumbres de cada lugar y tiempo.
Que la vocación al Opus Dei es la misma para las mujeres que para los hombres es evidente, a la luz de características peculiares de esta vocación. Es por eso igualmente idéntica la amplitud de acción apostólica; al Opus Dei pueden pertenecer, en efecto, y pertenecen de hecho, mujeres, solteras o casadas, de las más variadas condiciones sociales y de las más variadas profesiones: profesoras de universidad, campesinas, obreras, farmacéuticas, médicos, ingenieros, etc., llamadas cada una de ellas a santificar su propio estado y profesión.
La presencia de la mujer en el Opus Dei no sólo comporta el hecho obvio de que la espiritualidad y la misión de la Prelatura alcanza no sólo a hombres, sino, con idénticas intensidad y extensión, también a mujeres; sino que constituye además, un presupuesto necesario para que en el Opus Dei exista de hecho un espíritu de familia –de familia de vínculos sobrenaturales–, que no es otra cosa que un modo peculiar de realizarse una dimensión de la eclesialidad, es decir, de ser la Iglesia una verdadera familia de Dios.
Palabras de San Josemaría sobre el trabajo que se desempeña en las Administraciones:
La Administración doméstica en el Opus Dei es "Apostolado de apostolados" según el Fundador. Baste señalar que el Fundador expresaba la importancia objetiva de esta labor afirmando que es el apostolado de apostolados.
"Al trabajar en la Administración –escribía el Fundador a sus hijas–, participáis en todos los apostolados, colaboráis en toda la labor. Su buena marcha es una condición necesaria, el mayor de los impulsos para toda la Obra, si lo hacéis con amor de Dios. Sin ese apostolado vuestro, no se podrían poner en marcha los demás según nuestro espíritu".
Videotestimonio de Andrea Feehery una numeraria auxiliar norteamericana.
Andrea Feehery, que trabaja en el Shelbourne Conference Center (Indiana, EEUU), habla sobre su vocación como numeraria auxiliar, su vida en el Opus Dei, y la reacciones de su familia y amigos ante su vocación. Tomado de OpusDei.es.
Videotestimonio de María, supernumeraria, y de Ana, numeraria auxiliar.
María es supernumeraria, está casada y tiene cinco hijos. Ana es numeraria auxiliar. Las dos están convencidas de que el trabajo en la casa es fundamental para la buena marcha de la sociedad y por eso defienden que tenga un reconocimiento social y económico: "el mundo seguiría adelante sin banqueros o futbolistas, pero no sin personas que cuiden a los demás". Tomado deOpusDei.es.
Palabras del Fundador del Opus Dei sobre la vocación de numeraria auxiliar.
Conversaciones, 109.¡Es una cosa de primera importancia el trabajo en el hogar! Por lo demás, todos los trabajos pueden tener la misma calidad sobrenatural: no hay tareas grandes o pequeñas; todas son grandes, si se hacen por amor. Las que se tienen como tareas grandes se empequeñecen, cuando se pierde el sentido cristiano de la vida. En cambio, hay cosas, aparentemente pequeñas, que pueden ser muy grandes por las consecuencias reales que tienen.
Para mí igualmente importante es el trabajo de una hija mía del Opus Dei que es empleada del hogar, que el trabajo de una hija mía que tiene un título nobiliario. En los dos casos, sólo me interesa que el trabajo que realicen sea medio y ocasión de santificación personal y ajena: y será más importante la labor de la persona que, en su propia ocupación y en su propio estado, vaya haciéndose más santa y cumpla con más amor la misión recibida de Dios.
Ante Dios, igual categoría tiene la que es catedrático de una universidad, como la que trabaja como dependiente de un comercio o como secretaria o como obrera o como campesina: todas las almas son iguales. Sólo que a veces son más hermosas las almas de las personas más sencillas, y siempre son más agradables al Señor las que tratan con más intimidad a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo (...).
