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Pie de página (Footnote)

Pie de página (Footnote)

Hearat Shulayim
  • Público apropiado: Adultos
  • Valoración moral: Con inconvenientes
  • Año: 2014
  • Dirección: Joseph Cedar

Contenidos: Ideas (caricatura de la sociedad judía, visión deformada del judaísmo F)


Dirección y guion: Joseph Cedar. País: Israel. Año: 2011. Duración: 105 min. Género: Comedia dramática. Interpretación: Shlomo Bar-Aba (Eliezer Shkolnik), Lior Ashkenazi (Uriel Shkolnik), Alisa Rosen (Yehudit), Alma Zak (Dikla), Daniel Markovich (Josh), Micah Lewesohn (Yehuda), Yuval Scharf (Noa). Producción: David Mandil, Moshe Edery y Leon Edery. Música: Amit Poznansky. Fotografía: Yaron Scharf. Montaje: Einat Glaser Zarhin. Diseño de producción: Arad Sawat. Vestuario: Laura Sheim. Distribuidora: Good Films. Estreno en Israel: 25 Mayo 2011. Estreno en España: 11 Octubre 2013.

Reseña:

   La película es una comedia irónica y fabulesca sobre la competitividad, la lealtad, el amor y las difíciles relaciones entre un padre y un hijo. Ambos son excéntricos académicos, que han dedicado toda su vida al estudio del Talmud. El padre, Eliezer Shkolnik, es un testarudo purista ajeno al sistema, que nunca ha visto reconocido su trabajo. Su hijo, Uriel Shkolnik, es una estrella ascendente en la materia, que se esfuerza por consagrarse públicamente. Un día se da la vuelta a la tortilla. Cuando a Eliezer se le comunica que va a obtener el Premio Israel, el mayor honor para eruditos del país, aflora su vanidad y necesidad imperiosa de reconocimiento. Al saberlo, su hijo Uriel se siente orgulloso, pero la admiración inicial irá dando paso a la envidia.

   Ingeniosa tragicomedia de Joseph Cedar, director y guionista, Pie de página (Footnote) fue candidata al Oscar a la mejor película extranjera. Se entiende perfectamente, en primer lugar por la estructura de la película, la trama se presenta como un artículo para una revista científica, incluidas sus notas a pie de página, lo que da agilidad y frescura a la narración, también visualmente. Ello tiene mucho mérito pues hablar de una película sobre el Talmud, donde las investigaciones de padre e hijo forman parte de la trama, suena a “tostón” para eruditos expertos en la materia, y sin embargo están integradas con naturalidad, incluso pudiendo despertar el interés entre los legos en el tema.

   Entre los pasajes de comedia, entregados con sutil ironía, que se mueve por los senderos de lo surrealista y la humorada negra, se masca la tragedia del entendimiento entre generaciones, y la posible repetición de los errores padecidos, a la hora de que un padre eduque a sus hijos. También se habla de la soberbia y los celos, tan corrientes en la comunidad científica, donde los investigadores pueden olvidar el interés de sus aportaciones para alimentar únicamente su ego. O del clima perpetuo de miedo a la violencia en Oriente Medio, la sospecha de quién será ése y qué estará tramando.

   El mérito de Cedar en Pie de página (Footnote) es la sutileza, no hay tosquedad en el retrato del padre insensible que entra como elefante en cacharrería hiriendo los sentimientos de su hijo, ni en el del hijo que se debate entre la idea de hacer justicia con su progenitor, aunque sea a su costa. El problema de la comunicación entre las personas también forma parte del film, pues a la postre todo lo que se nos cuenta es una red de mentiras y disimulos, donde a los personajes les cuesta decir con franqueza lo que piensan, directamente y a la cara. Y si lo dicen, será sin consideración hacia las personas. Quizá en tal sentido la comunicación más directa tiene lugar en la conversación de Uriel con su esposa; porque ése es otro logro del film, la mirada a la paciencia de las mujeres con sus "geniales" maridos. Los dos actores principales, Shlomo Bar-Aba y Lior Ashkenazi, entregan unas estupendas interpretaciones, nada histriónicas.

   Estamos ante una comedia negra que hace un retra­to durísimo (a ratos, verdaderamente desolador: tanto, que se agradecerían contrapuntos porque seguro que hay judíos que no son así) de cómo se puede pasar la vi­da estudiando unos textos que impulsan a llevar una existencia gobernada por unos principios morales elevados y tener una vida ruin, de un egoísmo y un rencor superlativos, con actitudes vitales de una soberbia ver­daderamente sofocante que marchitan matrimonios, relaciones familiares, de amistad y de trabajo. To­do sin el menor rastro de sentido religioso. (Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS