Ha sido para muchos un símbolo de fe cristiana vivida en las circunstancias más difíciles
Ha sido para muchos un símbolo de fe cristiana vivida en las circunstancias más difíciles
¿Se convirtió al islam el periodista James Foley durante su cautividad en Siria? Es la pregunta que está en el fondo de un largo artículo publicado en The New York Times. El católico Foley, brutalmente asesinado por el llamado Estado Islámico el pasado mes de agosto, ha sido para muchos un símbolo de fe cristiana vivida en las circunstancias más difíciles.
Una convicción madurada también con ocasión de un secuestro precedente, en 2011, cuando cubría la guerra de Libia: en una carta escrita poco antes de su liberación describía la importancia de su fe católica y contaba, entre otras cosas, que rezaba a diario el rosario. Un año después volvió a ser capturado en Siria y una fotógrafo recuerda cómo tenía un conocimiento profundo de la Biblia que le llevaba dialogar con sus secuestradores sobre cristianismo e islam.
El artículo delNew York Times relata que las referencias sobre su posible conversión al islam proceden de algunos compañeros de su cautividad del 2014, posteriormente liberados, que lo vieron junto a otros prisioneros leyendo con interés el Corán. Para la madre de Foley, Diana, esas informaciones no eran nuevas, pues ya había podido hablar antes con otros compañeros y se hizo una idea muy concreta: “lo que me contaron es que diciendo que se había convertido le podían dejar tranquilo cinco veces al día, para rezar”. Diana está fuertemente convencida de que su hijo, que tenía un profundo interés por la fe y la espiritualidad de otras personas, murió como cristiano.
El artículo recoge el punto de vista del cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, quien recuerda que “un cristiano no está obligado a ser mártir” y que una conversión religiosa no realizada libremente no indica que haya habido conversión.