Entiendo el trabajo en el hogar como un oficio de trascendencia muy particular, porque se puede hacer con él mucho bien o mucho mal en la entraña misma de las familias. Esperemos que sea mucho bien: no faltarán personas que, con categoría humana, con competencia y con ilusión apostólica, harán de esa profesión una tarea alegre, de eficacia inmensa en tantos hogares del mundo.
Otros enlaces sobre numerarias auxiliares.
Petra Monterota: numeraria auxiliar del Opus Dei en Venezuela
Blog no oficial que explica la vocación de numeraria auxiliar
Preguntas y respuestas sobre las numerarias auxiliares
Testimonio de Isabel Angulo, numeraria auxiliar de Salamanca.
Mi trabajo contribuye decisivamente a que una casa sea un auténtico hogar.
Tiene 32 años y estudió Administración Hotelera. Nació en La Alberca, Salamanca, donde siguen residiendo sus padres, aunque ella vive en Madrid desde 1991, poco antes de hacerse numeraria auxiliar del Opus Dei.
Como ciudad elige San Sebastián, para leer Ana Karenina y en el cine opta por Los miserables. "Para comer no hay nada como unas patatas alpujarreñas", dice Isabel Angulo. Como numeraria auxiliar, su trabajo consiste en atender las necesidades de las personas que residen en centros de la Prelatura, contribuyendo a crear un ambiente familiar. Atiende con sentido profesional las necesidades de todos, como cualquier ama de casa. Aclara: "Vine a Madrid para estudiar y aterricé en un centro del Opus Dei porque podía compaginar trabajo y estudio. Y allí comencé a ver una serie de cosas que concordaban bastante con lo que yo pensaba. Al principio me llamó la atención la alegría de las que trabajaban allí. Aquella alegría no la había visto antes y entendí la diferencia entre pasarlo bien y ser feliz. Porque se puede estar pasando un mal rato y ser feliz, y se puede pasar un rato agradable y no ser feliz. Descubrí un horizonte nuevo para mí, me di cuenta de que Dios me pedía colaboración para sacar adelante precisamente esa familia. Y me fié de Él: "Si esto es lo que Tú quieres para mí, adelante...".
¿Numeraria auxiliar?
La vocación al Opus Dei es única: todos sus miembros responden a idéntica llamada y comparten los mismos ideales de santidad y de apostolado en medio del mundo, aunque en cada uno se concreta de modo diferente, según sus circunstancias. Además, en el caso de las numerarias auxiliares, su ocupación principal es el trabajo en los centros de la Prelatura, "cuidar de la familia, hacer de madres", añade Isabel. "Es un trabajo que conozco por mi preparación profesional y que ahora se enriquece por su enfoque de servicio a Dios y a los demás: dos objetivos muy importantes. Tuve claro entonces que mi sitio en el Opus Dei era éste: el de numeraria auxiliar". Tanto san Josemaría como el actual Prelado han hablado con especial cariño de las numerarias auxiliares, a las que se referían como la columna vertebral del Opus Dei.
Isabel recuerda que "Dios quiere que en la Obra se viva, se respire un ambiente de familia". Eso es precisamente lo que hace tan valiosas a estas mujeres, porque con su trabajo logran crear ese clima familiar que se vive en el Opus Dei: "Pretendo que quien sale de casa a trabajar por la mañana, al regresar por la noche se encuentre un hogar cuidado, en donde se le espera; y que lo noten en pequeños, o no tan pequeños, detalles: desde poner un centro de flores en un rincón hasta dejar una cena preparada para que vean el partido de fútbol, estén a gusto y disfruten estos días del Mundial. Y así sientan, a través del cariño que intentamos transmitir, cómo Dios les quiere".
