Una clave para hablar al hombre de hoy ·
En la era digital y de las redes sociales, muchos se preguntan si en realidad este nuevo ambiente virtual aleja a las personas entre sí, al ser más fácil clicar en un “like” (me gusta), que expresar una palabra de comprensión o permanecer junto a quien padece en el cuerpo o el espíritu, tomándole de la mano. En definitiva, uno se pregunta si la obsesión por la pantalla nos hace más indiferentes hacia nuestro prójimo más inmediato y si en la “era de la comunicación” la soledad no se ha hecho más profunda que nunca. La humanidad afronta el desafío de desarrollarse en un mundo cada vez más complejo, con distintos ejes culturales en ebullición y con la dificultad de elaborar una síntesis entre los valores que debe conservar y las nuevas realidades que debe resolver. Esta cultura nos ofrece dos ambientes vinculados entre sí, que se condicionan mutuamente.
Por una parte está la realidad física, que en principio conocemos bien, en la que hemos nacido, que tenemos asumida (la naturaleza, el cuerpo, la presencia física, el encuentro). Por la otra está la virtualidad, lo nuevo, aún por descubrir y asumir (lo digital, los dispositivos, la presencia mediada, la información en tiempo real). En el primer caso, la cercanía quiere decir (o debería querer decir) justamente ese estar cerca, al lado, mirar a los ojos, escuchar directamente, tocar, hablar cara a cara, sentir. En el segundo, la presencia virtual quiere decir “presencia mediada”, es decir, que se expresa a través de palabras escritas o grabadas, música, vídeo, fotografía, emoticones, gif… Entre estos dos extremos, teóricamente bien delimitados, hay infinidad de grises en los que se desarrolla la realidad existencial del hombre.
Y sin embargo, aunque “mediada” se trata asimismo de “presencia”, porque lo digital, lo virtual, no son un abstracto, no son ficticias, son realidad, otra forma de realidad humana. Esto para las nuevas generaciones no es un instrumento como puedan ser un martillo o un electrodoméstico, sino un “lugar” en el que se habita y donde uno se relaciona con otras personas. Allí la gente, en especial los jóvenes, se conocen, se preguntan y se responden, dialogan, discuten, compran, venden, comparten informaciones y sentimientos, valores, experiencias de vida y significados. Allí se encuentra la mitad de los seres humanos; allí viven los “nativos digitales”, con unos “lenguajes digitales”, porque éste es su “continente digital”.
En este contexto de presencias directa y mediada, la enseñanza del Papa Francisco sobre la ternura adquiere un especial significado e importancia porque el ser humano está siempre en el centro, y a pesar de que las condiciones culturales evolucionan constantemente y plantean desafíos, es la persona humana quien realiza la historia.
Raíces bíblicas
El Papa Francisco recurre a distintas imágenes bíblicas que revelan la ternura divina, porque “su fuerza es la ternura, las caricias que nacen de su corazón, de ese corazón que es tan bueno que dió la vida por nosotros”[1]. Dios no se comporta como los poderosos de este mundo. Se abaja para acoger la fragilidad humana, como Jesús nos ha enseñado (cf. Mt 20, 25). Es la actitud de quien, siendo infinitamente perfecto y poderoso, se conmueve de amor entrañable ante la pequeñez de su creatura y la abraza, la estrecha hacia sí para curar sus heridas.
La Palabra de Dios es la fuente de inspiración de esta enseñanza y de la acción del Papa. Los textos evocados por Francisco nos llevan de la mano a encontrarnos con un Dios que ha elegido amar. Y las imágenes bíblicas que Francisco nos presenta provienen de las experiencias humanas más universales −las de la familia y del mundo rural− con el objetivo claro y fuerte de dar a conocer y vivir a Dios. Dios que desea estar cercano a nosotros como un padre amoroso, como una madre solícita, un pastor que ama a sus ovejas, un hombre bueno y misericordioso con un desconocido.
Veamos algunas referencias que fundamentan de manera específica cuatro imágenes bíblicas que Francisco utiliza para sus enseñanzas: Padre, Madre, Pastor, Samaritano:
Padre:
“¡Qué hermoso es contemplar la ternura de Dios! Cuando queremos pensar sólo en un Dios grande, pero olvidamos el misterio de la Encarnación, la condescendencia de Dios entre nosotros, que sale a nuestro encuentro: el Dios que no sólo es padre, sino es papá”[2].
Madre[3]:
“En síntesis, la Misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la que Él revela su amor como el de un padre y una madre que se conmueven desde lo más profundo de sus entrañas por el proprio hijo”[4].
