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Dirección: Javier Asenjo y Miguel Ángel Pérez. País: España. Año: 2012. Duración: 98 min. Género: Comedia dramática. Interpretación: Raúl Fernández de Pablo (Mateo), Lucas Fuica (Iñaki), Elisa Drabben (Irene), Lucas Utray (Bruno). Guion: Javier Asenjo y Miguel Angel Pérez. Producción: Ricardo Jiménez y Diego Palomino. Música: Aaron Thomas. Fotografía: Jorge Manrique Berhens. Montaje: Jorge Manrique Berhens. Dirección artística: Jaun Alfonso Gil del Pozo. Vestuario: Paloma Faba. Distribuidora: Karma Films. Estreno en España: 27 Septiembre 2013.
Reseña:
Amigos e hijos
En “Viaje a Surtsey”, Iñaki y Mateo son dos amigos de toda la vida a los que siempre ha unido sus “escapadas” a la montaña. El tiempo ha pasado y cada uno ha tirado por su lado. Los dos se casaron y tuvieron hijos pronto, pero mientras que Iñaki ha prosperado, la vida de Mateo es un rotundo fracaso. Después de mucho tiempo sin verse, deciden recordar viejos tiempos y pasar un largo fin de semana en la montaña, esta vez junto a sus hijos.
Miguel Ángel Pérez y Javier Asenjo escriben y dirigen su primer largometraje, una historia sencilla y un poco desenfadada de amigos, padres e hijos. Seres unidos y distanciados a un tiempo, pero obligados a entenderse, a comprenderse y quererse. Viaje a Surtsey es esencialmente una película sobre el crecimiento interior, sobre la aceptación de la madurez, el adiós al pasado y la asunción del cambio y las propias responsabilidades. Pero todo eso se recoge con enorme naturalidad y ese el punto más fuerte de la película: el mostrar la estancia en la montaña de los cuatro protagonistas y cómo su relación va evolucionando, lenta pero progresivamente.
A veces hay diálogos, peleas, otras es el silencio o la mera contemplación de la naturaleza los que invitan a mirarse a sí mismos y progresar poco a poco emocionalmente. Y aunque la esencia de la historia la viven los dos adultos, Iñaki y Mateo –que en esas pocas horas recuperarán el tiempo perdido de cuando eran compañeros de juerga, y tendrán sus serias crisis, a veces un poco ambiguas–, el guión no deja nunca de lado a los hijos quinceañeros, que resultan muy verosímiles en sus leves cambios, en sus dubitativos acercamientos de apertura al otro.
Visualmente la película es agradable y se saca buen partido de los bellísimos paisajes del Pirineo, con la música y las canciones evocadoras de Aaron Thomas. Las interpretaciones son muy correctas (Decine 21 / Almudí JD) LEER MÁS