En gran medida es cuidando estos detalles como se consigue el ambiente de familia del Opus Dei. Isabel es, sobre todo, una persona vital, muy sociable y que disfruta con cualquier cosa o, incluso, sin cosa alguna...: «Mis padres me decían que no me hacía falta nada ni nadie para divertirme", aunque la realidad es que siempre ha estado rodeada de amigos; una vez se puso muy mala y una de ellas decía "que no se muera, porque si no, vamos a aburrirnos mucho... "»
Una jornada habitual
Se levanta a las seis y media, se arregla, ordena su cuarto, reza media hora y va a misa. Desayuna y empieza su jornada: limpia la casa, cocina, atiende el teléfono o al fontanero, plancha... como una madre de familia, que es a lo que más se parece una numeraria auxiliar.
Pero no se ocupa sólo de la materialidad de la casa, "sino de lo que hay detrás de ella, y procuro hacer todo con un amor de Dios y a los demás muy grande". "Cuido la casa y procuro esmerarme con el oratorio, porque Dios está presente ahí. También atiendo a las personas que viven en ese centro cuidando su vocación, porque la gente, en la medida que está contenta en lo material, lo está en lo espiritual. Decía san Josemaría, citando un refrán, que cuando el cuerpo está bien, el alma baila y, cuidando del cuerpo y el entorno material, cuidamos la vocación de las personas que viven en ese centro.
Después de comer, un rato de descanso, de tertulia. «Es necesario, porque es una forma de coincidir con la gente que vive contigo, de enterarte qué les ha pasado durante el día". Suelo rezar otro rato antes de ir a Móstoles, donde colaboro en una actividad apostólica de la Obra. Allí doy clases de formación cristiana, ayudo en iniciativas de voluntariado o echo una mano en lo que haga falta; otras veces, simplemente quedo con mis amigas". ¿Y cuándo descansa? ·«Los jueves por la tarde trato de tener más tiempo y aprovecho para nadar, dar un empujón al libro que esté leyendo –ahora Las Crónicas de Narnia– o salir con mis amigas. Soy muy familiar: si voy a casa de ml hermano, disfruto jugando con mi sobrina y me carteo mucho con otro, José Manuel, que estudia Periodismo y así hace prácticas con su tía...»
Entrevista a Katia Blondeau, numeraria auxiliar francesa
¡Me gusta servir!
Katia Blondeau, 34 años, es una numeraria auxiliar del Opus Dei. Actualmente, trabaja en la Escuela de Hostelería Dosnon cerca de Soissons (Francia).
¿Qué significa para ti ser numeraria auxiliar?
Para mí, una numeraria auxiliar es una cristiana, una persona del Opus Dei que vive el celibato, y que procura poner a los demás (su familia, sus clientes, sus amigos) en el centro de su trabajo, –en mi caso, la hostelería– y de esa forma servir a Dios, conocerle y quererle.
Busco crear un ambiente familiar allí donde trabajo, y espero contribuir así al equilibrio y al bienestar de las personas a las que llego con mi profesión.
¿Cómo se concreta eso? En el cuidado que procuro poner en los detalles: por ejemplo, al poner la mesa para comer; o prestando atención para escuchar las necesidades de los demás. Es decir, se trata de hacer felices a los demás.
Actualmente, trabajo como monitor técnico de la Escuela de Hostelería Dosjon. En concreto, me responsabilizo de la atención y el servicio de los asistentes que acuden a las actividades de formación y a los retiros espirituales al Centro de Encuentros Couvrelles, vecino a la escuela de hostelería.
¿Cómo ha reaccionado tu familia ante esta elección vital tuya?
Mis padres no conocían el Opus Dei cuando yo comencé a frecuentar un centro, por lo que lógicamente quisieron informarse un poco. Me hicieron preguntas, y yo se las fui respondiendo. Poco a poco, pudieron conocer el espíritu de familia que hay en la casa donde vivo y se encontraron satisfechos y a gusto en el ambiente de la casa.
Hace poco, mi padre, cocinero de profesión, vino para preparar una cena de gala que ofrecíamos a una de nosotras por su cumpleaños. Y regularmente los dos vienen a la Escuela Dosnon a las actividades que organizamos.
¿Cuál ha sido tu recorrido profesional?
