Cuidar a los demás, una de las acciones más profundamente humanas, implica ponerse a su servicio, buscando con inteligencia su bien, lo que de verdad necesita
La canción de Queen sigue sonando con toda su fuerza: “I was born to love you / With every single beat of my heart / Yes, I was born to take care of you / Every single day of my life”. En esas estrofas la intuición musical ha dejado reflejada una gran verdad: la importancia de la actitud de cuidar a los otros. Por otro camino más racional, La vida lograda, un libro sobresaliente con muchas pistas sobre cómo vivir una vida que valga la pena, llega también a esa propuesta: cuidar a los demás.
Cuidar a otro es una de las acciones más profundamente humanas. Supone respetarle y reconocer todo lo que vale. Implica ponerse a su servicio, buscando con inteligencia su bien, lo que de verdad necesita. Cuidamos a las personas por lo que son, sin buscar nada a cambio. Cuidar es en definitiva amar, pero es también una palabra menos manoseada y tergiversada, que deja menos espacio a la manipulación del lenguaje.
Constantemente tenemos la oportunidad de cuidar a los que están a nuestro lado: a un hijo magullado o a los hijos sanos y a veces insoportables. A los padres ancianos, quizá enfermos o pesados con sus batallas. Cuidar del marido o de la mujer como si fuera uno mismo, convirtiendo una idea de amor un tanto abstracto en algo concreto. Cuidar a la familia, a los amigos, a los compañeros. Cuidar a los más desfavorecidos.
Cuidar es dirigir nuestra vida hacia los demás. Y de rebote conseguiremos triunfar de verdad.
Antonio Gómez Amigo, Ingeniero de telecomunicaciones, Padre de familia numerosa, y Orientador familiar, en sontushijos.org.