La herencia moral de Confucio, Aristóteles y Chesterton, tres maestros indiscutibles en el arte de vivir y educar
Este pequeño libro, con diseño de Ángel Fuertes, es un ameno paseo por los textos de tres maestros indiscutibles en el arte de vivir y educar.
Si Confucio y Aristóteles levantaran la cabeza, se quedarían sorprendidos por la vigencia actual de sus ideas, y también por el desconocido con quien comparten portada. Pero al leer a Chesterton descubrirían, detrás de su simpática fachada de gordo feliz, un genio comparable a los mejores, que dice por ejemplo:
● “El secreto de la vida está en la risa y en la humildad”. “El hombre está hecho para dudar de sí mismo, no para dudar de la verdad, y hoy se han invertido los términos”. “El primer deber de un hombre enamorado es comportarse como un idiota”. “Los que hablan contra la familia no saben lo que hacen, porque no saben lo que deshacen”.
● ¿Y qué nos dice Confucio? Que “solo hay dos caminos: la benevolencia y el egoísmo”; que “la mejor educación consiste en sacar brillo a la virtud”; que “los gobernantes antiguos que querían mejorar el mundo ponían antes orden en su reino; para poner orden en su reino ponían antes orden en su casa; pero antes de poner orden en su casa se perfeccionaban ellos mismos; y para perfeccionarse a sí mismos rectificaban su corazón”.
● De Aristóteles, principal discípulo de Platón, preceptor de Alejandro Magno, me limito a citar su Ética a Nicómaco, sabiendo que todo lo que se diga de esa obra es poco, pues está entre los pilares esenciales de Europa. La selección incluye textos de todos sus capítulos: la felicidad, la amistad, la responsabilidad moral, la virtud, la justicia, la prudencia, la fortaleza, la valentía, la templanza, la función educativa de las leyes…