Cuando terminé mis estudios de hostelería, trabajé durante un tiempo en el restaurante de un gran grupo. Aprendí mucho y a buen ritmo, pues los trabajos de hostelería no se improvisan. Trinchar y flamear ante el cliente, el arte de la mesa, neología... todo iba muy bien, pero yo quería trabajar para mi familia, el Opus Dei. Así que comencé a trabajar las tareas domésticas de diversos centros de la Obra.
Actualmente, soy profesora de restauración en una escuela de hostelería donde, además, el Opus Dei ofrece a las alumnas que lo desean una formación cristiana. Allí es donde procuro transmitir todos mis conocimientos profesionales junto con la atención a los demás que considero tan interesante.
Hoy día ha aumentado el interés por las profesiones directamente relacionadas con el servicio a los demás, anteriormente menos valoradas. ¿Qué te parece este cambio de mentalidad?
¡Me parece muy positivo y, a la vez, lógico!
Es como redescubrir el valor que tiene cada persona y la necesidad que tenemos de ser amados. En mi opinión, gran parte de los problemas de la sociedad surgen de la indeferencia con que a veces nos tratamos unos a otros.
Considero que estas profesiones relacionadas con el servicio contribuyen muy directamente a crear una sociedad más humana y calurosa. Por eso me parece lógico que cobren un nuevo valor: es una ganancia enorme para la sociedad.
¿No te parece que en una época en la que todo el mundo busca tener cada vez más derechos y trabajar menos, vuestro ritmo de trabajo puede parecer excesivo?
Quienes trabajamos en el sector de servicios y en la hostelería sabemos que nuestras ocupaciones no tienen nada de ordinario: trabajamos cuando los demás descansan, tomamos las vacaciones a destiempo, etcétera.
En cuanto al ritmo, evidentemente es exigente: ¡basta con mirar al personal de sala o de cocina de un restaurante en un día de afluencia alta! Por mi parte, yo me siento satisfecha respecto a mis compañeros con mis 35 horas de trabajo.
¿Los días festivos, por lo tanto, son sinónimo de más trabajo para ti?
¡Claro! Ya que los días en los que se celebra algo piden un poquito más de atención, te tienes que volcar un poco más para, por ejemplo, preparar el plato favorito de alguien o imaginar una nueva decoración para la mesa, algo original e inesperado.
Me gusta dar esta dimensión familiar a mi trabajo y manifestarlo en estos detalles de cariño hacia mi gente. A mi, estos detalles no me suponen una carga de trabajo. Son más bien una alegría, porque sabes que los demás están disfrutando con ello.
Es algo que siempre he experimentado en los centros del Opus Dei: allí la gente intenta hacer la vida alegre a los otros, especialmente si están pasando un momento difícil, por motivos de trabajo, salud u otros. Creo que las numerarias auxiliares tenemos un papel muy importante en este campo y eso me estimula a llevar a cabo mi trabajo con mayor profesionalidad y cuidado.
¿Te parece que los trabajos de servicio están bien remunerados?
Mi sueldo se corresponde con mis conocimientos y mi trabajo. No es desorbitante, pero sí suficiente.
Actualmente, estoy contratada por la Escuela de Hostelería Dosjon. Yo me encargo de mi mantenimiento: vestido, alimento, libros, entretenimientos, etc.
Procuro gastar el dinero con sentido de responsabilidad, sabiendo que –al igual que cualquier persona en el Opus Dei– puedo ayudar económicamente, siempre que me sea posible, a un gran número de iniciativas sociales, culturales y educativas que personas de la Obra llevan a cabo en todo el mundo. Me gusta poder contribuir –aunque sea con pequeñas contribuciones– al desarrollo de iniciativas en países necesitados.
¿Cuál es la frase de San Josemaría que más te gusta?
"Que tu vida no sea una vida estéril. Sé útil. Deja poso. Ilumina con la luminaria de tu fe y de tu amor".
