Dirección: Susanne Bier
Intérpretes: Halle Berry, Benicio del Toro, David Duchovny, Alison Lohman, Sarah Dubrovsky, Alexis Llewellyn, Micah Berry, John Carroll Lynch, Omar Benson Miller.
Guión: Allan Loeb
Música: Johan Söderqvist
Fotografía: Tom Stern
Distribuye en Cine: Paramount
Duración: 118 min.
Género: Drama
Acepta lo bueno
La danesa Susanne Bier, que adoptó los postulados del movimiento Dogma en 2002 con Open Hearts, y que luego ha descollado con las valiosas Hermanos (2004) y Después de la boda (2006), emprende la aventura americana con su primer título rodado en inglés, a partir de un guión de Allan Loeb. Su temática no se aleja de las constantes de su filmografía, donde dominan tipos humanos bien perfilados, de carne y hueso, enfrentados con sus problemas cotidianos, no por duros y difíciles de sobrellevar menos reconocibles.
La narración arranca en su primer tramo con un formato deconstruido, que alterna las escenas de la vida familiar de los Burke -el matrimonio de Brian y Audrey, y sus dos niños, Harper y Dory-, más la sólida amistad de Brian con Jerry -un drogadicto que trata de superar su adicción, y que agradece que su amigo de toda la vida mantenga su lealtad-, con las de los preparativos fúnebres motivados por la trágica e inesperada muerte de Brian.
El sólido guión dibuja bien a los personajes, y presenta de modo convincente el infierno que vive Jerry debido a su vicio, junto a los celos que padece Audrey por descubrir que había parcelas en la vida de su esposo a las que tenía más acceso su amigo que ella. Se despliegan así sentimientos diversos, también en los cuidados personajes secundarios (los niños, el vecino que ofrece trabajo a Jerry, el hermano de Audrey, la joven que acude a las mismas sesiones de adictos anónimos que Jerry...), donde se explora con acierto la condición paradójica del ser humano (la envidia de Audrey por Jerry, al ver que se está ganando a los niños; el miedo a que se convierta en un suplantador, tema que Bier trató en Hermanos; y todo ello, sin querer dejar de ayudarle) evitando transitar los caminos más trillados de este tipo de historias.
El trabajo de los dos protagonistas, Halle Berry y Benicio del Toro, hace casi inevitable el recuerdo de sus personajes sufrientes en Monster's Ball y 21 gramos respectivamente, títulos que supusieron el Oscar para una y otro. Existen, sí, puntos en común. Aunque, claro está, las variables de la vida en este "valle de lágrimas" no son tantas, fácilmente pueden enumerarse: amor, sacrificio, dolor, muerte, esperanza, redención, lucha...
A ellas se remite Bier con sensibilidad y sutileza, aunque, exigencias del guión, le obliguen a subrayar innecesariamente una idea del film, la de saber aceptar lo bueno que hay en los demás y en uno mismo. La directora, herencia del Dogma, trabaja con una nerviosa cámara en mano, metáfora clara de la fragilidad de la existencia humana. Y sabe mostrar cierta delicadeza en el dibujo de la vida conyugal, o aludir de refilón a la ayuda divina, esa oración de las reuniones de drogadictos que Jerry evita, aunque lleve una cruz colgada al cuello. Imágenes a suprimir: 13'30'' a 13'55''; 26'10'' a 28'20''; 53'30'' a 56'.(Decine21 / Almudí JD-AG)