Pastor:
“…el Señor mismo guiará a su pueblo... Con la solicitud y la ternura de un pastor que cuida a su rebaño... Hoy hacen falta personas que sean testigos de la Misericordia y de la ternura del Señor, que interpela a los resignados, reanima a los desilusionados”[5].
Buen Samaritano (Lc 10, 25):
“Frente a tantas laceraciones del mundo y demasiadas heridas en la carne de los hombres,… imitar a Jesús… haciendo presente su reino con gestos de ternura, de comprensión y de Misericordia”[6].
Características de la ternura
El Papa Francisco no ofrece definiciones académicas: su enseñanza es de pastor. Busquemos entresacar entonces de manera sintética las características que conforman el concepto de ternura en su Magisterio, mirando cómo lo aplica en sus palabras y en la expresión de sus gestos que acarician a la humanidad.
No es un concepto “empalagoso”:
Se suele entender el término ternura como algo asociado a palabras y gestos reducidos al ámbito sentimental, a veces con connotaciones un poco empalagosas. Además este “sentimentalismo” se puede asociar a la actitud de evadir o enmascarar la gravedad y el dolor de la existencia. Pero para el Papa no se trata de un mero sentimiento, ni menos de huir del sufrimiento o de los límites humanos. “La ternura, pues, lejos de reducirse a sentimentalismo, es el primer paso para superar el replegue sobre sí mismos, para huir del egocentrismo que entorpece la libertad humana”[7]. Esta virtud empieza a ser entendida como condición propia de la toma de conciencia adulta sobre la realidad con todas sus consecuencias, y como la madurez humana que debe impregnar el modo de ser y de comportarse de la persona en toda circunstancia.
Sino que es la virtud de los fuertes:
Así pues, la ternura es una virtud del fuerte, no del débil; es su poder el que le lleva a inclinarse ante la debilidad del otro para servirlo y curarlo, en vez de aprovecharse de su fragilidad para oprimirlo. El Papa la señala como virtud propia de la Virgen María y de San José: “Cada vez que miramos a María volvemos a creer en la fuerza revolucionaria de la ternura y del afecto. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles, sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a los demás para sentirse importantes. Esta dinámica de justicia y de ternura, de contemplación y de camino hacia los otros, es lo que la convierte en modelo eclesial para la evangelización”[7].
Es un amor cercano y concreto:
En las palabras que el Papa registró para ted (Technology Entertainment Design) el 25 de abril 2017[8], encontramos una clave hermenéutica para comprender el concepto:
“El tercer y último mensaje que querría compartir hoy se refiere justamente a la revolución: la revolución de la ternura. ¿Y qué es la ternura? Es el amor que se vuelve cercano y concreto”[9].
Se trata pues de la cercanía y concretización del amor que actúa, que cuida, que asiste de modo eficaz y no se limita a mirar: todo esto está expresado en la ternura. Es una actitud que parte de Dios y llega a cada uno de nosotros a través de la presencia de otro, alguien que se nos acerca con respeto y comprensión, con una ayuda oportuna en los momentos oscuros y difíciles.
Con actitud humilde y sencilla:
Esta dinámica de la ternura requiere sencillez y humildad. La sencillez de quien manifiesta esta compasión, para no acercarse al otro con prepotencia. La humildad de quien la recibe, para aceptar el hecho de estar necesitado. Francisco afirma que “la ternura es el lenguaje de los pequeños, de quien necesita al otro: un niño quiere y conoce al papá y la mamá por las caricias, por la mirada, por la voz, por la ternura”[10]. Estas palabras están destinadas a ponerse en práctica en la misión cotidiana, donde la comunicación y la pastoral convergen en un enfoque de mutuo respeto que hace crecer a quien se encuentra en una situación difícil.
Con una dinamica operativa:
Para el Papa, la ternura es dinámica: “Es un movimiento que parte del corazón y llega a los ojos, a los oídos, a las manos”, y que “consiste en usar las manos y el corazón para acariciar al otro”, “para cuidarlo”[11]. Surge así en el pensamiento del Papa Francisco el enlace entre el concepto de Misericordia y el de ternura. Son elementos y acciones que en la Biblia aparecen como expresión del corazón amoroso de Dios por cada uno de nosotros y por toda la humanidad. Nos acompaña a lo largo de nuestra vida con una presencia que camina con nosotros, que nos anima a seguir adelante, que nos ayuda a afrontar las etapas de superación de las dificultades.
Se refería a esto en la Misericordiae Vultus (2015): “La Misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad concreta con la que Él revela su amor... Proviene de lo más íntimo, como un sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de perdón”[12].