Pio Santiago
Explicación de la vocación de numeraria
Videotestimonio de una numeraria de Costa de Marfil
Algunas numerarias cuyo proceso de Canonización ha empezado
Las numerarias del Opus Dei
Las numerarias son personas del Opus Dei que se comprometen a vivir el celibato ?no se casan-, por motivos apostólicos. Las numerarias ordinariamente viven en centros del Opus Dei, porque las circunstancias les permiten permanecer plenamente disponibles para atender las labores apostólicas y la formación de los demás fieles de la prelatura.
Explicación de la vocación de numeraria
Desde el comienzo de su actividad fundacional, Mons. Escrivá de Balaguer advirtió no sólo que el espíritu del Opus Dei podía ser vivido en todas las situaciones humanas ?en el matrimonio o en el celibato?, sino también que, para cumplir con la misión que Dios quería que desarrollase, era necesario que hubiera en el Opus Dei personas que se comprometieran al celibato, con la disponibilidad que de ahí se deriva.
En consecuencia orientó así su labor fundacional, invitando a comprometerse en celibato apostólico ?según la expresión que le gustaba emplear? a quienes veía que podían tener esta vocación, al mismo tiempo que predicaba con fuerza y claridad el valor cristiano del matrimonio.
Se llaman Numerarias a aquellas fieles que, en celibato apostólico, tienen una máxima disponibilidad personal para las labores apostólicas peculiares de la Prelatura; pueden residir en la sede de los Centros de la Prelatura, para ocuparse de esas labores apostólicas y de la formación de los demás miembros del Opus Dei. También algunas colaboran con los Vicarios del Prelado en el gobierno de la Prelatura.
La vocación de numeraria no constituye el paradigma de la vocación al Opus Dei, ni su plenitud: todos los miembros tienen la misma vocación peculiar a la santidad y al apostolado.
Las obligaciones de una numeraria, para con el Opus Dei, son: esforzarse por vivir el espíritu del Opus Dei, cumplir las prácticas de piedad, vivir el celibato, y hacer apostolado de acuerdo con los modos propios del Opus Dei, entregar a la Obra el fruto de su trabajo profesional, así como obedecer ?en lo que se refiere a la vida espiritual- a los directores de la Obra.
Algunas numerarias cuyo proceso de Canonización ha empezado
Guadalupe Ortiz de Landázuri
Madrid, 1916 ? Pamplona, 1975.
Fue una de las primeras mujeres del Opus Dei y un importante apoyo para el Fundador durante toda su vida. Doctora en Ciencias Químicas, alternó la enseñanza con diversas tareas de servicio y gobierno en la Obra.
Montse Grases
Barcelona, 1941 ? 1959.
En plena juventud, Montse percibió la llamada de Dios a servirle en la vida ordinaria. Transmitió a sus amigos y parientes la paz de la cercanía a Dios, manifestada con ejemplaridad a raíz de la dura enfermedad que le produjo la muerte.
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Un sacerdote del Opus Dei explica el sentido de la mortificación corporal
Palabras de san Josemaría sobre la mortificación
Palabras de San Pablo sobre la mortificación
Breve definición de mortificación
¿Qué es la mortificación?
Se trata de una práctica cristiana consistente en negarse a uno mismo determinadas cosas, de suyo lícitas, que se desean.
La finalidad de la mortificación es triple:
- identificarse a Cristo en sus sufrimientos;
- desagraviar por los propios pecados y por los de todos los hombres;
- entrenamiento personal para vencer la tentación.
Explicación más detallada
La penitencia y la mortificación son una parte pequeña pero esencial de la vida cristiana. Jesucristo ayunó durante cuarenta días en preparación de su ministerio público. La mortificación nos ayuda a resistir nuestra tendencia natural a la comodidad personal, que tantas veces nos impide responder a la llamada cristiana a amar a Dios y a servir al prójimo por amor de Dios. Además, esas molestias voluntariamente aceptadas unen al cristiano con Jesucristo y con los sufrimientos que él voluntariamente aceptó para redimirnos del pecado.
