Jóvenes y mayores. La película describe el drama de Sam, un fan incondicional de los Beatles, con la capacidad mental de un niño de 7 años y que trabaja de camarero en un pequeño café. Su vida serena cambia radicalmente cuando se convierte en padre de una preciosa niña, cuya madre —una indigente— desaparece al poco de dar a luz. De este modo, Sam y la niña viven como pueden hasta que ella cumple ocho años y supera por tanto la inteligencia de su padre. Las autoridades educativas consideran impropio que tenga la custodia de la niña porque dudan de su capacidad para atenderla. Para intentar recuperarla, el pobre hombre contratará a una agresiva y prestigiosa abogada, que es un verdadero desastre como esposa y como madre. El guión contiene algunas situaciones forzadas y abusa en ocasiones del recurso a lo sensiblero, rozando peligrosamente el empalagoso tono de los telefilms de sobremesa. Sin embargo, al paso que critica acertadamente la adicción al trabajo, ofrece una bellísima visión del amor familiar, las relaciones padres-hijos, la educación y la integración social de las personas con discapacidades; esto último mostrado además desde una perspectiva nada idealizada y bastante razonable. El mensaje central es muy claro: la relación de amor, de afecto con su padre, es más indispensable para el desarrollo de la niña que una solución impuesta por la ley que prescinda de aquella relación. Estas ideas se llenan de hondura y emotividad gracias al excelente trabajo de todo el reparto, y especialmente del trío formado por la niña Dakota Fanning, Michelle Pfeiffer y Sean Penn, este último candidato al Oscar al mejor actor. La guinda la pone una espléndida banda sonora, llena de canciones de los Beatles. Sin inconvenientes.