Contenidos: Imágenes (algunas S), Diálogos (algunos D)
Dirección: Daniel Burman. Países: Argentina yBrasil. Año: 2013. Duración: 95 min. Género: Comedia dramática, romance.Interpretación: Guillermo Francella (Santiago), Inés Estévez (Laura), Fabián Arenillas (Eugenio), Alejandro Awada (Odukian), María Fiorentino (Elena), Sergio Boris (Sergio).Guion: Daniel Burman y Sergio Dubcovsky. Producción: Diego Dubcovsky y Daniel Burman. Música: Nico cota. Fotografía: Daniel Ortega. Montaje: Luis Barros. Dirección artística: Margarita Tamborino. Vestuario: Roberta Pesci. Distribuidora: Festival Films.Estreno en Argentina: 16 Enero 2014. Estreno en España: 29 Agosto 2014.
Reseña:
Misteriosa desaparición en Argentina
Santiago se siente feliz con su vida, marcada por su estrecha relación con Eugenio, su socio en un negocio de electrodomésticos, con el que se complementa a la perfección y pasa la mayor parte del día desde el momento en el que desayunan juntos. Pero éste se fuga repentinamente sin dejar huella, por lo que tratará de encontrarle con ayuda de Laura, la mujer del desaparecido.
Noveno largometraje de Daniel Burman, que ha hablado de la necesidad de apoyarse en las personas cercanas, casi siempre en el ámbito familiar, en títulos como El abrazo partido, Derecho de familia,El nido vacío y Dos hermanos. Esta vez el argentino se instala en el territorio de la amistad en la edad madura, cuya ruptura lleva a la fragmentación del mundo aparentemente idílico del protagonista.
Como los personajes de El misterio de la felicidad, el propio Burman parecía inseparable hasta hace unas cuantas películas del actor Daniel Hendler, omnipresente en la primera etapa de su filmografía. En esta ocasión, no acierta al reclutar al histriónico cómico argentino Guillermo Francella (un enano en Corazón de león), que pese a realizar un apreciable esfuerzo en busca de la sobriedad, no acaba de resultar brillante, menos aún cuando interacciona con el personaje de la muy superior Inés Estévez (La fuga).
Como en todas sus películas, Burman se inspira claramente en Woody Allen, al que 'argentiniza' bastante bien. Pero cuanto más recuerda a su cine, especialmente a Misterioso asesinato en Manhattan, más se echa de menos la capacidad del neoyorquino para conmover en las secuencias dramáticas y hacer reír a carcajadas en los momentos cómicos. Burman no llega a tanto, aunque su mayor defecto es que acaba resultando más ligero de lo esperado, con una resolución del misterio de esa ansiada felicidad que resulta limitado y hasta un poco infantiloide.(Decine21 / Almudí JD) LEER MÁS