El papel que la mortificación juega en la vida de los miembros del Opus Dei es muy secundario. Lo primero, para cualquier católico, es amar a Dios y al prójimo. En coherencia con su propósito de integrar la fe y la vida secular, el Opus Dei enfatiza los pequeños sacrificios, más que los grandes: seguir trabajando cuando uno está cansado, ser puntual, prescindir de algo que a uno le gusta en la comida o en la bebida, no quejarse.
Un sacerdote del Opus Dei explica el sentido de la mortificación corporal
http://www.opusdei.es/art.php?p=16657
Surco, 991
Cuidar las cosas pequeñas supone una mortificación constante, camino para hacer más agradable la vida a los demás.
Amigos de Dios, 8.
Convenceos de que ordinariamente no encontraréis lugar para hazañas deslumbrantes, entre otras razones, porque no suelen presentarse. En cambio, no os faltan ocasiones de demostrar a través de lo pequeño, de lo normal, el amor que tenéis a Jesucristo.
Camino 199.
Si el grano de trigo no muere queda infecundo. ¿No quieres ser grano de trigo, morir por la mortificación, y dar espigas bien granadas? ¡Que Jesús bendiga tu trigal!
Forja, 409.
El mejor espíritu de sacrificio es la perseverancia en el trabajo comenzado: cuando se hace con ilusión, y cuando resulta cuesta arriba.
Es Cristo que pasa, 139.
Sólo cuando el hombre, siendo fiel a la gracia, se decide a colocar en el centro de su alma la Cruz, negándose a sí mismo por amor a Dios, estando realmente desprendido del egoísmo y de toda falsa seguridad humana, es decir, cuando vive verdaderamente de fe, es entonces y sólo entonces cuando recibe con plenitud el gran fuego, la gran luz, la gran consolación del Espíritu Santo
Estoy clavado en la Cruz juntamente con Cristo. Y yo vivo, o más bien, no soy yo quien vive, sino que Cristo vive en mí(Gal. II, 19-20).
Traemos siempre en nuestro cuerpo por todas partes la mortificación de Jesús, a fin de que la vida de Jesús se manifieste también en nuestros cuerpos (II Cor. IV, 10).
Si vivís según la carne, moriréis; si con el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis (Rom. VIII, 13).
Al presente me gozo de lo que padezco por vosotros, y estoy cumpliendo en mi carne lo que resta que padecer a Cristo, a favor de su Cuerpo, que es la Iglesia (Col. I, 24).
Los judíos piden señales, y los griegos buscan la sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos y necedad para los gentiles (I Cor. I, 22-23).
Hay muchos que andan, ya os lo decía con frecuencia, y ahora lo digo llorando, como enemigos de la cruz de Cristo: cuyo fin es la perdición, cuyo Dios es el vientre, y la confusión será la gloria de los que gustan de las cosas terrenas (Philip. III, 18-19)
Enlaces
Explicación de la mortificación en la página oficial del Opus Dei
Página que aborda detenidamente el tema, con numerosos testimonios de santos:
Blog de un sacerdote argentino que da buenas respuestas
Inicio
Pio Santiago
Qué son los medios de formación del Opus Dei
La importancia de la formación cristiana
Cuáles son los medios de formación del Opus Dei
Videotestimonio: Internet, formación cristiana y el Opus Dei
Palabras de San Josemaría sobre la formación
Qué son los medios de formación del Opus Dei
Son los cauces por los que la Prelatura transmite a las personas que lo desean formación cristiana, para buscar a Dios en su vida corriente y hacer apostolado. Son las clases semanales y los retiros.
La importancia de la formación cristiana
Vivimos en un mundo profesional de gran cualificación y competitividad. En ese entorno, se valora mucho la formación que cada persona tenga. La multiplicación de ciclos de formación profesional, titulaciones universitarias, masters diversos, cursos de formación continua, y un largo etcétera, a la que asistimos evidencia la importancia de una formación humana y profesional muy completa. En la vida espiritual no es distinto. También hay que ir formándose, poco a poco, en cada etapa de la vida. Muchos cristianos, que se afanan duramente por adquirir una formación profesional completa, se conforman con la homilía dominical en lo que a formación espiritual se refiere. Así, tanto las diócesis, como en este caso, la Prelatura del Opus Dei, tienen como desafío ofrecer a los cristianos una formación y conocimiento de las enseñanzas de Jesucristo y de la Iglesia que estén a la altura de los retos del presente.