Que se abaja al nivel del otro:
La cercanía se basa en el hecho de que Dios, siendo grande e infinito, se ha hecho pequeño por nosotros. “Esta es la ternura, ponerse al nivel del otro. También Dios se abajó en Jesús para estar a nuestro nivel. Este es el camino seguido por Jesús, que se anonadó, que atravesó toda la vida del hombre con el lenguaje concreto del amor”[13]. Este anonadamiento (kenosis) amoroso de Jesús responde justamente a la modalidad relacional de Dios con el hombre, modelo de esta forma de realizar la misión, que se vuelve praxis pastoral, en la que la actividad es servicio y no dominio. La ternura acoge la realidad de los necesitados y se hace cargo de ella en todo lo posible, pero poniéndose a su mismo nivel para que pueda haber una interlocución entre personas con la misma dignidad, aunque una de ellas afronte limitaciones particulares.
Y se manifiesta en acciones concretas:
La ternura no se queda en el campo de los sentimientos. Permite la armonización de lo que el Papa llama “los tres lenguajes”[14]. El primero es el lenguaje racional. Le sigue el lenguaje del corazón, que involucra todo el ámbito afectivo de la persona. Y finalmente está el de las manos, o sea el acto operativo concreto del gesto de la ternura. De esta manera se llega a la coherencia entre el discurso y lo que se piensa, siente y actúa. Es un término en el que convergen lo humano y lo sobrenatural, que juntos llevan a descubrir la realidad y la transforman.
El Papa Francisco ha creado también una imagen específicamente suya, fuente de inspiración para millones de personas:: la metáfora del hospital de campaña:
“Yo veo la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla. Es inútil preguntarle a un herido grave si tiene colesterol... Se deben curar sus heridas… Hay que comenzar desde lo más elemental”[15].
Que crea empatía respecto al que se ama:
Dios nos precede en el amor. ¡Él nos amó primero! Es empático con nosotros. “La ternura es usar los ojos para ver al otro, usar las orejas para oír, para escuchar el grito de los pequeños, de los pobres, de quienes temen el futuro: escuchar también el grito silencioso de nuestra casa común, de la tierra contaminada y enferma”[16]. Así pues, la ternura empieza por mirar para entender, después acoger, y finalmente servir al otro. Es un vehículo profundamente humano que alcanza la intimidad de la persona y crea un vínculo. La mirada recíproca, cuando el afecto es auténtico y sincero, llega hasta a ser clave de la autoconciencia de la persona. Nos damos cuenta de ser “alguien” de modo particular cuando alguien nos mira así: con respeto, con amistad verdadera, con comprensión, aceptándonos tal como somos. Mirarse a los ojos construye la relación en profundidad e intimidad. La neurociencia confirma esta experiencia universal[17], y el Papa lo confirma como una actitud indispensable para una eficaz comuncación interpersonal.
Y tiene destinatarios bien definidos:
Toda esta riqueza se dirige, en la enseñanza del Papa, a las “periferias territoriales y existenciales”, concepto constante desde el principio de su pontificado, y que se refiere a las personas y comunidades humanas que sufren las consecuencias de la “cultura del descarte” y quedan injustamente al margen del desarrollo social, de la cultura, de las oportunidades, de la distribucion de los bienes materiales. El Papa los incorpora continuamente en su discurso público.
Lo ha hecho presente muchas veces en la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, animando a una evangelización que anuncia la cercanía de Dios que es Amor[18]. En la Historia de la Salvación es constante una actitud de ternura y Misericordia de parte de Dios. Es por ello que el Santo Padre la aplica en su Magisterio y en su actividad de manera gestis verbisque, que se convierte en pedagogía para los discípulos misioneros enviados a evangelizar.
La fuerza y el papel positivo de la ternura en clave comunicativa la han dado la propia red y sus actores. Es enorme la lista de citas que se puede hacer, pero tomaremos sólo dos. La primera está tomada de las palabras de Mark Zuckerberg con ocasión de su visita al Santo Padre:
“Priscilla y yo hemos tenido el honor de encontrarnos con el Papa Francisco en el Vaticano. Le hemos dicho cuánto admiramos su mensaje de misericordia y ternura, y las nuevas formas que ha encontrado para comunicarse con personas de cualquier credo en todo el mundo”[19].
La segunda viene de los comentarios publicados en el vídeo en YouTube[20] y en la web del ted Talk 2017[21]:
«Qué momento histórico... Aunque soy agnóstica, estoy muy conmovida. Qué mensaje tan potente» (Maria Loehle).
«Como protestante del núcleo duro, he enloquecido dos veces mirando esto... Wow… ¡la verdad, tan bien dicha!» (Paul Kumar).
Son innumerables los comentarios de los seguidores del perfil de Instagram @Franciscus sobre la acogida y a los efectos de la ternura, por eso no podemos listarlos en este artículo.
Así pues, en el campo comunicativo, la auténtica ternura es un valor muy apreciado. Se comparten instantáneamente las palabras y las imágenes del Papa se comparten inmediatamente cuando abraza a los enfermos, acaricia a los ancianos y niños, lava los pies a los presos, especialmente en eventos que mueven a la humanidad. Dicho de otro modo, en su MInisterio él realiza lo que enseña en su Magisterio, y esto se percibe y aprecia.
Por eso no sorprende el que Francisco se haya convertido en una persona relevante en las redes sociales y en las ágoras internacionales. Es usual verlo aparecer en las listas mundiales de las personas más influyentes de nuestro tiempo. Por ejemplo, según los datos de Twiplomacy (organización que mide la influencia de los líderes del mundo a través de su comportamiento en redes sociales):
Twitter (47 millones de seguidores)
Los 50 líderes más influyentes en el: 3º
Los 50 líderes más seguidos en el 2018: 2º
Los 50 líderes con más interacciones en el 2018: 4º
Instagram (5 millones de seguidores)
Los 50 líderes más influyentes en 2018: 5º
Los 50 líderes con más interacciones en el 2018: 7º
Esta fuerza comunicativa surge del modo como el Papa Francisco asume la realidad y se manifiesta en la dinámica relacional de la ternura, característica de Magisterio Pontificio, y que se transforma en una praxis pastoral.
Gestos y palabras cargados de ternura, no sólo llegan a tocar la debilidad de los débiles y sufrientes, sino también apelan a la racionalidad de los poderosos, activando su inteligencia a través de su corazón. El Papa busca motivar a que se realicen acciones concretas y a cambios de ruta a escala local y global.
La ternura vivida así, se vuelve no sólo un contenido que comunicar, sino también el canal mismo de la comunicación, un vehículo a través del que se transmiten mensajes a un interlocutor que logra abrir su intelecto y dejarse tocar el corazón.
“El Hijo de Dios, con su encarnación, nos ha invitado a la revolución de la ternura”[22]. Esta revolución[23] da un vuelco a la lógica de los gobernantes en las sociedades de hoy, marcadas por la imposición de los más fuertes sobre los débiles (cf. Lc 1, 51-53). La revolución propuesta por el Papa Francisco no llama a una revuelta violenta que destruya el sistema social. Su novedad evangélica y subversiva consiste justamente en prescindir de la violencia: basa su eficacia solo en el amor recibido de Dios y compartido con el prójimo para renovar así la faz de la tierra (Salmo 104, 30).
Si partimos del hecho de que los ambientes digitales son ese espacio nuevo donde el hombre contemporáneo habita, para una Iglesia que debe estar “en salida”, estar ahí se convierte en un desafío urgente, evitando así ser nosotros, como Iglesia, creamos nuevas “periferias existenciales”.
De modo que el desafío de la presencia en la nueva cultura, siguiendo las luces que emergen de la enseñanza del Papa sobre la ternura, tiene indicaciones muy precisas. Nosotros debemos ser:
puentes, para que las distintas realidades humanas no queden desvinculadas unas de otras, y llegue a la nueva cultura el mensaje de la esperanza;
profetas, para que no le falte al nuevo continente el anuncio de la verdad ni la denuncia de la injusticia;
misioneros, para ir donde está la persona humana y descubrirla en su realidad, recorriendo esos nuevos caminos, llevando el mensaje de la Misericordia;
pastores, para buscar, encontrar y tomar sobre nuestros hombros a las ovejas descarriadas, solas o descartadas;
buenos samaritanos, para dar tiempo, saber escuchar, cuidar al otro, curar sus heridas.
Por eso, estar en la nueva cultura no es opcional para la Iglesia. Donde está el hombre, debe estar la Iglesia. Desde el principio de Internet, los Pontífices San Juan Pablo II, luego Benedicto XVI y ahora Francisco, han entrado e invitado a todos nosotros a entrar en un diálogo fecundo con esa parte de la sociedad que habita en ella y que se muestra, de distintas maneras, sedienta de Dios[24].