?La formación no termina nunca?, decía San Josemaría, fundador del Opus Dei; y también: ?la ignorancia es el gran enemigo de las almas?. En el Opus Dei se ofrecen a las personas que libremente lo deseen unos medios para mantener actualizada su formación cristiana, profundizando en el conocimiento de la figura de Jesús y en el Magisterio de la Iglesia.
La Prelatura proporciona a sus fieles una formación continua, a través de unos medios de formación concretos. Estos medios de formación son compatibles con los deberes familiares, profesionales y sociales de cada uno.
Los medios de formación de la Prelatura facilitan a sus fieles la posibilidad de adquirir una profunda y sólida piedad de hijos de Dios que lleva a buscar la identificación con Cristo, un conocimiento hondo de la fe y la moral católicas, y, de acuerdo con su vocación, una progresiva familiaridad con el espíritu del OpusDei
La formación se imparte -por separado a varones y mujeres- en las sedes de los centros de la Prelatura del Opus Dei y en otros lugares que resulten apropiados. Por ejemplo, un círculo se puede tener en la casa de alguna de las personas que asisten; un retiro, en una iglesia que el párroco permita usar con este fin durante unas horas, etc.
Cuáles son los medios de formación del Opus Dei
Los fieles de la Prelatura asisten a:
Clases semanales o círculos: sobre temas doctrinales y ascéticos.
Retiro mensual: consiste en dedicar algunas horas, un día al mes, a la oración personal y la reflexión sobre temas de vida cristiana.
Curso de retiro o ejercicios espirituales, una vez al año, que dura de tres a cinco días.
Los cooperadores, o los jóvenes que participan en la labor apostólica de la Prelatura, o cualquier persona que desee recibirlos, tienen unos medios de formación análogos a los anteriores.
Videotestimonio: Internet, formación cristiana y el Opus Dei
Palabras de San Josemaría sobre la formación
Punto 338 de Camino:
Antes, como los conocimientos humanos ?la ciencia? eran muy limitados, parecía muy posible que un solo individuo sabio pudiera hacer la defensa y apología de nuestra Santa Fe.
Hoy, con la extensión y la intensidad de la ciencia moderna, es preciso que los apologistas se dividan el trabajo para defender en todos los terrenos científicamente a la Iglesia.
- Tú... no te puedes desentender de esta obligación.
Punto 376 de Camino:
"¡Influye tanto el ambiente!", me has dicho. -Y hube de contestar: sin duda. Por eso es menester que sea tal vuestra formación, que llevéis, con naturalidad, vuestro propio ambiente, para dar "vuestro tono" a la sociedad con la que conviváis.
- Y, entonces, si has cogido este espíritu, estoy seguro de que me dirás con el pasmo de los primeros discípulos al contemplar las primicias de los milagros que se obraban por sus manos en nombre de Cristo: "¡Influimos tanto en el ambiente!"
Punto 382 de Camino:
Al regalarte aquella Historia de Jesús, puse como dedicatoria: "Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo".
- Son tres etapas clarísimas. ¿Has intentado, por lo menos, vivir la primera?
Página explicativa de los círculos o charlas semanales en el Opus Dei
Blog no oficial con preguntas y respuestas sobre los medios de formación
Los obispos españoles piden un mayor esfuerzo en la formación de los laicos
Pio Santiago
¿Cómo se entiende la libertad en el Opus Dei?
Palabras de San Josemaría, fundador del Opus Dei, sobre la libertad
¿Cómo se entiende la libertad en el Opus Dei?
Los fieles del Opus Dei obran con libertad y con responsabilidad personal en sus actuaciones políticas, económicas, culturales, etc., sin involucrar a la Iglesia o al Opus Dei en sus decisiones ni presentarlas como las únicas congruentes con la fe. Esto implica respetar la libertad y las opiniones ajenas.
La libertad en el Opus Dei es esencial. En realidad, es una exigencia del ser humano, una condición para que nuestras acciones tengan valor y mérito. Sin libertad, nada vale. Libertad en qué, para qué, cuándo y cómo. Libertad siempre y con responsabilidad. Las personas del Opus Dei gozan de las mismas libertades que el resto de los ciudadanos: libertad ideológica, cultural, profesional, artística, de opinión, de movimiento, de vida. Incluso la libertad de equivocarse ?que el ser humano tiende a rehuir-, forma parte del sentido de libertad que se respira en el Opus Dei.
No hay más límites para sus miembros que lo que en cuestiones de fe y de moral exige la Iglesia a todos los fieles. La verdad y la libertad forman un tándem: una no puede mantenerse sin la otra. Desde esta perspectiva, el aparente dilema obediencia-libertad desaparece al hablar de santidad y apostolado. En relación con los demás, una consecuencia de lo anterior es el amor y defensa de la libertad ajena. La amistad y la lealtad emergen como valores de gran estima cuando predomina el clima de elegante respeto a la libertad individual de todos.
Palabras de San Josemaría sobre la libertad
Mesa Redonda: El Fundador del Opus Dei, defensor de la libertad
Artículo Pasión por la libertad, de Salvador Bernal
Palabras de San Josemaría, fundador del Opus Dei, sobre la libertad
Cuando, durante mis años de sacerdocio, no diré que predico, sino que grito mi amor a la libertad personal, noto en algunos un gesto de desconfianza, como si sospechasen que la defensa de la libertad entrañara un peligro para la fe. Que se tranquilicen esos pusilánimes. Exclusivamente atenta contra la feuna equivocada interpretación de la libertad, una libertad sin fin alguno, sin norma objetiva, sin ley, sin responsabilidad. En una palabra: el libertinaje. Desgraciadamente, es eso lo que algunos propugnan; esta reivindicación sí que constituye un atentado a la fe. (...)
Yo defiendo con todas mis fuerzas la libertad de las conciencias, que denota que a nadie le es lícito impedir que la criatura tribute culto a Dios. Hay que respetar las legítimas ansias de verdad: el hombre tiene obligación grave de buscar al Señor, de conocerle y de adorarle, pero nadie en la tierra debe permitirse imponer al prójimo la práctica de una fe de la que carece; lo mismo que nadie puede arrogarse el derecho de hacer daño al que la ha recibido de Dios.
Nuestra Santa Madre la Iglesia se ha pronunciado siempre por la libertad, y ha rechazado todos los fatalismos, antiguos y menos antiguos. Ha señalado que cada alma es dueña de su destino, para bien o para mal: y los que no se apartaron del bien irán a la vida eterna; los que cometieron el mal, al fuego eterno.(Amigos de Dios, 32-33).
Introducción a la serie sobre “Perdón, la reconciliación y la Justicia Restaurativa” |
Construyendo perdón y reconciliación |
El perdón. La importancia de la memoria y el sentido de justicia |
Amor, perdón y liberación |
San Josemaría, maestro de perdón (2ª parte) |
San Josemaría, maestro de perdón (1ª parte) |
Aprender a perdonar |
Verdad y libertad |
El Magisterio Pontificio sobre el Rosario y la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae |
El marco moral y el sentido del amor humano |
¿Qué es la Justicia Restaurativa? |
“Combate, cercanía, misión” (6): «Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación |
Combate, cercanía, misión (5): «No te soltaré hasta que me bendigas»: la oración contemplativa |
Combate, cercanía, misión (4) «No entristezcáis al Espíritu Santo» La tibieza |
Combate, cercanía, misión (3): Todo es nuestro y todo es de Dios |