Para el Papa Francisco la ternura es una forma de existencia, una manera de vivir la vida, una aproximación a la realidad y un modo de relacionarse con uno mismo, con los demás y con Dios. Es así que la ternura se convierte en un canal de comunicación, es decir, el vehículo eficaz para llegar al corazón de las personas, porque induce al otro a tener confianza. La ternura así da la posibilidad de transmitir con eficacia la verdad y facilitar su aceptación, y por otra da la posibilidad de abrir los ojos para descubrir la realidad del otro y ser operativos en el servicio. Finalmente, se trata del mejor lenguaje para facilitar un encuentro personal e íntimo con Jesucristo.
“Hoy más que nunca se necesita una revolución de la ternura. Esto nos salvará”[25].
Lucio Adrián Ruiz
Fuente: osservatoreromano.va
[1] Francisco, Homilía en la Misa diaria en la Domus Sanctae Marthae, 6 diciembre 2016.
[2] Francisco, Homilía en la Domus Sanctae Marthae, 14 diceimbre 2017.
[3] Francisco, Oración del Ángelus, 2 marzo 2014.
[4] Francesco, Bula de apertura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia Misericordiae Vultus, 11 abril 2016, n.6.
[5] Francisco, Oración del Ángelus, 7 diciembre 2014.
[6] Francisco, Oración del Ángelus, 22 noviembre 2015.
[7] Francisco, Oración del Ángelus, 22 noviembre 2015.
[8] Francisco, ted Talk: “The future you”, 25 abril 2017.
[9] Ibíd.
[10] Francisco, ted Talk: “The future you”, op. cit.
[11] Francisco, ted Talk: “The future you”, op. cit.
[12] Francisco, Misericordiae Vultus, Bula de apertura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, 11 abril 2015, n.6.
[13] Ibíd.
[14] Francisco, Respuestas del Santo Padre con ocasión de un encuentro pre-sinodal con los jóvenes, Pontificio Collegio Internazionale "Maria Mater Ecclesiae", 19 marzo 2018: http://w2.vatican.va/content/francesco/it/speeches... domande_dei_giovani_e_risposte_del_santo_padre.
[15] Spadaro, Antonio, Entrevista al Papa Francisco, La Civiltà Cattolica 164 (2013), p. 461.
[16] Ibíd.
[17] “Recurrent interaction through eye contact activates the limbic mirror system, (…) critical for self-awareness”. T. Koike et al.: “What Makes Eye Contact Special? Neural Substrates of On-Line Mutual Eye-Gaze: A Hyperscanning fmri Study”. eNeuro 25 February 2019, 6 (1) eneuro.0284-18.2019; DOI: https://doi.org/10.1523/ eneuro.0284-18.2019.
[18] Cf. Manes, Rosalba e Rocchetta, Carlo; La tenerezza grembo di Dio amore, Saggio di Teologia Biblica, edb, Bologna, 2016, p.14.
[19] Francisco, Encuentro en el Vaticano con Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, acompañado por su esposa Priscilla Chan, 29 agosto 2016. https://www.facebook.com/zuck/posts/10103066187188... (la traducción es nuestra).
[20] , Publicado el 25 abril 2017. (la traducción es nuestra).
[21] https://www.ted.com/talks/pope_francis_why_the_onl... (3.268.535 vistas • 32 lenguas). https://www.ted.com/talks/pope_francis_why_the_onl... (la traducción es nuestra).
[22] Francisco, Exhortación apostólica Evangelii Gaudium sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual, 24 noviembre 2013, n.88.
[23] “L’espressione rivoluzione della tenerezza Bergoglio l’aveva già adoperata nell’Omelia per il Te Deum del 25 maggio 1999. Quel discorso è interessante per più ragioni: esso, infatti, contiene in nuce temi che poi saranno sviluppati in Evangelii gaudium, inclusi i «quattro principi relazionati a tensioni bipolari proprie di ogni realtà sociale» che, traendoli dai grandi postulati della Dottrina Sociale della Chiesa, Francesco enuncia e spiega nel nn. 222-237 dell’esortazione apostolica”. Semeraro, Marcello, La Chiesa della tenerezza in Papa Francesco, Convegno Nazionale su La teologia della tenerezza in Papa Francesco Assisi, Domus Pacis, 15 settembre 2018.
[24] Benedicto XVI en el Mensaje para la XLIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales del 24 de mayo 2009, titulada “Nuevas tecnologías, nuevas relaciones. Promover una cultura del respeto, del diálogo, de la amistad”: “El anuncio de Cristo en el mundo de las nuevas tecnologías supone conocerlas en profundidad para usarlas adecuadamente”.
[25] Francisco, Discurso del Santo Padre Francisco a los participantes en el Congreso Nacional promovido por el Centro Familiar Casa de la Ternura’, op. cit.
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